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Características socioeconómicas de los hogares con personas mayores

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Las aristas sobre el proceso de envejecimiento demográfico previamente analizadas se encuentran estrechamente relacionadas con los aspectos socioeconómicos de las personas, los hogares y la sociedad. Al envejecer los patrones de gasto en consumo se modifican, mientras que el gasto de salud suele incrementarse, algunos otros rubros como el gasto en vestido disminuyen e incluso el consumo en algunos bienes y servicios desaparece. Al mismo tiempo los patrones de ingresos también se modifican. La dinámica propia del proceso de envejecimiento y del mercado de trabajo lleva a la necesidad de retirarse de la actividad económica. La experiencia mexicana y latinoamericana muestra que frente a la escasa cobertura de la seguridad social las principales fuentes de recursos en la vejez provienen de las ayudas familiares (Guzmán, Huenchuan y Montes de Oca, 2003). Se trata de elementos que requieren revisarse con mayor detalle ya que la forma de financiar el consumo de las personas en edades avanzadas es una decisión importante para las sociedades. Estos aspectos se analizan detalladamente a lo largo de los tres capítulos que integran esta sección.

El capítulo “Personas mayores en México: perfiles de consumo y otros efectos económicos en sus hogares” de Owen Eli Ceballos Mina tiene como objetivo central estimar perfiles de ingreso, consumo, ahorro y crédito de los hogares con población en edades de 65 años y más. Para ello Ceballos utiliza la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (enigh) 2000-2012 e identifica los perfiles de consumo de los hogares a lo largo del ciclo de vida. El autor estima modelos semiparamétricos sobre los patrones de consumo de bienes durables, no durables, salud y financiamiento. Enseguida, estima el efecto promedio de la presencia de personas mayores sobre cada variable económica mediante la técnica Propensity Score Matching (psm), que realiza un pareo de los hogares con población en edades avanzadas y de aquellas unidades sin personas mayores. Entre los resultados destaca que la presencia de población en edades avanzadas tiene efectos negativos sobre las variables económicas. En particular encuentra que los hogares con población en edades 65 y más tienen un ingreso diez por ciento menor que las familias sin personas en estas edades. Los efectos más significativos se presentan en la reducción del gasto en consumo de bienes durables y el incremento del gasto en salud.

Uno de los objetivos fundamentales del Plan de Acción Internacional de Madrid es la “lucha contra la pobreza de las personas de edad con miras a erradicarla” (Naciones Unidas, 2003:24). Sin embargo, en México y América Latina aún se mantienen niveles elevados de pobreza en la vejez (Huenchuan y Guzmán, 2006). Por lo tanto, es importante analizar la presencia de los mecanismos que fortalecen la capacidad económica de las personas en edades avanzadas. Particular atención requiere la población con recursos económicos insuficientes, ya que es una condición que representa un obstáculo para garantizar un envejecimiento decente y seguro. Estos son algunos de los elementos que se abordan en el capítulo “Determinantes de la privación de bienestar económico en la población adulta mayor en México” de Isalia Nava Bolaños y Sebastián Antonio Jiménez Solís. El objetivo del documento es identificar los principales factores que influyen en la ausencia de bienestar económico en la vejez, de acuerdo con los autores este último se refiere a las necesidades asociadas a los bienes y servicios que puede adquirir la población a través del ingreso. El capítulo se basa en los microdatos del Módulo de Condiciones Socioeconómicas (mcs) de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (mcs-enigh) 2014 y en la estimación de modelos de regresión logística. Los hallazgos de Nava y Jiménez muestran que el factor determinante más importante de la privación de bienestar económico en la vejez entre la población femenina es la ausencia de seguridad social, mientras que entre la población masculina es la ausencia de programas gubernamentales.

La población en edades avanzadas se enfrenta a los vacíos de los sistemas de pensiones. Rossel y Filgueira (2015:235) revisan 16 países de América Latina y encuentran que “en 11 casos menos de la mitad de las personas mayores de 65 años reciben pensiones y, dentro de este grupo, hay nueve países donde la cobertura es inferior a 30%”. A ello se agregan los montos insuficientes y los altos grados de estratificación. De acuerdo con Rofman y Oliveri (2011) las personas que pertenecen a los estratos de ingreso más altos reportan pensiones más altas, en comparación con aquellos que se ubican en los estratos de menores ingresos. Frente a estos antecedentes desalentadores una opción para la población en edades avanzadas es la de mantenerse en la actividad laboral. Se trata de un tema relevante, ya que a partir de las prospectivas se estima que la población continuará participando en la actividad económica más allá de las edades de jubilación. Un caso particular, es el de la participación económica de la población inmigrante y sus diferencias entre la población nativa. En el capítulo “Las personas inmigrantes mexicanas adultas mayores y su participación laboral en Estados Unidos” de Telesforo Ramírez-García, Elmyra Ybañez Zepeda y Rafael Alarcón Acosta, se analiza la participación laboral de los inmigrantes mexicanos en edades avanzadas en Estados Unidos, un tema políticamente relevante ante el contexto actual, los autores contrastan las características de la población nativa y la de otros inmigrantes. El análisis se realiza con base en los datos de la Current Population Survey (cps). Entre otras características Ramírez-García, Ybañez y Alarcón revisan tasas de participación económica, patrones de inserción ocupacional y condiciones laborales. Los resultados de la investigación muestran que la población mexicana en edades avanzadas incrementó notablemente su participación en el mercado laboral estadounidense entre 2000 y 2014, al registrar tasas de participación económica superiores a las de los nativos y otros inmigrantes. No obstante, los resultados también revelan que la gran mayoría se emplea en trabajos de baja calificación, donde los salarios son bajos y existen pocas prestaciones laborales.

Estos capítulos muestran la ausencia de derechos económicos y sociales de las personas mayores tanto dentro como fuera del territorio mexicano. Sea desde el formato de pensiones, la seguridad económica se vuelve una prioridad que garantiza autonomía y promueve el autocuidado, pero también fortalece los vínculos que propician apoyos sociales y familiares. Sin embargo, aún hay otros temas nuevos que afloran en la discusión sobre el envejecimiento. Siguen nuevas ideas.

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