Читать книгу Sexo en Egipto - Violeta Fijalkauskas - Страница 13

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Noches con Aladdin

En el cine fue a comprar pochoclos y me dio unos en la boca. Fue el momento más sexy. Me dijo que era un lugar para románticos y me abrazó. Ahí ya me sentía feliz.

Cada vez que nos tocábamos había electricidad.

Hasta que no se que me dijo y me dio un beso. Ahí dejamos de ver la película.

Me tocó las tetas, me metió la mano.

Lo toqué.

“¿Pasamos la noche juntos?” me dijo.

“Si” entre besos.

“Me gustás desde el primer momento” me dijo.

“A mi también”

“¿Qué te gusta de mí?” me preguntó.

“Nose”

“Todo?” me dijo.

Hablamos de ir a bailar, a Hurghada a la playa juntos.

Salimos a fumar y fue muy divertido. Habíamos entrado como amigos y salimos así.

Fuimos caminando de la mano por Cairo. Compró preservativos, comida y fumamos más. Después volvimos al departamento y estuvimos 3 veces.

Una noche compró preservativos de mango y me pareció genial. Solo en Egipto pueden inventar algo así. Se lo chupé mil veces. Yo tenía una colita, un corpiño y bombacha negros.

Cada mañana volvía al hotel a las 6 am a tomar el desayuno, los de la recepción me entregaban las llaves con cara de “sé donde estuviste anoche”.

Yo tenía un top negro y jeans, escuchando la música de la terraza y sintiendome plena, mirando las pirámides.

Otra noche me pasó a buscar con una bolsa de frutas, mis preferidas.

Alquilamos otro piso esta vez mucho más lindo con paredes rosas y violetas, frazadas con flores lujosas fucsias y marrones. Faroles de jazmín con estrellas y brillos. Un baño lleno de nubes celestes. Entramos al departamento y fuimos al cuarto. Nos besamos apasionadamente. Siempre me agarraba del cuello y era algo violento pero me excitaba. Terminamos y fumamos. Comimos fruta. Estuvo bueno aunque a veces yo me quedaba con ganas de más. Me tocaba pero parecía más un principiante en eso. Había tenido sexo por primera vez hace un año.

“Vamos a hacerlo?” me decía.

Cuando nos fuimos se despidió con un beso sexy en el ascensor.

“Me gustó ese beso” le dije después por mensaje.

Un día fumando shisha de mango en un café me dijo que me amaba. Me lo mandó por whatsapp y yo le dije yo también.

“Yo también que?”

“Yo también te amo”

Lo pensaba cada vez que le daba un beso y se lo había dicho un día indirectamente mandándole un corazón.

Sexo en Egipto

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