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ОглавлениеALIANZAS ENTRE EL AGUA Y LA ENERGÍA1
Josefina Maestu Unturbe
Oficina de Naciones Unidas de apoyo al decenio internacional para la acción:
el agua fuente de vida 2005-2015
1. EL NEXO DEL AGUA Y LA ENERGÍA1
El agua y la energía están inextricablemente unidas. Se necesitan cantidades significativas de agua en casi todos los procesos de producción energética. La generación de energía de fuentes convencionales requiere la movilización y la utilización de considerables recursos hídricos, en particular para el enfriamiento de las plantas de energía nuclear y térmica, y el almacenamiento en depósito y posterior conducción de turbinas para la generación hidroeléctrica. La generación de electricidad es particularmente sensible a la disponibilidad de agua y varias centrales se han visto obligadas a cerrar debido a la falta de agua de refrigeración o elevación de temperaturas del agua de refrigeración.
A su vez el sector del agua necesita energía –principalmente en forma de electricidad– para extraer, tratar y transportar el agua. La degradación de las fuentes de agua implica el aumento de la cantidad de energía para bombear la misma cantidad de agua de acuíferos más profundos o fuentes lejanas y para su potabilización. Se requiere energía agua para el trasporte y el bombeo, para el riego localizado a presión y para depurar las aguas residuales.
El agua necesita energía, la energía necesita agua y el desarrollo humano necesita ambos. Si no se abordan esos retos de una manera integrada no podremos entrar en una senda de desarrollo sostenible. Se puede entrar en un círculo vicioso donde a medida que aumenta el estrés hídrico se produce un aumento de la demanda de energía. Transportar agua desde más lejos o bombear agua desde mayores profundidades de los acuíferos requiere de más energía. Las fuentes no convencionales que pueden compensar la falta de agua dulce pueden requerir procesos de transformación intensivos en energía, como la desalinización de agua de mar y la desalación de agua salobre o la regeneración de aguas residuales.
La necesidad de asegurar el acceso a la energía en el mundo podría empeorar la crisis del agua. Hay incertidumbres relacionadas con el crecimiento y la evolución de la producción mundial de energía (por ejemplo, a través de un crecimiento en fuentes convencionales de gas y petróleo, o los biocombustibles), y sobre la evolución del precio de la energía. Todo ello puede condicionar la demanda de recursos hídricos. Por ejemplo el impulso creciente en la producción de biocombustibles ha generado una demanda creciente sobre los recursos hídricos. Incluso un modesto 5% de participación de los biocombustibles en la demanda de energía para el transporte por carretera (según lo predicho por la Agencia Internacional de la Energía en su horizonte 2030) podría aumentar la demanda doméstica de agua para el riego hasta en un 20% (WWDR, 2012).
La creciente competición por el agua en algunas partes del planeta esta conllevando a que los productores de energía con consumos intensivos en agua busquen fórmulas alternativas, especialmente en áreas donde la energía compite con otros grandes usos del agua (agricultura, industria, servicios de abastecimiento y saneamiento para las ciudades) y allí donde las extracciones de agua se encuentren restringidos para mantener la salud de sus ecosistemas.
Las múltiples interdependencias entre el agua y la energía hacen que cualquier respuesta deba abordar los dos sectores de una manera integrada. La ignorancia de estos hechos básicos puede conducir a respuestas que traten de adoptar alternativas que solucionan un problema a costa de empeorar otro y que pueden no resultar al final.
Las respuestas coordinadas deben aprovechar las sinergias existentes entre el agua y la energía. En lugar de ignorar interdependencias, las respuestas coordinadas pueden tomar ventaja de dichas sinergias. Por ejemplo, ahorrar energía significa ahorrar agua y viceversa. Mejorar la eficiencia en la forma en que el agua se utiliza, no sólo se traduce en una menor presión sobre las fuentes de agua dulce, sino también en una reducción de la demanda de energía para el tratamiento, bombeo y transporte de dicho agua y por tanto en una menor demanda de agua para producir la energía necesaria para dicho tratamiento. Avanzar hacia fuentes de energía menos intensivas en agua y fuentes de agua menos intensivas en energía permite avanzar hacia un desarrollo sostenible. Así desde la perspectiva del agua las fuentes más sostenibles son la solar fotovoltaica y la eólica. El ahorro de agua y energía en cualquier proceso de producción y consumo y la reasignación de agua y energía para sus usos más valiosos, son todas alternativas que aprovechan estas sinergias permitiendo producir más con menos.
