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I CAN BE THE NEW GUARDIAN ANGEL TOO


YO TAMBIÉN PUEDO SER EL NUEVO ÁNGEL DE LA GUARDO

“Show me what you got, Max,” screams Gus.

I charge at him full force, but a split second before impact I leapfrog over him and roll across his back. I hook his right arm with mine. Before my feet can touch the ground, I am flipping Gus over my shoulders. The move sends him crashing down to the mat. I don’t have much time to celebrate however, because Gus immediately knocks my legs out from under me.


—Muéstrame lo que sabes hacer, Max—grita Gus.

Me lanzo contra él con toda mi fuerza, pero en una centésima de segundo, antes del impacto, brinco como rana y me doy vueltas sobre su espalda. Engancho su brazo derecho en el mío. Antes de que mis pies toquen el suelo, estoy lanzando a Gus sobre mis hombros. La maniobra lo lanza y choca contra la lona. No tengo demasiado tiempo para celebrar porque Gus inmediatamente se arroja contra mis piernas.

I block his attempt to place me in a leg lock by grabbing the top of his head and rolling his shoulders to the canvas for a pin attempt, but ever-resourceful Gus kicks out at the two count.

“Not bad,” says a grinning Vampiro Velasquez, who is standing on the top of the ring apron. In his prime Vampiro Velasquez was one of the most feared rudos in all of lucha libre, but bad knees have forced him into semi-retirement. His love of lucha libre, though, won’t allow him to stay away completely. Today he is the owner of not one, but two of the premiere wrestling schools in all of Mexico.

“He is getting better, Grandpa,” says Gus.

“You both are,” says Vampiro Velasquez. “You both have looked very impressive out there all this week.”

“It’s in the genes,” declares my tio Rodolfo who is sitting at ringside. “But what else would you expect from the nephew of the Guardian Angel and the grandson of Vampiro Velasquez?” Tio Rodolfo has a grin on his face the likes of which I have never seen on him before.

“If your smile gets any bigger, Rodolfo, those pearly whites will leave me blind,” declares Vampiro Velasquez. “So. Have you begun planning for the big day?”

“It’s in the works.”

“Don’t tell me you’re nervous.”

“I’m not nervous. It’s the right thing to do. It’s just hard for me to believe that I am actually going to be doing it.”

“Are you sure this is what you want?”

Bloqueo su intención de hacerme un gancho de piernas agarrando su cabeza para pegar sus hombros a la lona y ganar la caída; pero Gus, tan hábil como siempre, se suelta de la llave en la cuenta de dos.

—Nada mal—dice un sonriente Vampiro Velásquez, parado sobre el ring,en la orilla. Durante su juventud, El Vampiro Velásquez era uno de los rudos más temidos de la lucha libre, pero los problemas con sus rodillas lo han obligado a semiretirarse. Sin embargo, su amor por la lucha libre no le permite quedarse afuera completamente. Ahora es el dueño de no una, sino dos de las escuelas más importantes de lucha libre en todo México.

—Está mejorando, abuelo—dice Gus.

—Los dos están mejorando—dice El Vampiro Velásquez—. Ambos han estado muy impresionantes esta semana.

—Cuestión de genética—dice mi tío Rodolfo, quien está sentado en la primera fila—. Pero, ¿qué más esperarías del sobrino del Ángel de la Guarda y el nieto del Vampiro Velásquez?

Nunca le había visto una sonrisa tan grande a mi tío Rodolfo.

—Si te crece más la sonrisa, Rodolfo, esos dientes brillantes me dejarán ciego—dice El Vampiro Velásquez—. Entonces… ¿has empezado a planear el gran día?

—En eso estoy.

—¿No me digas que estás nervioso?

—No estoy nervioso. Es lo que debo hacer. Solo que me resulta difícil de creer que sí lo voy a hacer.

—¿Estás seguro que esto es lo que quieres?

“Absolutely. I have no doubt in my mind.”

“Then consider yourself lucky and count your blessings,” says Vampiro Velasquez. Tio Rodolfo nods his head in agreement.

“See you later, guys,” says Tio Rodolfo rising to his feet. He waves at Gus and me. “Keep up the training. You’re both looking very good.”

“That’s some mighty high praise coming from the Guardian Angel, boys,” declares Vampiro Velasquez. “But don’t let it go to your heads. You still have a lot to learn.”

“Is Tio Rodolfo getting cold feet about marrying Maya?”

“Why do you ask that, Max?”

“I just heard you asking him if he was sure it’s what he really wanted.”

“We weren’t talking about the wedding, Max.”

“You weren’t? Then what were you talking about?”

“We were talking about the Guardian Angel’s last match.”

“Last match?” Those words hit me like a ton of bricks. “What do you mean his last match?”

“The Guardian Angel is retiring. Rodolfo is going to give up being the Guardian Angel to be with the woman he loves.”

