Читать книгу En busca de éxtasis - Vanderlei Dorneles - Страница 10
Resumen y conclusiones
ОглавлениеA partir del siglo XVII, la filosofía y la cultura occidentales pasaron de la religiosidad tradicional a la racionalidad. La era de la razón atribuye superioridad y prioridad al modelo de conocimiento racional que rebajó al nivel de superstición todo el saber teológico de las religiones reveladas y despreció las prácticas y costumbres primitivas de las religiones naturales. Sin embargo, desde la segunda mitad del siglo XX tiene lugar un movimiento nuevo y radical de retorno al misticismo y a la espiritualidad. Ese regreso ocurre en función de las fisuras dejadas por la racionalidad moderna, que se mostró incapaz de satisfacer al ser humano y de cuidar de la Tierra.
El despertar religioso contemporáneo es fortalecido por el nuevo paradigma filosófico occidental, el posmodernismo, que fortalece la noción de autonomía del individuo, rechaza las estructuras tradicionales y niega la existencia de verdades absolutas válidas para todos los tiempos y lugares. La filosofía que da base a la cultura de nuestro tiempo es posracional y posdualista. Fomenta la emoción y la intuición y rechaza las ideas de origen hebreo y bíblico que diferencian o separan a Dios y al hombre, espíritu y naturaleza, sagrado y profano. La cosmovisión holística posmoderna retoma el concepto de “dios inmanente”, inserto en la Creación, pasible de ser sintonizado o captado por medio de rituales o ejercicios espirituales.
Cultivado como parte integrante de la psique humana, el misticismo resurge libre de toda represión de la ética y de la cultura racionalizada moderna.
En la posmodernidad, por lo tanto, el sentimiento de vacío, experimentado en presencia del desmoronamiento de los valores absolutos, fortalece la búsqueda de la trascendencia como un medio de supervivencia. En la búsqueda por lo sobrenatural, los posmodernos están convencidos de que pueden sintonizar la espiritualidad descuidada a lo largo de los siglos, pero que continúa viva en su inconsciente. Esa espiritualidad se pone de manifiesto en medio de la proliferación de prácticas y rituales de trance y éxtasis, abundantes entre los espiritualistas, así como en el culto pentecostal y en la renovación carismática católica.
En la mirada de Francisco Sparta, aunque el mundo primitivo tenía una “unidad religiosa”, esta se perdió con la llegada de las grandes religiones que suplantaron a las “religiones naturales” (1970, p. 8). Las religiones primitivas, sin doctrinas y sin dogmas, estaban basadas en prácticas y rituales comunes. En la posmodernidad, sin embargo, la religión centrada en la experiencia mística abre nuevamente el camino para una uniformidad espiritual en el mundo.
Dado que el posmodernismo fomenta el retorno de costumbres y prácticas místicas primitivas, una descripción de algunos aspectos de la religiosidad antigua es necesaria en la evaluación del actual fenómeno religioso.