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Agradecimientos

Este libro concentra una parte importante de mi tesis doctoral: el corpus y los análisis iniciales vinculados a las descripciones de cinco escuelas. Representa un camino largo y sinuoso en el que conté con cariño y apoyo de muchas personas: sin ese soporte no habría sido posible hacerlo; por lo tanto, agradezco a todos los involucrados por sus contribuciones.

Iniciaré mis agradecimientos destacando el entusiasmo y fe que tuvo en mí Natalia Hernández, amiga y colega, que me animó a presentarme al llamado de publicación de la Colección de Trabajo Social que estaba promoviendo el Departamento de Trabajo Social de la Universidad Alberto Hurtado durante el año 2019, a quienes también agradezco por recibir mi propuesta y contribuir a ampliar las posibilidades de divulgación de un trabajo que busca aportar a la política educativa, al trabajo social escolar y a las comunidades educativas.

Al tratarse de una parte de mi tesis doctoral quisiera agradecer a los profesores/as que acompañaron ese proceso. Especialmente a mi director de tesis, Alejandro Carrasco, y a la comisión evaluadora compuesta por Alicia Razeto, Fernando Maureira y Sergio Martinic quienes, desde su experticia, constructivamente aportaron perspectivas que mejoraron la propuesta original.

Mi tesis doctoral contó con el apoyo de Conicyt-Chile, tanto de la Beca del Programa de Formación de Capital Humano Avanzado como de la Beca de Apoyo a la realización de Tesis Doctoral.

Quisiera agradecer a las comunidades educativas participantes que generosamente abrieron sus puertas, permitiéndome imbuirme de sus vivencias cotidianas, los relatos de profesores/as, equipos de gestión escolar, profesionales especialistas, encargados de programas y familias, quienes desde sus narrativas hicieron posible construir un mapa e interpretarlo. Gran parte de esto está presente en el libro.

A los profesionales que apoyaron mi inserción en la comuna de Peñalolén, especialmente a Loreto Ditzel, María Regina Rivera, Victoria Meyer y los profesionales especialistas de las escuelas participantes.

A los profesionales que permitieron la inserción en el Programa Proniño (Codeni), especialmente a Gaby Castro, amiga y colega, que apoyó el acceso a las escuelas, facilitó materiales y vinculación con los profesionales especialistas, quien confió en este proyecto y en mí. Al equipo de Proniño: Angélica Rojas, Pablo Muñoz, Daniel Marabolí, Denisse Escalona, Natalia Bravo, Natalia Castro y los profesionales especialistas de las escuelas que fueron parte de la muestra.

A los profesionales y amigos que apoyaron el proceso de acceso, recolección y procesamiento de datos: Jorge Moreno, Grela Arriagada, Evelyn Mejías, Miguel Oyarzún y Claudia González.

A Verónica Gubbins, académica de la Universidad Finis Terrae, sabia mujer que contribuyó con sus lecturas finales a abrirme a nuevas preguntas y fortalecer la consistencia del escrito.

A quienes generosamente me ayudaron en tareas de edición, a María Elena Gronemeyer, maestra, quien con especial sabiduría me animó e instó a terminar este proceso. A Javiera Sandoval, quien me apoyó en la fase de edición final del documento, realizando esta tarea junto a su bella Amparo, recién nacida. A Paulina Morales del Departamento de Trabajo Social de la Universidad Alberto Hurtado, quien me animó, confió y tuvo mucha paciencia en la espera del escrito final.

A mis amigas y compañeras de la UC que en tiempo de escritura apoyaron incondicionalmente el trabajo: María Eugenia Torres, Ana María Salas, Valentina Seguel y Andrea Leisewitz.

A los amigos de la vida, quienes son mi comunidad de apoyo y de afectos, especialmente persistiendo en los tiempos de escritura, gracias a: Carolina Becar, Isabel Gómez, Francisco Ibaceta, Cristián Leyton, Gianinna Muñoz, Taly Reininger, Marisol Rodríguez, Paulina Pizarro, Mahia Saracostti, Mónica Vergara y Jenny Villanueva, entre otros muchos.

Por último, quisiera dar las gracias a mi familia de origen y a mi familia actual. A mis padres, Eliana y Jaime. A mis tíos queridos: María Isabel, Luis y Gerardo. A mi hermano Jaime. A mi esposo César y a mis hijos, Esteban y Gaspar. El amor incondicional de ellos tuvo un efecto creador en este trabajo.

Escuelas en transformación

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