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THE AZTEC MUMMY LIVES!


iLA MOMIA AZTECA VIVE!

Standing at the very top of an ancient temple, we watch as five Aztec priests chant the name of their ancient god of death: Mictlantecuhtli!

“We ask that you restore life to the mummified remains of your ancient servant whom we have placed on your altar,” one of the Aztec priests beseeches. “Restore life to him so that he might carry out your plans of death and destruction.”

“Mictlantecuhtli! Mictlantecuhtli! Michtlantecuhtli!” they chant again and again, their chorus growing louder and louder till it has its desired effect.


Parados en la cima de un templo ancestral, miramos a cinco sacerdotes aztecas que cantan en coro el nombre de su antiguo dios de la muerte: ¡Mictlantecuhtli!

—Hemos puesto en tu altar los restos momificados de tu servidor con el fin de que los devuelvas a la vida—implora uno de los sacerdotes aztecas—. Dales vida para que puedan llevar a cabo tus planes de muerte y destrucción.

—¡Mictlantecuhtli! ¡Mictlantecuhtli! ¡Mictlantecuhtli!—los sacerdotes corean una y otra vez. Su canto aumenta cada vez más de volumen hasta que obtienen el efecto deseado.

The mummy begins to rise up slowly and rears its head in our direction. Yellowed bestial eyes stare at us from underneath the tattered remnants of a centuries-old lucha libre mask. The ancient fiend known as the Aztec Mummy now lives! Again!

“I’m scared, Max,” says my horrified sister Rita.

“Don’t you worry,” I tell her. “Gus went to go get help. He won’t let us down.”

“I hope you’re right,” says Little Robert.

“Bring me the girl!” demands the Aztec Mummy. “She will be the first to be sacrificed to the ancient god Mictlantecuhtli.” The high priests grab Rita and force her up to the altar.

“They’re taking Rita!” screams Little Robert.

“Leave our sister alone!” I cry out and punch one of the high priests in the jaw. Little Robert—who has hit a major growth spurt during the summer and is now as tall as I am—tries to help, but it’s no use. There are just too many of them. We watch helplessly as two of the high priests hold Rita down on the sacrificial altar. The Aztec Mummy walks towards her with an obsidian knife in his hand.

“I will rip your still-beating heart from your chest, my child,” he warns her. “Your heart and those of your brothers will be placed in the cauldron of the eternal flame. They will be burnt offerings served up to the god Mictlantecuhtli.” It seems all hope is lost: Rita is doomed, and after her, us!

“I found him!” cries out my friend Gus who has just arrived. He hasn’t returned alone.

La momia empieza a levantarse lentamente y gira la cabeza hacia donde estamos. Nos miran fijamente unos ojos amarillos bestiales debajo de los restos andrajosos de una antigua máscara de lucha libre. ¡El viejo demonio conocido como La Momia Azteca vive! ¡De nuevo!

—Tengo miedo, Max—dice mi aterrada hermana Rita.

—No te preocupes—le digo—. Gus fue a buscar ayuda. No nos defraudará.

—Ojalá tengas razón—dice Robertito.

—Tráiganme a la niña—ordena La Momia Azteca—. Será la primera sacrificada ante el antiguo dios Mictlantecuhtli.

El sumo sacerdote agarra a Rita y la obliga a subir al altar.

—¡Se llevan a Rita!—grita Robertito.

—¡Deja a nuestra hermana en paz!—le grito y le doy un puñetazo en la mandíbula a uno de los sacerdotes.

Robertito—quien se ha desarrollado durante el verano y ahora es tan alto como yo—intenta ayudar, pero de nada sirve. Son demasiados. Miramos impotentes cómo dos de los sumos sacerdotes sostienen a Rita sobre el altar de los sacrificios. La Momia Azteca camina hacia ella con un cuchillo de obsidiana en la mano.

—Arrancaré el corazón de tu pecho, mi niña—le dice—. Tu corazón y luego el de tus hermanos estarán en el caldero de la flama eterna. Serán ofrendas dedicadas al dios Mictlantecuhtli.

Parece que todo está perdido. Rita está perdida y después de ella, ¡nosotros!

—¡Lo encontré!—grita mi amigo Gus que acaba de llegar. No ha regresado solo.

Standing behind him is the towering presence of the masked lucha libre hero who the world calls the Guardian Angel!

“Have no fear, children,” declares the Guardian Angel. He leaps up on the sacrificial altar. The Aztec Mummy backs away from Rita, creeping low with fright.

“Look out,” I cry, trying to warn the Guardian Angel. The priests are sneaking up behind him.

