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DE MOMENTO, SIENTO FRÍO

Me tumbo en la cama con la respiración contenida. El pasado de mi reciente nuevo ser se ha convertido en un alien engullido que se va apropiando de todos mis interiores y se quiere expandir a toda prisa por mis adentros. Siento la presión en los intestinos; en los pulmones, que se hinchan; en el corazón, que late apresuradamente, mientras que allí afuera todo se está empezando a difuminar, se decolora y se va disolviendo en un líquido borroso, oscuro y espeso que no parece ser nada de lo que conozco.

Las voces me miran y los gritos me preguntan reprochándome mi indiferencia por todo lo mío; la desidia y el abandono a mis atenciones.

Prefiero no pensar en dormir. La soledad de la noche me atormenta y los fantasmas van tomando posiciones. No quieren esperar a que me duerma. No quiero pensar en dormir. Tengo que cerrar los ojos y esperar a ver si se van, pero no puedo mantenerlos más de dos o tres segundos y de nuevo los abro sobresaltada. Siguen ahí. No sé qué puedo hacer. Será mejora salir de la cama de nuevo, encender la luz y esperar, pero respiro a bocanadas; no quiero saber nada de dormir. La habitación va girando e intento buscar un punto donde asirme para no caer, para no volar sin idea de cómo volver.

Me levanto. Ya no soy nada más allá de las lágrimas que me van brotando. Intento levantar persianas, abrir ventanas y esperar el aire fresco de la noche en mi cara, pero no…, Es febrero y el calor me arrebata; me niego a pensar en dormir.

Intento recuperar mis pensamientos, mi sueño de interesarles, pero no veo mi parte por ningún sitio. No tengo cabida en esta historia, ni siquiera como comparsa. Quizás representando otra historia tenga algo que decir; tendré que preguntar.

El alien que se va apoderando de mis «pordentros» parece que ha terminado su cometido. Me siento vacía, creo que no ha dejado nada para luego. Lo ha devorado todo y se extiende hacia fuera el olor de la desolación, de la soledad más absoluta.

Me acuesto de nuevo, aunque no quiero pensar en dormir. Me meto en la cama a ver si el alien quiere salir al exterior o se queda dentro. No parece resuelto a tomar una determinación. Yo tampoco. Será cuestión de compartir nuestras desidias.

De momento siento frío.

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