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La quemadura

En una mañana de verano de 1990, yo por testarudez, quién sabe, intenté hacer mi propio biberón. No recuerdo en detalle cómo ocurrió todo, pero recuerdo la cafetera, la hervidora de agua y el agua hervida cayendo sobre mi cuerpo, ¡vaya si sentí tanto dolor, todo quemado que lloré desde la mañana hasta la tarde! Mi hermano Thiago me llevó a la casa de unos amigos para jugar, todavía recuerdo a las personas preguntándome qué tenía y yo no sabía qué explicarles. Solo tenía mi cara muy triste y con miedo. Pasé toda aquella tarde verano quemado, sentado y mi hermano Thiago divirtiéndose. Siempre pensé que él me odiaba por haberme tenido tantas horas todo lastimado. Pasé muchos años de mi vida pensando eso. Me tomó tiempo entender que él era solo un niño cuidando a otro niño.

Ya era el final de la tarde cuando mi hermano mayor Carlos nos encontró yendo a la casa, él estaba enojado, pues ese día nuevamente nos volveríamos a mudar de casa. Casi olvido mencionar que alquilábamos. Cuando llegamos a la nueva casa al ver a mi madre, como todo niño, comencé a llorar y ella al verme, así como me encontraba salió corriendo para llevarme al hospital. Hoy llamé a mi hermano Carlos, me contó algo que yo no recordaba. Él casi peleó con el chofer del autobús porque no quería dejarme entrar por adelante porque mis condiciones no lo permitían que yo pasé por la roleta.

Al llegar al hospital la situación era mucho más fea. El médico que me atendió dijo no puedo anestesiarlo, pues ya pasó mucho tiempo así y puede ser que no esté sintiendo más dolor. Cuando él cortó mi camisa color azul celeste mis lágrimas cayeron. Yo no sentía dolor ni miedo, cuando pude ver mi cuerpo estaba todo deformado del lado derecho de mi tórax. En fin, tengo esas cicatrices hasta el día de hoy. Pero eso fue solo el comienzo de todo porque después comencé a entrar en el proceso de recuperación. Recuerdo que mi madre hacía los vendajes antes de ir a trabajar.

Lo peor fue el trauma que yo tenía, nunca me sacaba la camiseta, ya no jugaba con otros niños, me sentía horrible a causa de la quemadura.

También tuve lindos momentos en Tramandaí. Fue donde conocí a la primera noviecita de la infancia, ella era muy especial para mí. Aprendí muchas cosas con ella, que el cariño y el amor superan a cualquier cosa. En esa época de mi primera novia mi familia estaba dividida.

Mi hermano Carlos viajaba mucho por su trabajo y pasaba más tiempo con Thiago.

Mi hermano estaba descubriendo la vida e incluso las drogas. Veía cambiar mucho su estado de ánimo y no sabía lo que estaba sucediendo. Terminaba teniendo muchos conflictos amargos yo salía siempre perdiendo el me golpeaba mucho. Recuerdo ir para la escuela a veces con un ojo morado, era la broma de todos. Tenía mucho odio de esa época, cada vez que la recuerdo todavía hoy me invade una tristeza. Ya sabes, en la vida tenemos muchas revanchas, yo tuve la mía, pero también tuve muchas alegrías y la nombro.

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