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Etimología

Científico Labrisomus philippii

Labrisomus proviene del griego labros que significa “curioso, ávido, ansioso”, y soma (somus), “cuerpo”. Es decir, cuerpo ávido. La especie se llama philippii en honor al naturalista alemán-chileno Rodolfo Philippi, doctor en medicina, paleontólogo y zoólogo radicado en nuestro país y director del Museo Nacional de Historia Natural, que falleció en 1904. Su hijo, Federico Philippi, también fue un zoólogo reconocido.

Común Tomoyo

Otros nombres Chalaco, tramboyo de Philippi

El nombre tomollo o tomoyo se refiere a que el pez anda a oscuras o en las tinieblas. También puede originarse en moyu que significa “pecho de mujer”. Otro nombre común por el que es conocido es chalaco, gentilicio de los habitantes del Callao, ciudad costera de Perú. Allá también se le dice tramboyo, que significa mujer sumamente hermosa, por su aspecto colorido en su etapa adulta.

Taxonomía

Familia Labrisomidae

Género Labrisomus Swainson, 1839

Especie Labrisomus philippii (Steindachner, 1866)

Distribución

En Perú y Chile, desde Arica hasta Coquimbo.


Descripción

Cuerpo robusto; cabeza ancha, alta y con hocico muy romo (A). Cirros nasales en grupos de 6-12, 8-13 cirros oculares y 2 parches nucales, con 12-24 cirros cada uno; todos los cirros cortos; boca grande, ligeramente oblicua; tres bandas de dientes en el paladar, una al centro y una a cada lado [107]; aleta dorsal con XVIII-XX (XIX-XX registrado en Chile [99] espinas y 12-14 radios [99]; las espinas centrales son las más largas, dándole un perfil convexo a la aleta (B) y marcando una hendidura entre la porción espinosa y la de radios; los radios más largos son más largos que cualquier de las espinas; la aleta anal tiene II espinas y de 18-20 radios (generalmente 19); radios pectorales 14-15 (generalmente 15); aleta pélvica con 3 radios blandos; 68-75 escamas en la línea lateral; aleta anal con un parche pequeño de escamas en las membranas de los radios posteriores (C) [107].

Diagrama


Historia natural

El tomoyo es un pez muy llamativo en las costas del norte de Chile y muy territorial. Algunos pescadores y buzos incluso los individualizan y les ponen nombres porque siempre los encuentran en el mismo lugar. En general pasan desapercibidos ya que se posan en las rocas, a la sombra de las algas. Viven en el intermareal y en el submareal, y es muy difícil verlos a profundidades mayores de los 15 m. El macho es pardo con tonos amarillentos sobre la cabeza y el cuerpo con manchas azules dispersas. La hembra es de color canela pálido a verdoso y café, con alrededor de cinco barras oscuras con manchas, que continúan en la aleta dorsal; su cuerpo y aletas son moteadas y su cabeza es más pálida. El opérculo de las hembras tiene pequeñas manchas negras con café rojizo, puntos negros densos en el hocico, mejillas y porción anterior de los labios superiores. Posee barras oscuras en los labios inferiores y costados de los superiores; la base de la aleta pectoral es de color crema [107]. La coloración brillante en la población masculina puede servir para atraer a las hembras y también ser un signo aposemático para los posibles depredadores [92]. El aposematismo es un fenómeno recurrente en la naturaleza y ocurre en algunos animales que presentan colores llamativos destinados a alejar a sus depredadores [108]. Por otra parte, el dimorfismo sexual —la variación en la fisonomía externa (forma, color o tamaño), entre machos y hembras—, es un fenómeno interesante en los peces, que aunque se presenta en la mayoría de las especies, en esta es muy marcada [109]. El dimorfismo sexual es un fenómeno poco estudiado que podría representar procesos evolutivos interesantes sobre el éxito de estas especies en las costas de Chile.

El tomoyo es un pez carnívoro diurno, que habita en agujeros y grietas de áreas rocosas en aguas poco profundas. Estudios realizados en especies emparentadas han demostrado que existe cortejo entre hembras y machos. Presentan ciclos de patrones de apareamiento bien definidos. Respecto al cuidado parental es el macho el que se ocupa de sus potenciales crías (ver capítulo del bagre y de la castañeta). La hembra deposita los huevos que se adhieren a rocas pequeñas con algas. Los huevos bentónicos (asociados al fondo marino) también se pegan a rocas pequeñas cubiertas de algas. Quedarse fijos en las rocas les ayuda a sostenerse en sitios de mayor flujo, por las corrientes dentro del territorio del macho. Así, el huevo que contiene las larvas se oxigena más rápido, permitiendo una mayor supervivencia y un menor tiempo de desarrollo [102, 110].

Este pez consume principalmente presas asociadas al fondo marino. Despliega y captura sus presas, que pueden ser peces como los trombollitos tres aletas, borrachillas, con la estrategia de siéntate-espera y pueden alcanzar altas velocidades para atrapar su presa. También ingiere moluscos, piures y bivalvos como los choritos. Parte de su dieta está constituida por anélidos (gusanos no segmentados) y crustáceos, como los camarones de roca. Se cree que estas presas podrían actuar como anfitriones intermediarios de parásitos, ya que se han descrito más de diez especies de parásitos que usan al tomoyo como hospedador. Su depredador natural es el chungungo que lo puede capturar en las primeras profundidades de la marea baja, a unos 4-5 m, donde suele estar el tomoyo [110].

Existe registro de la captura de esta especie por parte de los pueblos originarios. Actualmente, el tomoyo es una de las especies sometidas a gran depredación, al igual de la chita, tan cotizada en los mejores platos de la cultura culinaria del Perú. En Chile solo lo extraen buzos. Aún no han sido reguladas (legisladas) muchas prácticas altamente depredatorias como el “traqueteto”, el vulgar arreo de peces con redes que usan buzos [104, 105, 111].

Estos peces han sido estudiados para analizar los contaminantes que provienen de la megaminería del norte de Chile, que libera grandes concentraciones de metales pesados al mar, ya que estos peces los bioacumulan [112].

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El macho es muy característico por su colorido, su cabeza llena de lunares azules lo hacen distintivo. Durante la época reproductiva, los machos cuidan a sus crías de manera furtiva. Área de Manejo de Recursos Bentónicos, Pisagua, 2017. Fotografía: Marco Tobar (Pisagua Sumergido).


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