Читать книгу Momentos estelares de la NFL - Victor Hasbani Kermanchahi - Страница 5
PRÓLOGO (CON UN POCO DE HISTORIA)
ОглавлениеSIEMPRE HE CREÍDO QUE LOS ESTADOUNIDENSES se enamoraron del fútbol porque contiene un pilar de la historia norteamericana: la conquista del territorio. El fútbol no es sino la escenificación de una batalla en la que dos contrincantes atacan y defienden según un plan trazado con el objetivo de llegar a la tierra prometida. En ese conflicto cabe la violencia, un ingrediente que siempre ha fascinado a los americanos. El fútbol condensa una gran parte de la esencia americana.
La historia arranca en las cercanías de Canton, Ohio —ciudad que alberga hoy la monumental arca de la gloria en homenaje a todos los que han contribuido a la leyenda de este deporte1— en las últimas décadas del siglo XIX, cuando en Inglaterra se empezaban a desarrollar los juegos que acabarían convirtiéndose en los modernos fútbol y rugby, y que en los Estados Unidos tomaron una ruta diferente pese a tener una raíz común. En 1876 un grupo de universitarios redactó las primeras reglas y, tres años más tarde, Walter Camp, considerado el padre del fútbol americano, las perfeccionó2. El fútbol americano tal y como lo entendemos hoy en día daba sus primeros pasos.
El fútbol profesional empezó en 1920, cuando catorce equipos crearon la American Professional Football Association3 (empezó a llamarse National Football League a partir de 1922). En esa lejana primera temporada todos los equipos procedían de los estados que hay alrededor de los cinco grandes lagos. Solo dos de ellos todavía existen: los Chicago Cardinals, hoy Arizona Cardinals, y los Decatur Staleys, hoy Chicago Bears. La primera edición la ganaron los Akron Pros. Al año siguiente llegaron los Packers de Green Bay, que se enfrentaron a los Staleys, ya trasladados a Chicago, en el primer acto de una rivalidad hoy legendaria.
El primer gran equipo de la historia fueron los Canton Bulldogs, que acabaron dos temporadas seguidas invictos, en 1922 y 1923. Al año siguiente el dueño de los Cleveland Indians, equipo que acababa de desaparecer, decidió comprar la franquicia de los Bulldogs y la trasladó a Cleveland. En 1924 los Cleveland Bulldogs ganaron su tercer título seguido ya con el nuevo apelativo.
El respaldo de la afición no tardó en llegar. Los Chicago Bears, entrenados por el legendario George Halas, uno de los padres fundadores de la NFL, ficharon en 1925 a la estrella universitaria Harold «Red» Grange, y a final de temporada organizaron una gira a lo largo y ancho del país. En el Coliseo de Los Angeles, siete años antes de que este albergara los Juegos Olímpicos, más de 65.000 aficionados acudieron a ver a Grange y los Bears. El fútbol triunfaba también en el Oeste.
Aquellos locos años 20 del siglo pasado registraron el rápido nacimiento de franquicias y el fugaz cierre de otras. En 1928 solo diez equipos disputaron la liga. Al año siguiente, en una tarde de otoño bajo las farolas del Kinsley Park de Providence, Rhode Island, se disputó el primer duelo nocturno. Aquel día se decidió pintar el balón de blanco para que los protagonistas pudiesen verlo más claramente. Hablamos de una época en que los jugadores todavía no utilizaban cascos de plástico, sino unas protecciones de piel similares a las que hoy en día emplean algunos jugadores de rugby. No fue hasta 1943 que la NFL obligó a los jugadores a utilizar casco. El primer equipo en utilizar cascos de plástico con su propio logo fueron los Rams en 19484.
Los Packers fueron, tras los Canton Bulldogs, el segundo gran combinado de la historia. Los de Green Bay, entrenados por Curly Lambeau, uno de los dos fundadores del legendario equipo del estado de Wisconsin, lograron el campeonato en 1929, 1930 y 1931. El reinado acabó en 1932 cuando por primera vez hubo un empate a final de temporada entre los Chicago Bears y los Portsmouth Spartans y se tomó la decisión de instaurar un partido de desempate. Debido al mal tiempo, se armó dentro del Chicago Stadium una cancha de 80 yardas (60 de emparrillado más 10 yardas en las dos áreas de touchdown). Una expectante multitud asistió al triunfo de los Bears sobre los Spartans, que pronto se convertirían en los Detroit Lions5.
Es imposible relatar estos primeros años de NFL sin hablar de la historia del país. También la más cruda. La segregación racial dejó huella también en el fútbol americano. Si bien en la primera década de competición algunas plantillas contaron con jugadores blancos y negros, debido a un acuerdo no escrito entre los dueños de las franquicias, a partir de 1933 la NFL decidió prohibir el concurso de jugadores de raza negra, que solo fueron readmitidos después de la Segunda Guerra Mundial6.
Mientras en Europa ya habían empezado los horrores de la guerra, en otoño de 1939 fue retransmitido el primer partido por televisión. La NBC se encargó de emitir un Brooklyn Dodgers7-Philadelphia Eagles para la región de Nueva York. Se calcula que unos 500 aparatos recibieron la histórica señal del encuentro, que fue proyectado también en un pabellón de la Feria Mundial de Nueva York. No fue hasta 1951 cuando todo el país pudo disfrutar de una final de Campeonato. En aquella ocasión, los Rams de Los Angeles derrotaron a los Cleveland Browns8 24 a 17 en un Memorial Coliseum abarrotado9.
En 1960 nació la American Football League, con ocho equipos. Fue en un principio una especie de hermana menor de la NFL hasta que las dos ligas se fusionaron en 1970. A partir de ese año, la NFL incorporó los combinados de la AFL y se crearon dos conferencias, la Americana y la Nacional, con un total de 26 franquicias. Actualmente cada conferencia tiene 16 equipos organizados en cuatro divisiones de cuatro conjuntos. Se clasifican para playoffs los cuatro ganadores de división más dos wild card. Los dos ganadores de división con mejor récord pasan directamente a segunda ronda, donde reciben en casa a los ganadores de los encuentros entre los wild card y los ganadores de división con peor récord (estos últimos anfitriones en dicho encuentro). Los dos supervivientes disputan las finales de Conferencia, que siempre se juegan en el estadio del equipo con mejor balance de victorias y derrotas. Finalmente, los dos ganadores de las finales de Conferencia disputan la Super Bowl, el mayor espectáculo deportivo del mundo, en terreno neutral10.
Los relativamente pocos encuentros que se disputan cada temporada hace que casi todos los recintos estén llenos a rebosar y que el ritual de los días de partido adopte un aire casi místico. Asistir a un partido de la NFL es como presenciar un culto pagano. Uno percibe la sensación de que toda la ciudad, o a veces todo el estado, peregrina hacia el estadio. Los aficionados suelen llegar horas antes del arranque de la contienda. En los aparcamientos, los fans abren el maletero y lo utilizan para colocar las bebidas y la carne que asarán al lado del vehículo. Las llamadas «tailgate parties» forman parte de la liturgia del fútbol.
Si bien el béisbol está considerado el pasatiempo favorito de los estadounidenses y la NBA vive años gloriosos, el fútbol americano es indiscutiblemente el deporte rey en la tierra del Tío Sam. La historia de la NFL, rica en anécdotas, dinastías, personajes carismáticos, remontadas improbables y recepciones cruciales, es una fuente inagotable de historias inolvidables. En esta obra rememoramos catorce de los mejores momentos de la liga americana de fútbol. Agárrense. El show está a punto de empezar.
VICTOR HASBANI
Barcelona, 11 de octubre de 2020