Читать книгу Razzgo, Indo y Zaz - Jairo Aníbal Niño - Страница 3

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En un apartado lugar nació un tigre que fue considerado como uno de los más hermosos cachorros que habían visto la luz en los últimos tiempos. Tenía manchas de color violeta en forma de mariposa, bigotes dorados y enormes ojos oscuros.

Todos se deshicieron en elogios sobre el recién nacido. Una tigresa joven dijo que esas tempranas mariposas que tenía dibujadas en la piel le auguraban buena fortuna, y un tigre viejo y tuerto llamado Argg —de espléndido pelaje y con una larga cola de color rojo— afirmó que el cachorro sería en un futuro cercano un cazador temido y poderoso.

La tigresa madre —muy orgullosa— pasó su lengua sobre la cabeza de su hijo y la movió como una ola sobre la piel, con el ir y venir característicos de los besos de los galos.

El ocelote Milco, dirigiéndose al tigre padre, exclamó:

—Te felicito, Rugos. El cachorro es idéntico a ti. Se parecen como dos gotas de agua.

Al oír las palabras del ocelote, los bigotes de Rugos se entorcharon en forma de crisantemo, que es la manera como los felinos se dan aires.

—Sé que este tigrecito está llamado a grandes empresas —rugió Rugos.

Sus bigotes tomaron una forma estrellada, y añadió:

—En el instante de su nacimiento se hicieron muy visibles las manchas de tigre que el Sol tiene en su cuerpo.

—Y se oyó el rugido del astro que era como un canto —dijo Zirca, la tigresa madre.

—¿Y qué nombre le van a poner? —preguntó Milco melosamente.

—Razzgo. Así se llamaba mi bisabuelo —dijo Rugos.

Zirca contempló a su hijo y sus bigotes adquirieron la forma de brillantes y temblorosos alambres de rocío.

Razzgo, Indo y Zaz

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