Читать книгу Fundamentos de microeconomía - Marco Antonio Plaza Vidaurre - Страница 6

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Introducción

La microeconomía es un conjunto de teorías y modelos que a través del tiempo se han ido fusionando para formar un cuerpo sólido dentro de la ciencia económica. A diferencia de la macroeconomía, estudia una serie de temas relacionados con el consumidor, el trabajador y el empresario, así como con la empresa como unidad de producción, y con las diferentes estructuras de mercados existentes en la sociedad. Los manuales de microeconomía la definen como el estudio de la asignación eficiente de recursos. Se podría decir que estas teorías se concentran en uno de los conceptos más importantes de la ciencia económica: la eficiencia. Los mercados libres asignan de la mejor manera los escasos recursos, aunque no perfectamente, como la mano de obra, la tierra, el capital, los préstamos, los créditos y los activos financieros en los mercados de capitales. El requisito indispensable para que los mercados cumplan mejor su función de asignación de recursos es cuando no son intervenidos por ninguna autoridad, llámese, gobierno central, local, regional y banco central. Sin embargo, como nada es perfecto, los mercados tampoco lo son, en el sentido de que la oferta y la demanda de bienes y servicios no necesariamente están coordinadas al milímetro, sobre todo, en ciertos sectores de la economía, donde no existe suficiente competencia para que los consumidores se beneficien con menores precios. El tema de fondo es cómo hacer para que los mercados funcionen mejor. Existen dos grandes maneras de encarar este problema; el primero es que las autoridades intervengan los mercados y los “corrijan” para evitar monopolios, oligopolios o prácticas que atenten contra el consumidor; otra forma de plantear la solución es dejarlos totalmente libres y que se autorregulen, ya que la intervención muchas veces empeora las cosas. Estas son las posiciones que normalmente se pueden apreciar en el debate económico. La microeconomía plantea que los mercados “fallan” y que son las autoridades las llamadas a la intervención, ya que estas supuestas fallas afectan a los consumidores. Esto sigue siendo un tema de debate del que también surge la siguiente pregunta: ¿y acaso el Estado no falla? ¿Quién lo corrige?

En este texto presentamos la microeconomía como normalmente se encuentra en los textos universitarios, pero algunos capítulos están basados en los principios económicos de la escuela austriaca de economía, así como en el institucionalismo.

El libro está compuesto de cuatro partes. La primera parte, titulada “Visión y metodología de la economía”, incluye dos capítulos. En el capítulo 1 se explica la importancia de la economía en la sociedad y de qué manera las autoridades estatales influyen en la economía al emitir una serie de disposiciones y leyes que permiten que los mercados se desenvuelvan de la mejor manera, que los integrantes de la sociedad ofrezcan libremente su fuerza de trabajo, los inversionistas efectúen eficientemente sus inversiones y los productores lleven a cabo sus procesos productivos de bienes y servicios a precios competitivos.

En el capítulo 2 se plantean las diferentes metodologías o epistemologías que utilizan las diferentes escuelas económicas, como las relacionadas al mainstream (corriente predominante), el monetarismo y el keynesianismo, y la escuela austriaca; en el primer caso, se relacionan con la metodología hipotética deductiva, donde se plantea una hipótesis y se corrobora (no se verifica) a través de un método empírico, que normalmente son las estadísticas históricas; es decir, se plantea, por ejemplo, que la proposición A causa la proposición B, luego de un proceso deductivo, y mediante el análisis estadístico de datos fechados se demuestra que esta relación causa-efecto no es falsa; esta estrategia es conocida como el falsacionismo del filósofo Popper. La otra epistemología es el apriorismo praxeológico, desarrollado por von Mises en su tratado de economía, la acción humana, el cual argumenta que la teoría económica parte de un axioma fundamental, el de la acción de las personas, donde estas actúan para pasar de una situación menos favorable a otra más favorable. A partir de este axioma se deducen una serie de proposiciones relacionadas con la acción humana, denominada “praxeología”. Una vez desarrollada esta disciplina, que explica cómo actúan las personas para satisfacer sus necesidades, se aplican al mercado dando lugar a la teoría económica, la que se concentra más en los procesos que en el equilibrio.

