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Los vasos linfáticos

Aunque antiguamente ya se sabía de la existencia de grandes vasos o troncos linfáticos en el cuerpo, la anatomía y fisiología del sistema vascular linfático en su conjunto no se ha conocido con detalle hasta fechas bastante recientes, gracias al empleo de las más modernas tecnologías de investigación.


VÍAS LINFÁTICAS INICIALES

1.Capilares sanguíneos con glóbulos rojos en su interior

2.Capilares linfáticos

3.Precolectores linfáticos

4.Colector linfático

5.Canales prelinfáticos (en líneas de trazos)

Los vasos linfáticos se encargan de llevar la linfa que se forma en los tejidos hacia el sistema venoso, donde desemboca, concretamente en la base del cuello, en el ángulo formado por las venas yugular interna y subclavia (Terminus).

El sistema vascular linfático se adapta automáticamente a la cantidad de linfa que se forme. Si esta aumenta, aumentan también la frecuencia y la amplitud de las pulsaciones de los linfagiones, por lo que el sistema vascular linfático actúa a modo de válvula de seguridad o mecanismo compensador cuando se alteran los equilibrios de Starling, que veremos más adelante.

Los vasos linfáticos tienen diferentes formas, tamaños y funciones que vamos a exponer a continuación.

Canales prelinfáticos

En realidad no son vasos linfáticos, ya que les falta la forma y la capa endotelial que define a las estructuras vasculares, pero por su función conductora de la prelinfa (líquido intersticial) hasta los capilares linfáticos, los incluimos en este capítulo.

Se trata de pequeños canales entre las fibras y la sustancia fundamental del tejido conjuntivo que se encuentra entre los diferentes tejidos orgánicos, por los que se mueve esta prelinfa hacia los capilares linfáticos.


CAPILARES LINFÁTICOS

Están conectados entre sí y rodeados de filamentos que los sujetan a estructuras (fibras colágenas) del tejido conjuntivo intersticial.

Capilares linfáticos

Constituyen el inicio del sistema vascular linfático. Se hallan presentes prácticamente en todo el organismo, a excepción de la sustancia ósea, cartílagos, pelos, uñas y sistema nervioso central (cerebro, médula espinal, etc.).

Los capilares linfáticos tienen forma de dedo de guante y se hallan intercomunicados formando una especie de red tubular. Están constituidos por una capa de células endoteliales cuyos bordes ondulados se superponen ligeramente unos sobre otros como las tejas de un tejado.

Al igual que ocurre con los capilares sanguíneos, en condiciones normales de reposo gran parte de ellos están más o menos inactivos, ya que en esta situación el organismo lo permite. Pensemos que, normalmente, en todo nuestro cuerpo solo se forman de uno a dos litros de linfa; cifra que aumenta espectacularmente cuando se establece una situación de linfostasis o acúmulo de líquido en los tejidos.

Los bordes libres de las células endoteliales que forman la pared de los capilares linfáticos están sujetos a las fibras del tejido conjuntivo del entorno mediante unos filamentos. El hecho de que sea así permite que si aumenta la cantidad de líquido en el espacio intersticial, los capilares linfáticos presentes no se aplasten o colapsen, sino que una parte de los bordes celulares cedan y entre líquido en el interior de los capilares linfáticos, mientras que los bordes sujetos con los filamentos se mantienen firmes.

Esta especie de mecanismo de apertura y cierre (swinging flaps) permite una rápida entrada de la carga linfática al interior de los capilares linfáticos y de partículas de gran tamaño molecular (proteínas, restos celulares, etc.), que no podrían salir de otra manera de los tejidos donde se producen.

Los finos capilares linfáticos se comunican entre sí y con los precolectores linfáticos formando una especie de red, el plexo vascular linfático. Estas nuevas estructuras ya presentan en su interior válvulas que van a dar lugar a los linfangiones o angiones linfáticos.


Entrada de líquido intersticial al interior de un capilar linfático (cortado transversalmente).


Una vez se equilibra la presión del líquido de su interior (linfa) con la de su entorno (liquido intersticial), se cierran sus paredes y puede salir la linfa que contienen.


FASES SUCESIVAS DE LLENADO Y VACIADO DE LOS CAPILARES LINFÁTICOS

Diferencias entre capilares linfáticos y capilares sanguíneos

Capilares linfáticos

•Tienen forma de dedo de guante y constituyen los vasos linfáticos iniciales.

•Llevan linfa en su interior.

•Están formados por células endoteliales, superpuestas en sus bordes. Apenas hay en ellos membrana basal.

•Están sujetos a su entorno con filamentos que permiten la entrada de líquido y partículas de gran tamaño molecular.


CAPILAR SANGUÍNEO Y LINFÁTICO

Están rodeados de tejido conjuntivo intersticial, con sus fibras colágenas, elásticas y reticulares, fibroblastos y sustancia fundamental de relleno.

