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CAPÍTULO 1 CUANDO MUEVEN EL PÚLPITO

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Derek es el tipo de persona con quien a uno le gusta estar. Tiene una risa contagiosa, y una personalidad que atrae a la gente. Y es un buen líder.

También es el pastor de la Iglesia del Redentor, una congregación de unos 250 miembros en el Medio Oeste. Derek ha sido pastor durante 23 años, por lo que no es un novato en liderar iglesias. Él ha estado en la Iglesia del Redentor durante ocho de esos años, y casi todos en la congregación lo respetan y aprecian.

Derek comprendía el tema de los cambios en las iglesias establecidas. Como líder, era metódico y gradual en su estilo. Su método de tratar con el liderazgo de la iglesia contribuyó significativamente a su permanencia en la iglesia y a su ministerio en general. No temía al conflicto, pero le parecía que demasiados líderes de la iglesia creaban conflictos innecesarios.

Como pastor, Derek notó un cambio en su propio ministerio. Sus sermones eran cada vez más conversacionales en su enfoque y tono. No había hecho ese cambio como parte de un gran plan estratégico, pero ciertamente constituía una variación notable del estilo que tenía hacía varios años.

Derek supuso que el aumento en la cantidad de los de la generación del milenio o millennials en la iglesia había influido en su enfoque de la predicación. Entre estos adultos jóvenes había profesionales de una empresa de tecnología en crecimiento de la comunidad, y otros provenían de una universidad cercana.

Era evidente que los millennials preferían el estilo conversacional de predicación. La retroalimentación más positiva a sus sermones llegó cuando cambió a un enfoque más informal. Por lo tanto, estaba seguro de que su cambio en el estilo de predicación era un resultado directo del creciente número de adultos jóvenes en la iglesia.

El pastor también había notado que los feligreses de mayor edad aceptaban su cambiante estilo de predicación. Sabía que para ellos estaba bien porque sus cambios eran graduales; predicaba un mensaje conversacional un domingo y luego pasaba seis semanas con su enfoque más formal y tradicional. Poco a poco añadió el estilo informal con mayor frecuencia hasta que la congregación se acostumbró y se sintió cómoda con él.

La vida y el ministerio eran buenos para Derek. Podía considerar quedarse en la Iglesia del Redentor por el resto de su ministerio. Estaba muy agradecido de tener el apoyo total e incondicional de los miembros de la iglesia.

Al menos así pensaba él.

¿Quién me movió el púlpito?

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