La segunda parte, titulada “La teoría del consumidor y del intercambio”, comprende tres capítulos, en el primero de los cuales se aborda la teoría del consumidor y el intercambio entre las personas. Se explican los principios fundamentales de la comercialización de los bienes pero sin considerar el dinero; lo que vale decir, el estado primario de los mercados a través de lo que se conoce como el trueque. En la teoría del consumidor nos basamos en Carl Menger, fundador de la Escuela Austriaca de Economía, quien en su obra Principios de economía política, publicada en el año 1871, nos dejó una formidable explicación sobre cómo valoramos los bienes sobre la base de la utilidad que nos da su consumo. Menger influyó marcadamente en la teoría económica al desarrollar el concepto de la utilidad marginal como instrumento de la valorización de los bienes que se intercambian en el mercado. Esta teoría defenestró a la teoría del valor del trabajo, que consistía en que la valorización de los bienes depende de los costos, especialmente el costo de trabajo o los salarios; Menger le dio la vuelta al concepto planteando que los bienes son valorados por las personas cuando los consumen y con base en la intensidad en la satisfacción de sus necesidades. Este es el meollo y la razón por la cual dos individuos están incentivados a intercambiar bienes. La variable clave es la utilidad marginal que define cómo el individuo valora el bien que posee y esta valorización le da el criterio para intercambiarlo por otro; si se entrega uno a cambio de otro, la utilidad que se deja de tener por desprenderse de un bien es mayor mientras menos bienes se tenga. De ahí que mientras menos bienes se posea estos se valoran más, y esta pérdida de utilidad se compara con la utilidad que se tendrá con el bien recibido.

A continuación, en el capítulo 2 se explica la teoría del consumidor de Menger, considerando el dinero como un bien que permite el intercambio de bienes entre dos personas de tal manera que ambas se benefician. El intercambio directo es el trueque, pero el intercambio indirecto es cuando se utiliza un bien como elemento de transacción en el sentido que este tiene un alto grado de comercialización y las personas lo aceptan como una unidad de intercambio. Y este bien es el dinero. Por ejemplo, los bienes que cumplieron esa función desde tiempos ancestrales fueron los metales preciosos como el oro y la plata, los que eran aceptados para el intercambio no solo porque tenía un valor de reserva, sino que con estos metales se podían realizar compras de otros artículos. Por tanto, el dinero es un bien que favorece y facilita el intercambio, y como tal tendrá un valor subjetivo cada vez que las personas lo tengan en su poder y lo usen, sea al vender un bien, por lo cual reciben dinero, o al comprarlo, por lo que deberán entregar dinero; en estos procesos se cumplen los principios fundamentales de la teoría del consumidor explicados en el capítulo 1 de la segunda parte.

El tercer capítulo complementa los dos primeros capítulos de la segunda parte al tratar del consumo pero esta vez considerando el tiempo como una variable que influye en la toma de decisiones de las personas. Así, la valorización de los bienes no es la misma en dos periodos diferentes. Por ejemplo, 1000 soles hoy y 1000 soles dentro de un año no tienen hoy el mismo valor en cuanto a la percepción de la utilidad que nos dará el uso de ese dinero. Esta diferencia entre el valor de un mismo bien hoy y en el futuro da lugar a un principio fundamental que está presente en la acción humana, que es la preferencia temporal de los bienes. Este principio da lugar a la existencia de las tasas de interés, que es la variable que conecta el presente y el futuro; así, se incentivan las inversiones y sus correspondientes tasas de rentabilidad. Los valores futuros se descuentan o actualizan para saber cuál es su valor presente y un valor presente se puede convertir en un valor futuro luego de un proceso de capitalización; esto lo hace posible la tasa de preferencia temporal que tiene cada individuo, como por ejemplo, que a una persona le es indiferente entre tener 1000 soles dentro de un año o 900 soles hoy, lo que da lugar que la tasa que refleja la preferencia temporal es del 11,11 %; en otras palabras, la percepción de un individuo de tener 900 soles hoy es igual en utilidad o satisfacción de consumo de bienes que poseer 1000 soles dentro de un año y viceversa. Esto se ve reflejado cuando una persona acepta un préstamo, donde gana utilidad por tener el dinero, pero luego dejará de consumir por tener que pagar la deuda. Igual sucede cuando un empresario invierte y evalúa la inversión y los retornos económicos en el tiempo.

La tercera parte se titula “Mercados, capital, empresarialidad y externalidades” y está integrada por cinco capítulos. El primero explica los diferentes enfoques sobre la definición de los mercados, su importancia y su estructura. Está la visión de los economistas clásicos, como Adam Smith y John Stuart Mill, quienes dieron los primeros pasos para consolidar lo que hoy se conoce como el libre mercado. Se continúa con Alfred Marshall, considerado el mayor aportante al estudio de la microeconomía, quien desarrolló en detalle el modelo de la oferta y la demanda, las elasticidades y las economías externas a escala, entre otros importantes temas. También se incluyen los aportes de Ludwig von Mises, representante de la escuela austriaca de economía, quien, partiendo del axioma de la acción humana, desarrolla un conjunto de proposiciones económicas que conforman la teoría económica. Con un enfoque más práctico, se expone una visión horizontal existente entre los mercados, como el de bienes y servicios, el de trabajo y el financiero. Se explica cómo los procesos de compra y venta forman los mercados y cómo se conectan dando énfasis al papel de sus actores: consumidor y productor. Se explica también la visión vertical de los mercados, muy poco desarrollada en los textos de microeconomía y que permite comprender las diferentes etapas de la producción que acaba en un bien final que se caracteriza por no tener ningún proceso de transformación, y, por tanto, es utilizado para el consumo. El proceso se inicia con los factores productivos originarios, como la naturaleza y el trabajo, siguiendo por diferentes procesos y etapas donde los insumos se van transformando hasta llegar a la etapa final.