Capilares sanguíneos

•Tienen forma de tubo, son algo más estrechos que los linfáticos y se hallan entre arteriolas y vénulas.

•Llevan sangre.

•Están formados por células endoteliales envueltas por una consistente membrana basal.

•Carecen de estas estructuras y por lo tanto de cualquier tipo de abertura importante hacia su interior.


CAPILAR SANGUÍNEO

Está formado por células endoteliales (en su interior) con pequeños poros y una membrana basal que las envuelve.

Precolectores, colectores y angiones linfáticos

Conectados a la red capilar, existen unos vasos linfáticos con válvulas en su interior y con una estructura y funciones características. Por una parte, conducen la linfa hacia vasos de mayor calibre (colectores linfáticos), si bien en algunos tramos todavía conservan una función parecida a la de los capilares linfáticos. Se los denomina precolectores linfáticos.


llenado inicial


llenado final


contracción refleja

LINFANGIONES EN DIVERSAS FASES DE LLENADO

Linfangiones en diversas fases de llenado y expulsión de la linfa de su interior.

Tanto los precolectores como los colectores linfáticos poseen en su interior válvulas que en condiciones normales determinan que la linfa circule en la dirección y sentido adecuados y no en sentido contrario.

Recibe el nombre de linfangión o angión linfático la porción de vaso linfático existente entre dos válvulas consecutivas. Precolectores y colectores linfáticos están formados por un sinnúmero de linfangiones. Ello les confiere un aspecto de rosario con dilataciones y estrecheces (válvulas). Los linfangiones están rodeados en su parte central por finas fibras musculares lisas y receptores nerviosos que, cuando aprecian cierto grado de tensión o dilatación (como sucede, por ejemplo, al llenarse de linfa), se contraen automáticamente y así, de forma lenta, va desplazándose la linfa. Actúan, pues, como unidades funcionales a modo de pequeños y rudimentarios corazoncitos.

Con las manipulaciones de DLM se produce un estiramiento longitudinal y transversal de los angiones linfáticos, lo cual estimula su automatismo y, por lo tanto, su capacidad de transporte. Si aplicáramos masajes más vigorososos, como sucede, por ejemplo, con el masaje corporal, se produciría un espasmo reactivo que entorpecería el drenaje de la linfa. En condiciones normales, los linfangiones se contraen unas 10-12 veces por minuto, restando una pausa de llenado de 5-6 segundos cada vez. Evidentemente, cuando por alguna causa se produce un aumento del líquido intersticial (prelinfa) se incrementa automáticamente la actividad de los linfangiones para evitar que se mantenga esa alteración.

Entre los colectores más o menos próximos existen entre sí intercomunicaciones en forma de colaterales y ramas anastomóticas. Esta disposición anatómica posibilita el que la linfa de un determinado territorio pueda seguir caminos colaterales si encuentra algún obstáculo en su camino.

En caso de interrupción traumática (golpe, herida, etc.) de los colectores linfáticos, se interrumpe transitoriamente el flujo de la linfa y, si la lesión no ha sido muy amplia, se suele resolver espontáneamente al cabo de poco tiempo gracias a las intercomunicaciones antes citadas. Más problemática resulta la extirpación quirúrgica de un grupo ganglionar que recoge la linfa de todo un cuadrante linfático, como sucede tan frecuentemente en el tratamiento quirúrgico del cáncer.

El organismo trata de vencer todos estos obstáculos utilizando vías colaterales que sobrepasan la barrera ganglionar, si bien suelen ser poco numerosas y no en todas las personas están presentes. Así, por ejemplo, la linfa que sube por el brazo no toda va a parar a los ganglios de la axila, sino que una pequeña parte sube por colaterales que van directamente al Terminus por la zona deltoidea. Algo similar sucede con la linfa que sube por los linfáticos de la pierna y que no toda ella va a pasar por los ganglios de la ingle.


REPOSICIÓN DE LA CIRCULACIÓN LINFÁTICA ANTE UN IMPEDIMENTO (STOP)

1.Plexo linfático capilar de la piel

2.Precolector

3.Colector linfático

4.Fascia (cubierta) muscular

5.Plexo linfático fascial

6.Epidermis

7.Plano muscular

Otras veces, gracias a las redes capilares cutáneas y de las fascias (cubiertas) musculares, la linfa acumulada por un obstáculo en los colectores locales va a poder superarlo haciendo un rodeo, tal como se observa en la figura superior. Otra forma de reaccionar el sistema vascular linfático a su interrupción traumática es formando nuevos vasos linfáticos que unen las terminaciones vasculares libres que han quedado al interrumpirse su camino. No obstante, todas estas intercomunicaciones pueden no ser suficientes para que toda la linfa formada pueda pasar por ellas sin sufrir un entorpecimiento y originar un linfedema. En tales casos, el DLM constituye la elección más idónea para solucionar el problema.

