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HISTORIA DE DOS VISITANTES

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Las historias son verídicas. Solo se han cambiado los nombres. Aquí tenemos dos dosis de realidad, y la primera es positiva.

Jane es estilista. Peluquera. Este día en concreto, me cortó el cabello a mí. A menudo digo que me corto el cabello en lugar de decir que me hago un corte de cabello. No sé por qué la gente usa la segunda forma. A fin de cuentas, ¿quién se hace un corte de cabello una sola vez?

Yo soy introvertido. Si la introversión fuera un don espiritual, sería mi don espiritual dominante. Prefiero trabajar yo solo en una sala que trabajar con personas a las que apenas conozco.

Pero no puedo dejar que mi introversión sea una excusa para ser un testigo silencioso, así que me obligo a salir del cascarón. No es solo lo correcto, sino que es obediencia a la Gran Comisión.

Mientras Jane me cortaba el cabello, comencé una conversación sobre su vida y su mundo. Una vez que supe dónde vivía, pude cambiar la conversación y dirigirla a Jesús y la iglesia. Resultó que descubrí que vivía cerca de mi iglesia, donde mi hijo es pastor.

Así que hablé a Jane sobre su vida. Hablé un poco sobre Jesús, y le invité a la iglesia.

Ella no estaba definida al respecto, o al menos eso pensé yo.

Poco me imaginaba que el Espíritu Santo ya había estado obrando en su vida. Me ahorraré los detalles, pero ella enseguida encontró la página web de nuestra iglesia y “valientemente” (palabra suya, no mía) decidió visitarla.

Ella “se enamoró de la iglesia” (palabras suyas otra vez). La página web le dio toda la información que necesitaba. Encontró el estacionamiento para visitas fácilmente. La gente era genuinamente amigable. El predicador predicó la Biblia con convicción y amor.

Iré al grano: Jane decidió seguir a Cristo. Se bautizó.

Y ahora está sirviendo de forma activa, sonriente y entusiasta en el ministerio de quienes dan la bienvenida en nuestra iglesia.

Gran historia, ¿cierto? Bueno, permítame compartir otra historia, una que no es tan buena.

Su nombre es Ryan. Conocí a Ryan en una consulta en una iglesia donde nos enfocamos en la experiencia del visitante. Tuvimos una entrevista de una hora en persona con él, ¡y recibimos nuestro merecido!

Ryan apenas tenía trasfondo de iglesia, pero pude ver que realmente estaba buscando. Así que hizo algo atrevido, si no audaz, según su perspectiva. Le preguntó a su esposa Bethany si ella y sus dos hijas pequeñas irían a la iglesia con él.

Bethany tenía un trasfondo de iglesia nominal, pero en realidad no estaba interesada en volver a una iglesia. Descubrió que el mundo fuera de la iglesia era más agradable que la vida de la iglesia. Sin embargo, accedió a ir con Ryan “solo una vez”.

Y no habría una segunda vez en la iglesia que visitaron.

Para empezar, la página web de la iglesia era terrible. No se había actualizado con el nuevo horario de las reuniones, así que la familia de cuatro miembros llegó tarde, incluso aunque pensaban que llegaban a tiempo.

Como llegaron tarde, los miembros de la iglesia ocuparon todos los estacionamientos más cercanos. Supuestamente, había lugares de estacionamiento reservados para visitantes, pero Ryan no pudo encontrar ninguna señal que indicase dónde estaban.

Cuando llegaron tarde, una pareja de personas que daban la bienvenida en la puerta principal hablaron con ellos por lo menos dos segundos. Después, esas dos personas retomaron la conversación privada que mantenían, ajenos al mundo y a las personas que los rodeaban.

Y cuando fueron a la zona infantil para dejar a sus dos niñas pequeñas, vieron el desastre. El lugar estaba sucio. La seguridad era escasa. Y la persona que los recibió, ¡se quejó porque llegaron tarde!

Bethany le echó a Ryan “la mirada”. No era un momento feliz.

Me sorprende que incluso entraran a la reunión llegado este punto. Ambos sabían que tomaron una mala decisión.

No le daré todos los detalles de su experiencia. Nos ahorraremos este tipo de historias para capítulos posteriores, pero para decirlo claro: no fue bien.

Por cierto, cuando entrevistamos a miembros de esta iglesia, ellos sistemáticamente nos dieron un mensaje similar: ¡Nuestra iglesia es muy amigable! Y su iglesia es amigable, mientras conozca a las personas, mientras esté dentro, mientras no sea un visitante.

A propósito, Bethany y Ryan tuvieron una buena pelea de camino a casa al regresar de la iglesia. No estaban muy contentos con la experiencia. Ryan nos dijo que nunca volvería a esa iglesia. De hecho, nos dijo que nunca volvería a ir a la iglesia.

Tristemente, le creo.

Sea una iglesia acogedora

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