Читать книгу Sexo en Egipto - Violeta Fijalkauskas - Страница 8

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Aswan

Vine ayer en tren. Las pirámides y las lámparas colgantes me tenían hipnotizada. Decidí que mi prioridad era viajar y me lo permití. Ahora estoy en un hotel en un balcón frente al Nilo, escuchando los pájaros, las bocinas y los camellos. Los carruajes con caballos y manos colgantes me fascinan. Son como de Blancanieves. Una vez tuve la suerte de tomar uno en Luxor. Me llevó un chico a la estación de tren. Fue un momento de película.

Acá todos quieren ser mi marido.

En el tren yo no tenía nada para comer y un señor sentado adelante mío me regaló su agua, yo le regalé una tarjeta que decía “God bless you”. Me parece que se emocionó. Nunca se sabe porque están atravesando las personas.

Ayer fui un rato a sentarme a una plaza frente al hotel. Fue un placer. Había algunos árabes con túnicas, vestidos largos y pañuelos en la cabeza.

Me parece que les queda super canchero así que yo me puse uno igual.

Después me compré un traje de princesa de Jazmín. Parece que tengo 5 años de nuevo. Pero lo amo. Siento que cuando yo viajo el mundo viaja conmigo.

Hay una pareja teniendo sexo en un colchón en la calle en frente mío.

Les contaré más de Luxor. Estaba de viaje de Hurghada a Luxor en bus. Y me compré un pantalón muy lindo que había visto en un bazar del desierto. Era rosa con una pluma dorada y puntitos. Fui y volví varias veces caminando hasta que lo compré.

De repente escucho que alguien me dice: “You changed your mind…” en un tono muy misterioso y seductor.

Le digo:

“Yes”

Era un chico alto, egipcio que se sentó atrás mío. Tenía pelo largo y piel morena.

Hablamos sobre Luxor y los viajes. Le convidé unos frutos secos y me regaló un jugo de limón riquísimo.

El del colchón me mira ahora.

Cuando llegamos a Luxor me acompañó caminando hasta mi hotel y me dijo que tenía un barco. Me invitó a navegar al día siguiente y me pareció una aventura a la que no podía decir que no.

Me desperté y fui con mi valija. Me estaba esperando con su primo. Era un velero. Fuimos con calma, escuchando los pájaros, la quietud del agua. El cielo. Jugamos al dominó y puso música. Perfect de Ed Sheeran. Me agarró de la cintura para que no me cayera al agua. Yo tenía puesto el pantalón rosa nuevo y un top negro. El una camisa azul y blanca y un gran reloj. Fumamos.

“We have the same mind right?” me dijo.

Yo no entendí y le dije

“What?”

“I think you are thinking the same as me”

Finalmente entendí. Empezamos a besarnos y fuimos a la cabina. Era una puerta blanca en un costado del barco. Entramos y había unos colchones y telas estampadas rojas y blancas con flores.

Nos sacamos la ropa acaloradamente. Tenía mucha experiencia y se notaba. Me encantó. Me tocó hasta que acabé con un orgasmo. Quiso coger pero no tenía forro así que le dije que no. Acabó en mis tetas. Tenía labios grandes y besaba muy bien. Y la tenía muy grande. Después salió y se tiró al agua. Entró el primo y quiso estar conmigo mientras yo me cambiaba. Tuve que decirle que no de manera muy enojada. Apareció Ahmed, le expliqué lo que pasó y me pidieron perdón, me dijo que no lo había visto. Fue una lección aprendida y un miedo superado para mi. De ser “violada”. No fue tan grave. El primo me dio un beso en la frente. Volvimos rápido y Ahmed me acompañó a la estación de tren.

El cielo acá es eterno. Va de una punta a la otra, me expande el alma. Y el Nilo me transmite serenidad.

Hay templos misteriosos y antiguos sobre montañas de arena y una hilera de árboles en la Nubian Village del otro lado del río. Acá no llueve por eso el Nilo es la única fuente de agua de la región.

Tampoco hay muchas nubes. El sol se pone detrás de las pirámides en Cairo regalando atardeceres hermosos. Y acá en Aswan, al sur se pone justo detrás de las montañas.

Los amaneceres son rojos y celestes. Y las palmeras hacen sombras hawaianas. Parece una postal. Me recuerda a las camisas de los mozos de Kasas. Un lugar al que fui a comer 1000 veces en Cairo.