Troncos linfáticos terminales

Entendemos como tales los grandes vasos linfáticos que recogen toda la linfa proveniente de las diferentes regiones del cuerpo. Al igual que sucede en los precolectores y colectores linfáticos, en su interior también hay válvulas. A través de ellos la linfa va a parar al sistema venoso, concretamente en los ángulos formados por las venas yugular interna y subclavia, a ambos lados de la base del cuello (Terminus).


VASOS (TRONCOS) LINFÁTICOS TERMINALES Y GRUPOS GANGLIONARES

1.Conducto torácico

2.Tronco linfático derecho

3.Cisterna chyli o de Pecquet

4.Tronco linfático lumbar derecho

5.Tronco linfático lumbar izquierdo

6.Tronco linfático intestinal

7.Ganglios ilíacos derechos

8.Ganglios ilíacos izquierdos

9.Ganglios inguinales

10.Diafragma

11.Ganglios intercostales

12.Ganglios supraclaviculares

13.Tronco linfático yugular

14.Tronco linfático subclavio

15.Tronco linfático bronquiomediastínico

16.Vena yugular interna

17.Vena subclavia derecha

18.Vena subclavia izquierda

Al Terminus izquierdo va a parar el conducto torácico (ductus thoracicus), mientras que en el derecho desemboca el conducto linfático derecho (ductus lymphaticus dexter), al que suelen ir a parar diversos troncos linfáticos que recogen la linfa de la parte superior derecha del cuerpo, como son básicamente los troncos yugular, subclavio y broncomediastínico derechos.

El conducto torácico es el mayor tronco linfático de nuestro cuerpo, con un grosor de alrededor de medio centímetro. Se forma a partir de la unión de los troncos linfáticos lumbares, que llevan la linfa procedente de las piernas y órganos del bajo vientre y del tronco intestinal, que recoge la linfa del intestino (quilo) con su característico aspecto lechoso. Estos grandes troncos linfáticos en la mitad de las personas investigadas se juntan en una especie de pequeño depósito (cisterna de Pecquet o cisterna chyli), el cual constituye el inicio del conducto torácico, a una altura entre la décima vértebra dorsal y la segunda lumbar. Suben en profundidad por delante de la columna vertebral y en su trayecto intratorácico van a parar vasos linfáticos que les llevan la linfa de la mitad izquierda del tórax.

Factores que determinan el movimiento de la linfa

Los factores que determinan la movilización de la linfa por el interior de los vasos linfáticos son fundamentalmente los que exponemos aquí.

El automatismo de los linfangiones

Cuando estos alcanzan un cierto grado de dilatación (llenado) se contraen automáticamente. El resto de los mecanismos impulsores expuestos a continuación son similares a los que mueven la sangre por el interior de las venas.

Las contracciones musculares (movimientos corporales)

Comprimen a los linfangiones. Al disponer estos de válvulas en su interior, la linfa se desplaza solo en el sentido que estas determinan. La actividad muscular, en cierta medida, estimula el drenaje linfático. Si la actividad física es muy intensa entonces se activa mucho el metabolismo muscular, su irrigación sanguínea y la cantidad de linfa formada. Por ello, algunos deportistas, tras una dura competición, pueden presentar ganglios linfáticos regionales algo hinchados (ganglios inguinales en corredores de fondo, por ejemplo).

La pulsación de las arterias vecinas

La mayoría de los vasos linfáticos circulan junto a vasos sanguíneos que llevan la sangre a los diferentes órganos del cuerpo. Las arterias presentan un movimiento pulsátil que en parte influye sobre los linfangiones vecinos, favoreciendo su automatismo.

Los movimientos respiratorios

Por su efecto aspirante y compresor de la caja torácica y la cavidad abdominal, estos movimientos favorecen la circulación profunda de la linfa. Cuanto más profundos sean los movimientos respiratorios mayor será su efecto.

La fuerza de la gravedad

De ella se aprovecha la linfa que circula por los vasos linfáticos de cara, cuello, cabeza y nuca en su camino hacia el Terminus cuando estamos sentados o incorporados. Aquellas partes del cuerpo que están por debajo del nivel del Terminus conviene elevarlas a menudo (piernas, sobre todo), para aprovecharnos de la fuerza de la gravedad.

La forma, trayecto y lugar de desagüe de todos estos troncos no es uniforme en el ser humano. Existen numerosas variaciones, si bien dentro de un patrón anatómico general común.


EL «TERMINUS»

La linfa de la parte del cuerpo marcada con la trama más oscura desemboca en el ángulo venoso (Terminus) derecho. La del resto del cuerpo lo hace en el Terminus izquierdo.

La linfa y su drenaje manual

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