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circular informativa a los facilitadores de experiencia al espectador del gran teatro del walhall

Apreciado/a trabajador/a [insertar nombre de pila]:

Si recibes este correo es porque acabas de incorporarte a nuestro equipo o porque deseamos seguir contando contigo en PlusValue Group Solutions, esta vez para nuestro ilusionante nuevo proyecto de Facilitación de Experiencia en el Gran Teatro del Walhall; sea como sea, ¡felicidades! Como quizás ya sepas, el Gran Teatro del Walhall tiene la intención de hacer de su reinauguración un hito en el mundo del espectáculo, así que es el momento de prepararse para dar lo mejor de nosotros mismos en el apasionante reto que nos propone nuestro cliente. Esto significa dejar atrás un pasado de hostilidades de los colaboradores hacia PlusValue y abandonar la pasividad y las quejas que en los últimos tiempos se han convertido, sinceramente, en un lastre bastante pesado para el progreso de la empresa. A continuación nos gustaría detallarte algunas de las Novedades más importantes que deberás tener en cuenta para tu desempeño como Facilitador de Experiencia en el Gran Teatro del Walhall.

Es primordial que sepas que el Gran Teatro del Walhall tiene una idea democrática del deseo. Todos deseamos cosas, ¿no es así? ¡Y qué maravillosos pueden llegar a ser nuestros anhelos! Cuando se les da la oportunidad, las personas demuestran ser profundamente creativas. Pues bien: a lo largo del verano se han llevado a cabo estudios de mercado, grupos de opinión, encuestas remuneradas y consultorías con agencias de big data especializadas.

Las conclusiones han resultado francamente interesantes. La primera: existe una demanda, pero faltaba la oferta; como comprenderéis, eso es algo que un teatro como el Walhall no se puede permitir. ¿De qué demanda estamos hablando? ¿Os suena el nombre de Richard Wagner? Pues bien: en su día Wagner imaginó una obra que contuviera todas las demás obras, la Obra con mayúsculas, la obra absoluta y primigenia del tiempo en el que todavía no se habían separado las artes. Música, danza, pintura y literatura se fundirían en una sola expresión para elevar al espectador, liberarlo de su condición humana y convertirlo así en Algo Más. Esa era la idea, más o menos. Wagner nunca pudo llevar a cabo su sueño; hay que tener en cuenta que en su época no existían los medios necesarios para ello.

La buena noticia es que por fin tenemos esos medios.

A menudo los pensadores se avanzan a las posibilidades técnicas de su momento. Wagner no pudo imaginar los recursos que tenemos hoy en día a nuestro alcance. De haberlo hecho, sin duda habría aplaudido la propuesta del Walhall. En su época no existían la realidad virtual ni los equipos de sonido de inmersión. Se tenían que conformar con figurarse las historias que nosotros podemos vivir. No conocían el significado de la gamificación de la experiencia. No se había desarrollado un conocimiento tan exhaustivo de la relación entre la capacidad humana de emoción suprema y los deportes de contacto.

A pesar de que no existe ninguna parte de nuestro cerebro dedicada a la “elevación espiritual”, si miramos nuestro lóbulo frontal encontraremos con facilidad la zona que regula la serotonina. Afortunadamente las herramientas avanzadas que nos brinda hoy en día la neuropsicología nos han abierto la posibilidad de comprender la verdadera naturaleza del placer.

De nuevo, ¿cuál es esa demanda que el Gran Teatro del Walhall se ha propuesto satisfacer? Según lo vemos nosotros, la que es lógica en unos ciudadanos del siglo veintiuno. Pensadlo. ¿Quién, en nuestra sociedad moderna, siendo sujeto de pleno derecho, va a permitir que se le imponga un espectáculo que no ha sido diseñado exclusivamente para él y que lo relega a un disfrute moderado? No: lo que los estudios han concluido es que nuestro público potencial pide a gritos una revolución; un espectáculo capaz de arrebatarles la atención con tal velocidad que los suspenda como individuos sin que ni siquiera se den cuenta, que arrase sus mentes y sus cuerpos para dejar tras de sí un placer tan extremo y frenético que quede fuera del alcance de lo que pueden imaginarse deseando.

Es el momento del Espectáculo Total.

Ha sido diseñado por expertos de todos los ámbitos. En el equipo creativo encontraréis musicólogos de renombre y jugadores de la nba, gestores culturales reputados mundialmente, diseñadores y, por supuesto, un sólido equipo de economistas. Esta transversalidad ha permitido que el Gran Teatro del Walhall se vea en disposición de ofrecer un espectáculo único en el mundo. ¿Incluye ese espectáculo historias de enorme profundidad moral sobre los grandes valores que nos conduzcan a reflexionar sobre la dimensión trascendente de la que participamos? Sí. ¿Deportes extremos? También. Y realidad aumentada, inmersión sensorial, experiencias transmedia, opciones personalizadas, juegos de apuestas en tiempo real. Y es que ¿no están cerca, tan cerca que se tocan y casi se confunden, todos los espectáculos que el ser humano es capaz de disfrutar? ¿No despiertan emociones, al fin y al cabo? ¿No nos conducen al entusiasmo y a la catarsis colectiva?

Os adjuntamos el nuevo Procedimiento Operativo por el que deberéis regiros a partir de ahora.

¿Qué esperamos de vosotros?, os preguntaréis. Bueno, en el nuevo concepto de programación para esta temporada que comienza ya no tienen cabida los parámetros por los que nos regíamos hasta el momento. En pleno siglo veintiuno no podemos seguir dando un servicio pasivo a las necesidades de nuestros clientes. Hemos de ser activos. Proactivos. Incidir de verdad en el placer. Veréis que se sustituye el antiguo concepto de Atención al Espectador, con el que no trabajaremos más. En su lugar, los especialistas de marketing del Gran Teatro del Walhall nos ruegan encarecidamente que usemos el nuevo término de «Facilitación de Experiencias al Espectador», que han acuñado especialmente para vuestro servicio y que nos parece mucho más acorde con nuestros nuevos objetivos.

Deseamos que sean de vuestro agrado tanto como del nuestro.

Debéis tener en cuenta que nos definimos como una empresa puntera e innovadora capaz de dar respuestas a las nuevas situaciones de forma eficaz. Con esto no queremos asustar a nadie. Pero por supuesto entenderéis que si en los siguientes meses observamos que la respuesta a nuestras nuevas necesidades no se está dando de la forma en la que debería nos veamos obligados a tomar decisiones.

Por favor, devolvednos firmado el contrato que encontraréis en el adjunto.

Un afectuoso abrazo,

PlusValue Group Solutions, s.l.u.

P. D.: ¡Por cierto! Las reclamaciones que algunos de vuestros excompañeros interpusieron sobre el asunto de la paga de Navidad y las horas extra se han resuelto a nuestro favor. Y es que la negatividad no lleva a ningún lado, chicos. Así que ¡bien por vosotros!

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