En el segundo capítulo se explica el famoso modelo de la oferta y la demanda, y sus respectivas funciones y curvas. Partimos del equilibrio del mercado, donde las curvas mencionadas se cruzan y forman el precio del bien y las cantidades de consumo y producción. Se señala cómo, ante variaciones en los determinantes de la demanda, se presentan una serie de procesos, como los excesos (déficit) de demanda, de tal manera que los consumidores y productores reaccionan, y como consecuencia varía el precio de los bienes, así como el consumo y la producción. Lo mismo sucede con la oferta.

En el capítulo siguiente se desarrollan los conceptos fundamentales de los diferentes tipos de elasticidades de la demanda, como: precio, ingreso y cruzada. Se hace una explicación teórica y práctica señalándose cómo se pueden aplicar en el análisis de la demanda de un bien y determinar si dos bienes son sustitutos o complementarios, y si un bien es normal o inferior. En cuanto a la elasticidad precio de la demanda, vemos cuándo la demanda de un bien es elástica o inelástica, concepto fundamental para los productores, sobre todo cuando tienen que decidir si aumentar o disminuir el precio del bien que venden dado que esta decisión influye en el valor de las ventas. Finalmente, se explica la elasticidad del precio de la oferta, viéndose el caso de los bienes que presentan una oferta infinitamente inelástica como son los casos de los bienes agrícolas, la fruta y el pescado fresco.

El cuarto capítulo aborda el tema de la empresarialidad y la competencia desde la perspectiva del economista Israel Kirzner, de la escuela austriaca. El análisis parte de la imperfección de los mercados, en el sentido de que los agentes no tienen la información completa para la toma de decisiones. Al respecto, Kirzner critica la microeconomía tradicional porque esta asume que los consumidores y los productores tienen amplia información de los precios. Por ejemplo, los empresarios tienen a su disponibilidad la información de los costos o precios de los insumos, es decir, poseen las “curvas de costos” perfectas de tal manera que la decisión de cuanto producir se convierte en un ejercicio de optimización, de ahí el énfasis en la matemática. También se explica la función empresarial, un concepto poco conocido que considera al empresario como un agente económico que constantemente está en estado de alerta.

En el último capítulo de la tercera parte se examina la teoría de las externalidades de Pigou y Coase; cabe destacar que el segundo de los cuales es uno de los precursores del análisis económico del derecho. Se inicia revisando los conceptos generales de las externalidades positivas y negativas mediante algunos ejemplos, donde existen factores externos que afectan a una empresa o a un recurso natural y cómo las partes involucradas pueden llegar a un acuerdo para no recurrir a los tribunales; a esto se conoce como la internalización de las externalidades. También se desarrolla con más detalle la teoría de Coase (conocida como el teorema de Coase)y la importancia de los costos de transacción y los derechos de propiedad para llegar a una solución consensuada.

Finalmente, la cuarta parte, titulada “Producción, costos y rentabilidad empresarial”, comprende cinco capítulos. La producción del corto y largo plazo se explica en el primer capítulo, donde se resalta la importancia de la ley de los rendimientos marginales decrecientes en un escenario que se caracteriza por tener la infraestructura y los equipos de producción invariables, vale decir, el capital fijo, lo que en la microeconomía se conoce como el corto plazo. Estos principios se aplican para comprender el criterio que tendría un productor para contratar a una persona a fin de que la rentabilidad económica aumente. El criterio económico tiene un enfoque marginal que consiste en comparar la contribución en dinero de un nuevo trabajador con el costo de contratarlo, es decir su salario. También se contempla la producción de largo plazo, en el que, a diferencia del corto plazo, el capital sí es variable, lo que implica que el productor pueda tener una visión relacionada a la expansión de su capacidad productiva. Se desarrollan conceptos como los rendimientos crecientes o constantes a escala y la tecnología productiva que permite la sustitución de los factores, cuyo modelo gráfico es el mapa de las isocuantas.