2. AVANZAR A TRAVÉS DE DIFERENTES TIPOS DE ALIANZAS
Las soluciones más sostenibles en el agua y la energía pueden y han sido implementadas mediante la creación de alianzas para permitir el desarrollo de medidas y la actuación conjunta. Las alianzas son el reflejo del reconocimiento de que abordar los desafíos relativos al nexo Agua-Energía se encuentran más allá del alcance de cualquier autoridad pública individual, empresa o parte interesada por si solas.
Las alianzas pueden involucrar a diferentes actores de las comunidades de la energía y del agua, incluyendo empresas, distintos niveles del gobierno, sociedad civil, mundo académico y todos aquellos que tengan un interés en encontrar el camino hacia una respuesta social sostenible respecto de los retos del agua y de la energía. Sin dejar de reconocer la diversidad de percepciones, intereses y roles, todas las alianzas deben coincidiren cooperar para alcanzar un beneficio mutuo.
La identificación y el reconocimiento explícito de los beneficios mutuos que se pueden producir a través de la colaboración es esencial para lograr que las partes trabajen para lograr soluciones más sostenibles. Poe ejemplo, las empresas energéticas están interesadas en apoyar el desarrollo de planes y políticas públicas que mejoren la seguridad del agua a largo plazo porque reduce el riesgo de las inversiones del sector energético. Además, un aumento simultáneo de la seguridad de suministro de agua y la energía puede redundar en importantes ventajas competitivas para toda la economía nacional. Una estrategia de agua y de energía a largo plazo con objetivos claros al respecto de los sectores del agua y la energía, la identificación del rol potencial de las energías renovables y los recursos hídricos no convencionales, podría acelerar la difusión de las mejores tecnologías disponibles y fomentar la innovación. Éstas son sólo algunas de las sinergias que se pueden crear mediante alianzas con el fin de garantizar un desarrollo sostenible.
Las colaboraciones pueden tener múltiples funciones. Pueden servir para integrar políticas y ampliar su alcance, para mejorar la eficacia de la planificación energética y del agua, así como para coordinar las diferentes políticas sectoriales, como la ordenación del territorio, el desarrollo rural, la conservación de la naturaleza, la producción industrial, etc.
Pero para que se produzca la colaboración se requiere de un entorno favorable. La estructura institucional y competencial y la especialización técnica aún favorecen el desconocimiento mutuo y la falta de trabajo conjunto en el agua y la energía, tanto en la actividad empresarial como en el sector público. Los riesgos del agua no son considerados adecuadamente en la evaluación de proyectos y planes de energía y las cuestiones energéticas no condicionan exante las decisiones sobre los proyectos hídricos y los planes hidrológicos de cuenca.
3. MEDIOS PARA FACILITAR LAS ALIANZAS ENTRE EL AGUAY LA ENERGÍA
Aunque son a menudo los mercados y las empresas lo que hacen posible la innovación, para que estos trabajen en pro del desarrollo sostenible es necesario la coordinación y regulación y esto no se ve garantizado solo por los mercados. No solo para que la utilización del agua y la energía tenga en cuenta las limitaciones de los recursos sino también y más específicamente para que las decisiones sobre nuevas opciones de producción energética, que puede ser intensivas en el uso de agua, tengan en cuenta las limitaciones de agua existentes y así evitar una mayor degradación de los recursos. Los derechos de uso del agua deben estar controlados y los incentivos deben ser adecuados.
En el fomento de las alianzas hay tres aspectos de especial interés que se pueden analizar: los incentivos, los objetivos a largo plazo, y la diferencia entre el peso y la forma de operar de los sectores del agua y la energía.
