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ADHESIVOS

En los trabajos de carpintería y de ebanistería, a menudo se necesita unir entre sí diversas piezas de madera, de modo que éstas queden bien ensambladas y resistentes a los esfuerzos de contracción, tracción, flexión, etc., durante su elaboración y posterior uso. Esto se puede conseguir, entre otros medios, gracias a todo tipo de colas de contacto, de origen animal y químico. No se debe olvidar que para que una cola resulte efectiva, sea del tipo que sea, precisa un buen proceso de prensado, que garantice que las piezas se mantengan en su lugar durante el secado del adhesivo.

Tipos de colas

Colas de gelatina

Adhesivo muy antiguo, están fabricadas básicamente con trozos cocidos de pieles, huesos y cartílagos de animales, que al enfriarse quedan convertidos en una pasta translúcida y de fácil aplicación en la madera mediante un pincel. Este tipo de cola se adquiere en forma de placas y diversas densidades de granulados, aplicándose disuelta en agua y al fuego. También conocida como cola de carpintero, genera una forma de unión casi perfecta para la madera, siendo incluso más fuerte que ésta. Pero también este tipo de adhesivo tiene sus inconvenientes: ha de aplicarse en caliente, no resiste la humedad, se derrite con el calor, y puesto que el frío la endurece, se debe encolar con rapidez en un ambiente de bajas temperaturas. Por otra parte, es barata, fácil de preparar y se guarda de forma indefinida una vez preparada.


Dos tipos de cola de origen animal, una en forma de placa y otra granulada.

Las colas de resinas sintéticas

Son adhesivos muy superiores a las colas de origen animal, ya que tienen una mayor resistencia mecánica, y son prácticamente inalterables por la humedad. Aunque sus orígenes se remontan a los primeros años del siglo XX, su uso se generaliza a partir del año 1940. Dentro de este tipo de colas se pueden encontrar las sintéticas formofenólicas, que se venden en polvo o en forma de láminas parecidas al papel de seda, siendo en un principio muy utilizadas para la fabricación del contrachapado, por su dureza.


Recipiente doble para calentar las colas de origen animal mediante la técnica de “baño María”.

También están las colas de urea formaldehído, las cuales se venden en variadas presentaciones: en estado líquido viscoso, de un blanco grisáceo, con fuerte olor a formol, de conservación limitada a no más de tres meses en condiciones óptimas; en polvo, para ser disuelta en agua en una proporción de dos por uno, siendo su conservación indos por uno, siendo su conservación indefinida; también puede obtenerse, aunque no es usual, en forma de película y de espuma.


Cola de contacto constituida por dos componentes sintéticos que reaccionan al mezclarse.


Cola blanca de carpintero hecha a base de resinas sintéticas. Se aplica con pincel.

Las colas sintéticas existen actualmente en una gran variedad, con características más o menos similares, tales como ser impermeables incluso ante el agua hirviendo, no manchar la madera sobre la cual se aplica, resistir el ataque de los microorganismos, y contar con un endurecedor incorporado, ya que las primeras colas sintéticas necesitaban que se les adicionara dicho endurecedor, según instrucciones adjuntas, antes de ser aplicadas.

No se puede dejar de mencionar la silicona, como un pegamento cada vez más usado en el montaje de piezas de madera que deben ir en contacto con otros materiales, tal y como puede ser la instalación de un zócalo sobre un muro enyesado, pintado, empapelado, etc.


Cola de contacto, de amplio uso en trabajos de madera, especialmente para pegar chapas o tableros de todo tipo.

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