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PLANIFICACIÓN HIDROLÓGICA EN ESPAÑA

Liana Ardiles López

Directora General del Agua.

Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente

La planificación hidrológica es la herramienta que nos permite seguiravanzando para garantizar el suministro en cantidad y calidad suficiente para todo el territorio y para todos los usos, respetando y protegiendo el medio ambiente, es decir, el instrumento que sienta las bases para armonizar las funciones biológicas y ecológicas del agua con su uso para actividades socioeconómicas.

Aunque España tiene una larga tradición en planificación hidrológica, la incorporación de la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea a la Ley de Aguas española marca un antes y un después en la planificación. Así, la planificación hidrológica de entonces fundamentalmente se centraba en dar una respuesta eficiente a las demandas, los retos que nos plantea ahora la política europea en materia de agua, plasmados en el denominado Blueprint, además de la atención de las demandas el objetivo es alcanzar el buen estado y la protección de las aguas protegiendo su calidad y racionalizando su uso.

Un documento que parte de la idea de que el agua es fundamental no sólo para asegurar la calidad de vida de los ciudadanos sino también para garantizar el buen funcionamiento de la economía fijando prioridades que nos permitan gestionar la escasez de agua y conservar los ecosistemas hídricos en función de la situación geográfica, política, socieconómica y cultural de cada zona.

Para alcanzar estos objetivos el Blueprint incide en cuatro líneas de trabajo: la integración de la política del agua en otras políticas comunitarias respetando el requisito de unanimidad del Consejo de la UE para determinadas materias reguladas por el Tratado de Funcionamiento de la UE, el empleo de instrumentos económicos para gestionar la demanda, el fortalecimiento de nuestro sistema de gobernanza para mejorar la eficacia de la gestión y, por último, la mejora del conocimiento del estado en el que se encuentran nuestras aguas, tanto en cantidad como en calidad, como base para la toma de decisiones.

Siguiendo estas directrices, el pasado mes de julio España concluyó el primer ciclo de planificación hidrológica con la aprobación de todos los planes hidrológicos de competencia Estatal e inició de forma paralela el segundo ciclo de planificación que tendrá que estarfinalizado antes del 31 de diciembre de 2015.

La aprobación del primer ciclo de planificación ha permitido mejorar notablemente el conocimiento de nuestras cuencas hidrográficas. Los planes han hecho una radiografía de los ríos y de sus usos así como de las necesidades existentes y, a través de sus programas de medidas, han aportado las mejores soluciones para dar respuesta a todas las demandas, tanto socioeconómicas como medioambientales.

Por primera vez en nuestro país, los planes han establecido caudales ecológicos y nuevos repartos de agua que aseguran un aprovechamiento más racional y equitativo en el marco de un amplio proceso de información pública.

Unos planes que ahora se están sometiendo a un proceso de revisión, tal como establece la normativa comunitaria. Un proceso que está permitiendo incorporar nuevas medidas para avanzar, de manera gradual, hacia una gestión más sostenible del agua y para, de manera eficaz, dar respuesta a los nuevos retos que nos plantea tanto el cambio climático como el binomio agua-energía y sus potenciales impactos negativos sobre la disponibilidad de agua en el futuro.

En este segundo ciclo de planificación se va a seguir profundizado en cuatro grandes aspectos: los objetivos medioambientales, los programas de medidas, la recuperación de costes y los planes de gestión de riesgo de inundación.

En cuanto a los objetivos medioambientales, el extenso y detallado trabajo realizado en el primer ciclo de planificación ha sido determinante para conocer el estado actual de las masas de agua y para poder establecer unos objetivos ambientales claros para 2015, 2021 y 2027.

Este primer diagnóstico nos permitirá desarrollar una serie de medidas destinadas a conseguir que a finales de 2015, el 63,7% de las masas de agua se encuentren en buen estado, que a finales de 2021 sean el 74% de esas masas de agua las que alcancen esta definición, y que al finalizar el 2027 esta cifra llegue al 93%.

Por lo que respecta a los programas de medidas, que son los que definen los objetivos a alcanzar, en este segundo ciclo es avanzar en su adecuada dimensión, coherentes con el marco normativo nacional y europeo y con los escenarios de consolidación fiscal, actual y futura de nuestro país.

Además, debemos aprovechar la oportunidad que nos plantea la revisión del primer ciclo de planificación para seguiravanzando en la recuperación de costes.

Los Planes de segundo ciclo deben reflejar de manera armonizada para las distintas cuencas los costes de los servicios de agua, integrando, en su caso, los costes ambientales que no hubieran sido previamente internalizados. Para ello se empleará la metodología acordada con la Comisión Europea para el conjunto de los estados miembros de la UE. Una vez completada esta fase, se abordará la estimación del resto de costes que no entran en la definición de costes del servicio del agua del artículo 2 de la Directiva marco del Agua.

Por otro lado, los nuevos planes hidrológicos deben aprobarse de forma coordinada con los planes de gestión de riesgo de inundación, que también deberán estar concluidos a finales de 2015. Gracias al trabajo realizado en el primer ciclo ya contamos con unos exhaustivos mapas de peligrosidad, que serán la base que nos permita establecer los objetivos y medidas para la reducción de las consecuencias negativas asociadas a los fenómenos de inundación a través de una serie de programas de prevención, protección y recuperación de daños.

Además, los nuevos planes hidrológicos permitirán que sigamos avanzando tanto en la mejora de la garantía del suministro, a través de las obras tradicionales de regulación y de aquellas medidas que nos permitan incorporar nuevos recursos no convencionales como la reutilización, la regeneración y la desalación, fortaleciendo así la idea de seguridad del conjunto del sistema, como en la mejora de la calidad de las aguas, priorizando las actuaciones en materia de depuración y saneamiento que contribuyen al cumplimiento de los objetivos ambientales fijados en los Planes para cada cuenca.

Para afrontar con éxito estos nuevos retos a los que se enfrenta la gestión del agua en España se va a reforzar la base tecnológica y la innovación como vía para aumentar la eficiencia y la eficacia en el uso de nuestros recursos, con el fomento de programas como H-2020 o el Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación y se va seguir potenciando el papel de las empresas de agua españolas a través de la promoción de la Marca Agua España.

En definitiva, el segundo ciclo de planificación nos brinda la oportunidad de fortalecer aspectos claves de nuestro modelo de gestión del agua con la búsqueda de soluciones que hagan compatible los objetivos ambientales con los objetivos socioeconómicos y el desarrollo de todos los territorios del país. Un enfoque gradual que, a lo largo de los sucesivos ciclos de planificación, deben permitir a España transitar hacia la gestión sostenible del agua mediante fórmulas de gestión que asegure el equilibrio entre la garantía en el suministro y la eficaz conservación del medio hídrico y de los servicios ambientales que proporciona.

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