Tradicionalmente la existencia de infraestructuras de agua y energía se han considerado como vitales para el desarrollo y por eso han sido financiados por el sector público. Estos costes solo se han recuperado parcialmente vía tarifas a los beneficiarios y normalmente no incorporan los costes ambientales de diferentes opciones energéticas o de provisión de servicios de agua. Los bajos precios del agua, por ejemplo, además no incentivan la innovación tecnológica de las empresas energéticas o la búsqueda de soluciones mejores desde el punto de vista de los objetivos ambientales. Además los incentivos actuales en el sector energético actúan favoreciendo opciones intensivas en agua. Las subvenciones a los combustibles fósiles (incluyendo al consumo) ascendieron a 523.000 millones de dólares en 2011 (un aumento de casi un 30% sobre el total del 2010). Sin embardo el apoyo financiero para las energías renovables, en comparación, ascendió a sólo 88.000 millones en 2011, y se incrementó en un 24% en el 2012.
También la planificación integrada a medio y largo plazo del agua y la energía es fundamental. Las decisiones energéticas y de agua para resolver los déficits actuales son a menudo decisiones que condicionan y pueden verse condicionadas por el agua en el largo plazo. Por ejemplo los planes de expansión de las plantas de energía con carbón en China podrían no ser viables debido a la escasez de agua: El 40% de la capacidad térmica del país se encuentra en el norte de China, donde solo hay el 20% de los recursos de agua dulce renovable del país. Más del 50% de las plantas de energía de la India y el sudeste de Asia se encuentran en zonas que probablemente se enfrentarán a la escasez de agua. La capacidad de generar energía de las plantas de carbón y plantas nucleares de Europa se puede reducir entre un 6% a 19% entre 2031-2060, debido al aumento de la temperatura del agua o por falta de refrigeración.
Sin duda hay necesidad de colaborar entre ambos sectores pero desde el reconocimiento de que son sectores muy diferentes. El sector de la energía funciona en mercados integrados y globales sobre la base de precios competitivos. Es un sector que mueve unos 6 billones de dólares anualmente. En contraste el sector del agua es una constelación de pequeños mercados solo relevantes a escala local y cuyos precios están sometidos a regulación.
La cuestión es que es lo que pueden hacer los gobiernos para promover una mejor coordinación del nexo entre el agua y la energía. En este sentido parece fundamental que los gobiernos puedan a) Informar para hacer visibles los riesgos de una acción descoordinada; b) Regular mejorando los organismos reguladores, promoviendo la transparencia, la confianza; c) Incentivar estableciendo incentivos adecuados que eviten decisiones que no consideren la limitación de los recursos a largo plazo; d) Mejorar de la coordinación institucional; y e) apoyar a las empresas y a las partes interesadas a cooperar.
4. AVANCES EN EL MARCO DE LA UNIÓN EUROPEA
En Europa en el campo de la investigación hay que destacar que se han creado dos programas que apoyan la investigación integrada en los sectores del agua y la energía. Esto incluye la “iniciativa conjunta de programación: retos del agua para un mundo cambiante” y la “Alianza Europea de Innovación en el Agua”. La primera aúna a organizaciones de financiación pública a la investigación en 19 países de la Unión Europea junto con la Comisión para establecer prioridades conjuntas y promover la coordinación de la financiación en el campo del agua y la energía. La segunda pretende hacer posible remontar los obstáculos que no permiten la implantación de soluciones más favorables desde el punto de vista de la sostenibilidad a largo plazo. Uno de los proyectos que se están desarrollando bajo el liderazgo de “Electricite de France” (EdB) es una alianza entre diferentes organizaciones para generar un marco de evaluación conjunta que permita tener un sistema de indicadores y definiciones comunes para analizar el impacto de la producción energética en el agua.