I am speechless. Tio Rodolfo is retiring? Does that mean that there will be no more Guardian Angel? I assume a wrestling stance and turn to face Gus.

“Guardian Angel and Silver Star sitting in a tree…” Gus begins to chant, trying to get me off my game, which—after the revelation I just heard—isn’t hard.

—Absolutamente. No tengo la menor duda.

—Entonces considérate suertudo y agradece tus bendiciones—dijo El Vampiro Velázquez. El tío Rodolfo asiente.

—Ahí nos vemos, muchachos—dijo el tío Rodolfo levantando los pies. Se despide de Gus y de mí—Sigan entrenando. Lo están haciendo muy bien.

—Viniendo del Ángel de la Guarda, ese es un halago muy importante, chicos—dice El Vampiro Velázquez—. Pero que no se les suba a la cabeza, todavía tienen mucho que aprender.

—¿El tío Rodolfo le está sacando a la boda con Maya?

—¿Por qué preguntas eso, Max?

—Nomás porque te oí preguntarle si estaba seguro, si eso era lo que realmente quería.

—No estábamos hablando de la boda, Max.

—¿No? ¿Entonces de qué estaban hablando?

—Hablábamos de la última lucha del Ángel de la Guarda.

—¿La última lucha?—esas palabras me golpean como una tonelada de ladrillos—. ¿A qué te refieres con la última lucha?

El Ángel de la Guarda se va a retirar. Rodolfo va a renunciar a ser El Ángel de la Guarda para estar con la mujer que ama.

Me quedo sin palabras. ¿Se retira el tío Rodolfo? ¿Eso quiere decir que ya no habrá más Ángel de la Guarda? Adopto una posición de lucha libre para enfrentar a Gus.

—El Ángel de la Guarda y Estrella de Plata se van a casar…—Gus empieza a cantar, tratando de que yo pierda la concentración, lo cual es bastante fácil, después de lo que me acabo de enterar.

“Not very mature, Gus,” I tell him. Gus lunges at me and knocks me down to the canvas. It’s my own fault for not being focused when I should have been.

“I’m ready,” a voice suddenly declares. Standing at the top of the runway is Little Robert wearing a Guardian Angel t-shirt and gym shorts.

“Ready for what?”

“Ready to start my training to become the new Guardian Angel.”

“Excuse me…” Little Robert has never shown much interest in anything other than eating.

“You think you’re the only one who can become the new Guardian Angel, Max?” asks Little Robert. “You think you’re the only one who can wear Tio Rodolfo’s mask? He’s my uncle too, you know?”

“Let’s see what you got, Little Robert.” Vampiro Velasquez motions for Little Robert to step into the ring. Little Robert starts by bouncing off the ropes. He’s a bit clumsy at first and nearly trips twice over his own two feet due to the recoil from coming off the ropes. But after about a minute or two, he figures it out and begins to control his momentum. Vampiro watches Little Robert with eagle eyes.

“Elbow smash,” cries out Vampiro.

On cue, Little Robert stops on a dime and delivers an elbow smash to a seemingly invisible opponent in the center of the ring.

“Not too bad, Little Robert,” declares Vampiro Velasquez. “Maybe your Tio Rodolfo is right. Maybe it truly is all in the genes.”

—No eres muy maduro, Gus—le digo. Gus se lanza contra mí y me tumba sobre la lona. Es mi culpa por no estar enfocado cuando debería.

—Estoy listo—dice una voz repentinamente. Parado al fondo del pasillo está Robertito con una camiseta del Ángel de la Guarda y unos shorts de gimnasio.

—¿Listo para qué?

—Listo para empezar mi entrenamiento para ser el nuevo Ángel de la Guarda.

—Perdón…—Robertito nunca ha mostrado interés en nada aparte de comer.

—¿Crees que eres el único que se puede convertir en el nuevo Ángel de la Guarda, Max?—pregunta Robertito—. ¿Tú crees que eres el único que puede usar la máscara del tío Rodolfo? También es mi tío, ¿sabes?

—Vamos, muéstrame lo que sabes, Robertito—El Vampiro Velásquez señala para que Robertito se suba al ring. Robertito empieza rebotando de las cuerdas. Es un poco tosco al principio, y casi se tropieza consigo mismo al sentir el rebote de las cuerdas. Pero después de uno o dos minutos, entiende cómo se hace y empieza a controlar su impulso. El Vampiro mira a Robertito con ojos de águila.

—Codazo—exclama el Vampiro.

Justo en ese momento, Robertito se detiene en seco y le brinda un codazo a un contrincante invisible en el centro del ring.

—Nada mal, Robertito—dice El Vampiro Velázquez—. Es posible que tu tío Rodolfo tenga razón. Quizás es cuestión de genes.

Maximilian and the Curse of the Fallen Angel

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