“I see them, Max,” he says. He turns around to face the priests. “I will send these evil abominations back to the fiery flames of hell where they came from.” They charge at the Guardian Angel, but a series of kicks and punches leaves them all lying unconscious on the altar. The Aztec Mummy lunges at the Guardian Angel with his knife, but the mighty hero dodges the blade and greets the centuries-old fiend with a barrage of left and right uppercuts that have the villain reeling.

But then, as if drawing power from a dark and malevolent force, the Aztec Mummy shakes off the Guardian Angel’s blows and grabs the great hero by his throat. He hoists the Guardian Angel up into the air and throws him off the temple!

“No,” I cry out in disbelief. The Aztec Mummy has hurled the Guardian Angel down to his death. The Aztec Mummy turns his attention back to us.

“Mictlantecuhtli demands to be fed,” he cries out.

“He’s coming after me!” screams Rita. She tries to escape, but the Aztec Mummy has her cornered.

Parado detrás de él se encuentra la presencia monumental de ese héroe enmascarado de la lucha libre que el mundo llama ¡El Ángel de la Guarda!

—No teman, chicos—nos dice El Ángel de la Guarda. Brinca encima del altar de los sacrificios. La Momia Azteca se separa de Rita, apartándose atemorizada.

—Cuidado—grito, tratando de advertirle al Ángel de la Guarda que los sacerdotes se le acercan por atrás.

—Ya los vi, Max—dice. Se voltea para enfrentar a los sacerdotes—. Mandaré a estas malditas abominaciones de regreso a las ardientes llamas del infierno de donde vinieron.

Se lanzan sobre El Ángel de la Guarda, pero una serie de patadas y golpes los deja inconscientes sobre el altar. La Momia Azteca se lanza contra El Ángel de la Guarda con su cuchillo; pero el poderoso héroe esquiva la navaja y le da la bienvenida a la antigua bestia con una serie de golpes a la derecha y a la izquierda que la dejan tambaleándose.

Pero entonces, como si jalara poder de una fuerza malévola y oscura, La Momia Azteca se sacude los golpes del Ángel de la Guarda y agarra del cuello al gran héroe. ¡Levanta al Ángel de la Guarda y lo arroja fuera del templo!

—No—grito con incredulidad. La Momia Azteca ha arrojado al Ángel de la Guarda hacia una muerte segura. De nuevo somos el centro de atención de La Momia Azteca.

—Mictlantecuhtli quiere comer—grita.

—¡Viene por mí!—exclama Rita. Trata de huir, pero La Momia Azteca la tiene atrapada.

“Stay away from my sister!” I leap on the Aztec Mummy’s back and try to bring him down, but he’s too strong. Angered by my act of defiance, the Aztec Mummy grabs me by my shirt and lifts me up till my feet can’t touch the floor any more. As I try to break free from his grasp, I hear a sound not unlike that of an approaching jet engine.

“What is that infernal noise?” asks the Aztec Mummy. We look up and witness the impossible. A man is flying across the sky! But it’s not just any man. It’s the Guardian Angel! He delivers a crushing two-fisted blow to the Aztec Mummy’s chest!

“It can’t be,” declares the stunned mummy. “How did you survive the fall?” Then, as if to answer the villain’s question, the Guardian Angel descends slowly onto the temple, rocket exhaust escaping from the soles of his wrestler boots.

“The Guardian Angel has flying rocket boots,” screams Little Robert. “That is so cool!” The Guardian Angel delivers a series of kicks and punches that serve to weaken the Aztec Mummy. He then pumps his fist into the air and lifts his fumbling opponent off the ground.

The Guardian Angel is about to deliver the Hand of God to the Aztec Mummy, and he is going to do it at the top of an Aztec temple! He slams the Aztec Mummy down so hard that the impact causes the cauldron of the eternal flame to tip over onto the hellish villain. The Aztec Mummy shrieks in pain as its mummified body is engulfed by the flames!

—Aléjate de mi hermana!—Brinco sobre la espalda de La Momia Azteca y trato de tumbarla, pero es demasiado fuerte. Enfurecida por mi desafío, La Momia Azteca me agarra de la camisa y me levanta hasta que mis pies no tocan el suelo. Mientras trato de soltarme, escucho un sonido como de avión supersónico.

—¿Qué es ese ruido infernal?—pregunta La Momia Azteca. Miramos hacia arriba y nos volvemos testigos de lo imposible. ¡Un hombre que vuela a través del cielo! Pero no es cualquier hombre. ¡Es El Ángel de la Guarda! ¡Propina golpes con sus dos puños al pecho de La Momia Azteca!

