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ОглавлениеPREFACIO
Por Lily Anagnostopoulou,
directora del Centro Griego de Biosíntesis
En este maravilloso libro, Vassilis Christodoulou ha conseguido unir corazón y mente, un deseo querido por muchos hoy en día y por toda la sociedad en general. En un trabajo basado en una buena documentación científica, aporta comentarios sobre los casos clínicos que presenta. De esta manera, expresa los principios científicos de la teoría psicológica que apuntala el procedimiento psicoterapéutico que utiliza, sin cansar al lector. Desde un obvio amor hacia sus pacientes, nos presenta el desarrollo de sus métodos curativos de tal forma que conmueve al lector y le lleva consigo a través de su arduo viaje.
Vassilis Christodoulou dispone de una gran experiencia en el campo de la psicoterapia. Ha tenido éxito al combinar el conocimiento que ha adquirido de sus multifacéticos estudios en psicología con su amplio rango de interés en la gran esfera de la práctica psicoterapéutica. Es, en la práctica terapéutica, un buscador atrevido de la verdad, que se esfuerza constantemente en encontrar aquello que al final trae la curación, nos involucra estrechamente en su búsqueda y nos ofrece generosamente la experiencia y el conocimiento que ha adquirido.
La importancia primordial del presente, que es el único tiempo que en realidad tenemos, se vuelve aparente una y otra vez en sus descripciones de la 'maravilla de la curación'. Podemos ser sanados. Nuestros cerebros son plásticos y capaces de registrar nueva información, siempre y cuando revivamos en un escenario terapéutico las experiencias que hemos reprimido. En el momento en que revivimos la experiencia, el circuito neural del cerebro se abre para poder registrar una nueva experiencia que sustituya la antigua. Esto sólo es posible durante una corta duración de tiempo. Es por eso que el presente es tan importante en la relación terapéutica. Es lo único que puede reparar una memoria traumática. Este es el hallazgo más reciente en la investigación neurocientífica, y aun así, es un conocimiento antiguo conocido por sanadores desde hace miles de años. Es también lo que hace a la psicoterapia corporal la forma más adecuada de terapia a la hora de lidiar con el trauma.
No podemos sanarnos solos. Necesitamos otra persona – al menos una – que nos muestre compasión. Y la compasión no es suficiente. También hace falta conocimiento, aquél que se obtiene de la experiencia. Para poder ayudar a alguien a sintetizar en su identidad todas las cosas de las que tuvieron que desprenderse en el pasado, el terapeuta tiene que ser capaz de reconocer cuáles son esas cosas y tiene que haber pasado por una experiencia similar. Emociones poderosas de dolor, rabia y miedo que son reprimidas en el cuerpo y olvidadas por la mente porque fueron consideradas en su momento inaguantables por nuestro sistema, deberían también formar parte de la experiencia personal del terapeuta. No deberían asustarle; debería ser capaz de sentirlas y aceptarlas. Para poder hacer eso él mismo, tiene que haber trabajado de esta manera – al menos hasta cierto punto – con sus propias experiencias similares. Sólo entonces puede dar luz al camino de otro ser humano que está tratando de hacer lo mismo.
La ciencia recientemente ha descubierto que la memoria queda grabada en las células. No solamente en el cerebro, sino en todo el cuerpo. Y estamos hechos para sobrevivir de tal manera que las memorias desagradables queden registradas definitivamente desde el momento en que tenemos nuestras primeras experiencias en este mundo. Es ahora que la ciencia comienza a reconocer que nuestra vida comienza en el útero, que las experiencias que quedan grabadas comienzan ahí, que estamos hechos de abajo hacia arriba, comenzando con los sentidos y moviéndonos hacia las emociones y el intelecto. Se están realizando descubrimientos científicos verdaderamente sorprendentes que están ayudando a justificar el conocimiento empírico de los psicoterapeutas corporales.
Sin embargo, el lector no debe ser engañado. Nuestra naturaleza corporal no es el camino hacia la materia. Es el camino terrenal hacia el espíritu. “La Santidad es una profunda forma de poesía que sintoniza el Universo con los versos de su Creador”, es una frase que leí una vez en una charla que dio Elder Makarios de Maroudas quien, si no me equivoco, se refería a los refranes de Elder Porphyrios.
Nuevamente, el conocimiento científico moderno confirma lo que ya sabíamos. Mientras más integrado esté el cerebro, más consciente es de la naturaleza indivisible de las cosas. Un cerebro integrado es aquél en que sus diferentes partes cooperan y se comunican las unas con las otras como un todo unificado. Esto se consigue cuando el número de conexiones internas en el cuerpo, en el sistema nervioso y en el cerebro se incrementan. Es entonces que el hombre se da cuenta de su conexión con los demás y con todo lo que le rodea. Es como si su conectividad interna e individual reconociese la unidad externa colectiva. Es este el tipo de conciencia que tienen los hombres espirituales. Biosíntesis, sin proclamar un camino espiritual específico, reconoce la espiritualidad de todos los seres humanos como el núcleo de su existencia. La terapia es el camino que lleva de la periferia – la neurosis – al núcleo – la esencia.
Vassilis Christodoulou nos describe este viaje y nos muestra la forma en que lleva a sus pacientes. Primero, se sintoniza con su propia comprensión ampliada y luego pide a su paciente que comparta una identidad más amplia. La expansión de nuestra identidad personal siempre nos lleva a un aumento de nuestra comprensión, lo que implica un aumento en la conciencia de nuestra existencia. Siempre ha sido así. Todos los caminos espirituales dicen esto, y es esto mismo lo que la ciencia neuropsicológica moderna dice. Y es esto lo que nos concierne a nosotros como psicoterapeutas corporales y seres humanos corrientes (comunes) (o nada).
Vassilis, gracias por describir claramente y de manera efectiva lo que ocurre en las sesiones terapéuticas y por presentar el material de tal forma que pueda ser comprendido por el público general. Este libro servirá a todos los terapeutas de Biosíntesis y quiero creer que también interesará a todos aquellos comprometidos con otras disciplinas psicoterapéuticas. De todas formas, estoy segura de que tocará el corazón de muchas personas que están buscando su propia curación y de que les ayudará a lidiar con sus traumas sobre una base nueva.
Lily Anagnostopoulou
Abril, 2015