Una vez fuimos de noche con Aladdin, en la que le hice un retrato.

Otro día fui y como no me andaba la tarjeta los sirios de la mesa de al lado me invitaron la comida. Me recomendaron que vaya a un restaurant sirio y también les hice una tarjeta de “God bless you.” Me sentí muy agradecida y bendecida ese día.

En los mercados lo que más amo son los trajes de belly dancers. Llenos de moneditas y muy sensuales, colores como verde sirena. Como los reflejos color plata del Nilo.

La lencería es fantástica, llena de vestidos largos hasta el piso, color azul, con mangas largas y anchas con agujeros en los hombros.

Me recuerda una camisa que me fabriqué hace años en Buenos Aires. Era vintage y le mandé a hacer agujeros en los brazos. Super sexy y única.

Me estoy conectando con ese lado mío en el viaje.

Las mujeres están todas tapadas acá. Aunque los pañuelos en la cabeza son muy sensuales y tienen estilo. Se arreglan, se maquillan.

Me acuerdo que mi papá me dijo eso sobre las mujeres en Escocia. Me encanta como en mi familia nos fijamos en esas cosas. Él me dijo que la mujer más linda que vio en su vida tenía un jean y una camisa de varón. Sin maquillaje.

Ahora me compré un vestido azul.

Amo todos los colores. Acá me compre un top de belly dancer en Giza, la zona frente a las pirámides. Es rojo con brillos, mostacillas doradas en los hombros y moneditas colgando. Lo amo.

Estuve comiendo muchísimo falafel. Fui a comprar fruta muchas veces a un local de jugos y me la regalaban.

Acá todos leen el Corán. Lo tienen en el bolsillo, en el auto, en el barco y en el hotel. Y tienen una alfombrita muy linda para rezar. Lilas, amarillas, azules con flores, verdes.

Acá se reza 5 veces por día. Hay “mosques” por todas partes. Me encanta dibujarlas en mi cuaderno porque tienen una luna en la punta. Vine con la intención de pintar y viajar. Traje un cuaderno para pintar mis lugares preferidos.

Algunas mujeres no usan pañuelos en la cabeza, depende la familia. Tienen trajes brillantes hermosos. En la noche una vez vi a una usando un vestido largo con lentejuelas plateadas para entrar a un barco.

La mujer más hermosa que vi es Oola, una escandinava que vive acá. Pasó con una corona de flores en la cabeza, pelo largo rubio, piel tostada, cara redonda amable. Tenía un vestido blanco con flores rosas y unas calzas negras abajo para protegerse de los musulmanes. La escuché decir: “Meditation, meditation”. Me encanta porque yo también medito.

Me gustaría tener un cuaderno para escribir ya que este es para dibujar.

Antes de venir hice una meditación y me vi meditando frente al Nilo. Era mi lugar. Para renacer. Para confiar, para disfrutar de la vida. Para soltar a mi diosa interior a pesar de lo que dijeran otros. Aprendí a seguir mi intuición y corazón soltando todo lo que yo no puedo controlar. Como las deudas.

Cuando fui a Luxor me dijeron que Agatha Christie se quedó en mi mismo hotel. El Winter Palace. Me pareció muy inspirador. Escribió Muerte en el Nilo.

Pienso en mis amigos tan solos y tristes en Buenos Aires. Si viajan al lugar de sus sueños todos sus problemas se solucionarán.

Ayer me dormí haciendo un ejercicio espiritual para atraer buenas relaciones a mi vida. Y hoy apareció un mozo super buena onda, amable.

“Welcome to Aswan” me dijo.

Ahora me voy a ir a hacer un tattoo de henna. Cuando llegué al aeropuerto de Cairo vi la mano de una mujer con un tattoo de hojas negras muy misterioso en su brazo. Tenía una túnica de encaje negro y la cara tapada. Me pareció muy mágico y único.

A mi no me gustaban los tatuajes pero estando acá si que me divierte hacerme uno por 20 pounds.

Hay unas mujeres de Sudán que los hacen en el mercado. Sudán es un país al sur de Egipto. Viajando en bus conocí a un chico de Suiza que me dijo que eran todos muy buena onda allá. Se me ocurrió la idea de seguir viajando. Aunque admito que África me da miedo. Pero acá estoy, superando un montón de miedos.

Sexo en Egipto

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