La producción es fundamental para la teoría de los costos económicos, tema que es tratado en el segundo capítulo, donde se ven los diferentes costos de corto plazo que se presentan en los procesos productivos cuando el capital es fijo. La explicación se realiza a través de tablas numéricas y las respectivas curvas. Se desarrollan los costos de largo plazo donde no existe el costo fijo y se visualiza cómo evoluciona la estructura de costos cuando se ensancha la planta de producción. La exposición se enriquece con gráficos donde se puede apreciar el fenómeno de las economías a escala que sigue a los rendimientos crecientes.

A continuación, en el tercer capítulo, teniendo como fundamentos la teoría de los costos de corto plazo del capítulo anterior, se aborda el modo como se forma la rentabilidad económica. Inicialmente se compara los costos económicos con los costos contables, destacándose el uso de los costos de oportunidad; se sigue con la rentabilidad económica mediante el uso de una estructura de costos lineales poniendo énfasis en el modelo de punto de equilibrio y de la contribución marginal, muy utilizado en la evaluación de proyectos; también, se analiza la rentabilidad económica con una estructura de costos económicos que están sujetos a la ley de los rendimientos marginales decrecientes, vale decir, costos económicos no lineales. Finalmente, se hace una introducción al modelo de la competencia perfecta, y se señala cómo se fija el precio en el mercado y cómo las empresas deciden cuánto producir, lo que responde a una lógica de comparar valores marginales: ingreso marginal (precio) y costo marginal. Como caso práctico, se ve el precio de cierre y se compara con el modelo del punto de equilibrio.

La rentabilidad de una empresa que tiene capacidad de fijar el precio del bien que produce y vende es el tema del cuarto capítulo. En teoría, la microeconomía plantea que los monopolios se caracterizan por tener el poder de definir el precio en el que venderán sus productos, considerando la estructura de costos. Al respecto se tienen dos enfoques: el primero es el señalado líneas arriba, en el sentido que la decisión de cuánto producir es influida por el costo marginal; el otro enfoque es el de Murray Rothbard, de la escuela austriaca, quien nos dice que la decisión de cuándo producir no es influida por los costos, dado que la venta no se efectúa en el mismo instante en que se produce un bien y que por tanto existe un periodo de demora entre producir y vender, y que también el precio depende de la percepción de los consumidores sobre la utilidad que le brindará el bien por comprar; sin embargo, los costos de producción sí son determinantes para estimar la rentabilidad económica mas no el precio del bien. Finalmente se desarrollan modelos que explican la discriminación (diferenciación) de precios de distintos grados que practican las empresas, dada la coyuntura del mercado para aumentar su rentabilidad económica; por ejemplo, vemos la discriminación de precios de tercer grado, en la que una empresa produce un bien y lo vende en dos mercados que están separados geográficamente, y que el precio será mayor en el mercado donde la demanda es menos elástica.

Finalmente, en el último capítulo se hace una introducción al modelo de oligopolio del cártel, donde un conjunto de empresas que competían entre sí se ponen de acuerdo y se coluden y actúan siguiendo los lineamientos de un monopolio puro, en el sentido que centralizan sus decisiones sobre cuánto producir y, de acuerdo a la demanda, fijan el precio del bien; para lo cual todas las empresas deben seguir las indicaciones acordadas en consenso por los integrantes de la organización. Sin embargo, aparece el incentivo de hacer trampa que consiste en que las compañías se ven tentadas a aumentar su producción, lo que conlleva a la destrucción del cártel ya que si no siguen el acuerdo sobre cuánto deben producir, entonces, el precio del bien disminuye y el cártel no tiene sentido de ser.

En adición, se presenta el enfoque de Rothbard sobre los cárteles, el cual sostiene que no debe ser considerado como un atentado contra el libre mercado, según plantea la microeconomía convencional. Según este autor, manifestar que un cártel hace mal cuando reduce la producción es una señal que demuestra que el analista está razonando con el modelo de la competencia perfecta, y que justamente, cuando el cártel produce menos, es porque está liberando recursos para ser usados en otras empresas. Por tanto, la acción de un cártel es coherente y eficiente.

El otro modelo es el de la empresa dominante y el segmento competitivo, que consiste en que existe una empresa con una gran planta de producción, con una gran concentración en las ventas y con poder de fijación del precio del bien que produce y vende. Además, un conjunto de empresas pequeñas compiten entre ellas y fijan un precio competitivo del mismo bien que produce la empresa dominante. Esta empresa, consciente de esta situación, desarrolla una estrategia que consiste en fijar un precio menor y así asumir la demanda que no es satisfecha por las empresas del segmento competitivo.

Fundamentos de microeconomía

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