Con ello la Unión Europea reconoce la importancia de mejorar el conocimiento integrado en ambos sectores. Con ello se pretende no solo encontrar como poner en práctica soluciones más sostenibles y beneficiosas para todos y que las comunidades de investigación del agua y la energía aprendan unas de otras, sino también mejorar la capacidad en Europa de anticipar riesgos y aprender de los fracasos, mejorando las posibilidades de éxito. Desde una perspectiva más amplia, es un reconocimiento de que estas alianzas permiten la construcción de una visión compartida de los desafíos implícitos de la gestión conjunta del agua y la energía y allanan el camino para la aceptación de decisiones difíciles que deben tomarse en el corto plazo para recuperar una tendencia sostenible en el medio y largo plazo.
5. RESULTADOS
Como se ha puesto de manifiesto hay ejemplos de alianzas entre el agua y la energía y también resultados. Las diferentes iniciativas de UNIDO (Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial) como son “Salvar a la fuente – alianza efectiva con el sector privado” (ONUDI); la “iniciativa de la Industria Verde para el Desarrollo Industrial Sostenible”; o la “Alianza para la transferencia de tecnología ambientalmente racional (TEST)” están ayudando a mejorar la eficiencia combinada del agua y la energía en la industria. Por otro lado la Iniciativa Global del Banco Mundial “Agua Sedienta” está avanzando en conseguir que los gobiernos asuman la necesidad de una planificación conjunta, contando con el apoyo del sector empresarial energético, toda vez que mediante esta iniciativa es cada vez más consciente de los riesgos derivados de la escasez de agua para el sector y la necesidad de actuar rápidamente.
Greenpeace ha puesto de manifiesto como en la India el debate nacional sobre la necesidad de coordinar las políticas de agua y energía se produjo después del estudio de 2011 de IIT Delhi que analizo la demandad actual y futura de los ríos Wardha y Wainganga en Vidarbha, incluyendo los 1700 Millones de IT13 de agua necesarios para las plantas térmicas que se estaban proponiendo en la región. Esto hizo que se reformularan la políticas hacia la eficiencia. En otros países como Sudáfrica se está valorando el impacto de las centrales térmicas de carbón en la crisis de agua. Los análisis están permitiendo entender mejor los riesgos a los que se enfrentan los inversores potenciales.
La colaboración entre los sectores en los EE.UU es ya una colaboración de décadas a todos los niveles. Ha tenido como consecuencia que se hayan producido inversiones de más de 600 millones de dólares para desarrollar nuevas tecnologías de refrigeración. Por ejemplo, las empresas energéticas en zonas semiáridas en los EE.UU. han aumentado su preparación para hacer frente a un futuro con fuentes de agua no convencionales (salobre, residuos y agua del mar). Además el agua es ahora uno de los principales objetivos en la investigación energética. Más de 30 laboratorios que participan en la investigación de la energía han pasado gradualmente de criterios simples (minimización de costes) a múltiples (sostenibilidad). El aumento de los precios del agua en áreas con escasez de agua han sido también clave para que sea viable invertir en refrigeración seca y con ello han hecho del agua un motor de innovación en el sector energético.
REFERENCIAS
http://www.un.org/waterforlifedecade/water_and_energy_2014/index.shtml
DESCARGO DE RESPONSABILIDAD
Las opiniones expresadas en esta publicación son responsabilidad de la autora y no reflejan necesariamente las del Secretariado de Naciones Unidas ni las de la Oficina de Naciones Unidas de apoyo al Decenio Internacional para la Acción (ONU- DIpA) “El agua, fuente de vida” 2005-2015.
Las denominaciones empleadas y la presentación del material incluido en esta publicación no implican la expresión de ninguna opinión ni la toma de posición por parte del Secretariado de Naciones Unidas ni de la ONU-DIpA “El agua, fuente de vida” 2005-2015 con relación a la situaciónjurídica de ningún país, territorio, ciudad o área o sus autoridades o acerca de la delimitación de sus fronteras o límites.
1 Los contenidos de este capítulo han sido elaborados a partir de los informes de la Conferencia de ONU-Agua sobre Agua y Energia: Alíanzas para la mejora del acceso, la eficiencia y la sostenibilibad.