—No puede ser—dice la momia, aturdida—. ¿Cómo sobreviviste la caída?

Entonces, como si fuera una respuesta a la pregunta del villano, El Ángel de la Guarda desciende lentamente sobre el templo, gases de cohete escapando de las suelas de sus botas de luchador.

—El Ángel de la Guarda tiene botas de cohete—grita Robertito—. ¡Que chido!

El Ángel de la Guarda propina una serie de patadas y golpes que debilitan a la Momia Azteca. Sube el puño al aire a la vez que levanta del suelo a su oponente.

El Ángel de la Guarda está a punto de propinar la Mano de Dios a La Momia Azteca, ¡y lo hará en la cima del templo azteca! Deja caer a La Momia Azteca con tal fuerza que hace que el caldero de las llamas eternas se caiga encima del villano infernal. ¡La Momia Azteca chilla de dolor mientras su cuerpo momificado se consume en el fuego!

Standing behind the Guardian Angel, we watch as the Aztec Mummy falls off the temple to his fiery death below.

“And cut!” yells film director Rogelio Agrasanchez. Two crew members rush over to the platform that caught the Aztec Mummy as he was falling and use fire extinguishers to put out the flames.

“I can’t believe I’m actually going to be in a movie,” shrieks an overly excited Rita.

“Don’t you go all Hollywood on me, girl,” warns our mother, Braulia. She is watching from the sidelines, stern-faced as always.

“I can’t believe I saw a man be set on fire,” says my father, Ventura. He has found a whole new admiration for movie stuntmen.

“I can’t believe that I haven’t eaten in two whole hours,” says Little Robert. “When can we go back to the food trailer?” Little Robert’s growth spurt has been accompanied by a never-ending appetite that seems to grow bigger and bigger by the day.

Tio Rodolfo, who is secretly the Guardian Angel, invited us to come with him to Mexico City this summer where he has been filming his latest movie. He also invited us to be extras in the film. Of course we said yes. I mean, who would pass up a chance to be in a movie?!?

Gus, the grandson of Vampire Velasquez who lives in Mexico City with his mom, has come to hang out with me for the day and ended up being in the film too.

“Are we done for today, Rogelio?” asks the Guardian Angel.

Parados detrás del Ángel de la Guarda, miramos a La Momia Azteca caer del templo hacia una muerte segura.

—¡Y corte!—grita el director de cine Rogelio Agrasánchez. Dos miembros del equipo corren hacia la plataforma que capturó a La Momia Azteca mientras caía y usan extinguidores para apagar el fuego.

—No puedo creer que voy a salir en una película—grita una Rita súper emocionada.

—Que no se te suba la fama, muchacha—advierte Braulia, nuestra mamá, quien nos mira desde las orillas, su cara dura como siempre.

—No puedo creer que vi a un hombre en llamas—dice mi papá, Ventura. Ha renovado su admiración por los dobles de las películas.

—No puedo creer que no he comido en dos horas—dice Robertito—. ¿Cuando podemos regresar al camión de comida?

Un apetito permanente que parece crecer más y más cada día acompaña el crecimiento de Robertito.

Nuestro tío Rodolfo, quien en secreto es El Ángel de la Guarda, nos invitó a venir con él a la Ciudad de México este verano donde está filmando una película. También nos invitó a ser extras. Por supuesto que aceptamos. O sea, ¿¡quién dejaría pasar una oportunidad así!?

Gus, el nieto del Vampiro Velásquez, quien vive en la Ciudad de México con su mamá, ha venido a pasar el día conmigo, y termino saliendo saliendo en la película también.

—¿Acabamos por hoy, Rogelio?—pregunta El Ángel de la Guarda.

“I think we’re good,” says the film director. “We can continue shooting the rest of the scenes later in the week.”

“Can we go eat then, tio?” asks Little Robert. “I’m starving!”

“How would you all like to go eat at the best taqueria in all of Mexico, maybe in the whole world?”

Little Robert’s eyes widen. “What are we waiting for, tio? Let’s go!”

—Parece que sí—dice el director de la película—. Podemos seguir filmando el resto de la semana.

—¿Podemos ir a comer, tío?—pregunta Robertito—. Tengo mucha hambre.

—¿Les gustaría comer en la mejor taquería de todo México, tal vez de todo el mundo?

Los ojos de Robertito se hicieron grandes. ¿Qué esperamos, tío? ¡Vamos!

Maximilian and the Curse of the Fallen Angel

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