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IMAGINACIÓN, REALIDAD, CONFUSIÓN…
ОглавлениеUna de la mañana, y aún no lograba conseguir esa tranquilidad que tanto anhelaba. Quería sentir esa frágil caricia en su rostro, ese tierno roce en un profundo y pasivo trance donde la melancolía y el dolor se van, pero... ¿realmente se van?, ¿realmente quería encontrar aquella tranquilidad en su siesta deseada, o simplemente huir de algo? Sabía que si caía en los brazos de Morfeo no había marcha atrás. La realidad y la fantasía fácilmente se confunden cuando uno mismo los crea. Su fantasía se vuelve su realidad, bella y perfecta, ¡perfecta! Esa palabra no existe en la realidad, sin embargo, una mente tan frágil y soñadora no cree en eso. Así que... ¿para qué seguir soportando tanta agonía, cuando la felicidad estaba en su ser? Así, tal y como ella quería. Vivir en ese mundo ficticio, donde podía hacer lo que quisiera, hablar con quien quería hablar, besar a quien quería besar y amar a quien quería amar.
Su mente ingresaba al mundo deseado, pero su corazón se negaba, ¿por qué?, ¿por qué rechazar tan bella oportunidad?
Dicen que nada ni nadie nos debe forzar u obligar a hacer algo que no nos guste. La experiencia se vuelve una pesadilla, una mordaz y despiadada compañía nocturna que no te deja ser libre en tu mundo de sueños. Se deleita inyectándote ilusiones devastadoras, poniéndote de rodillas a orillas del mundo de Morfeo, queriéndote empujar a la realidad. Entonces, la libertad se convierte en una prisión. La conversación termina con un silencio eterno. Un beso se vuelve ácido y asfixiante, y el amor, el sentimiento más bello y puro se oscurece con la hostilidad del odio y la desesperación.
Es ahí donde te das cuenta que no estás sola como pensabas, que tu mundo perfecto ha sido invadido por un intruso el cual te asfixia, presionando tu pecho entre ambos mundos.
Ella regresaba a la realidad, miraba a todos lados y tan solo veía una pequeña, pero intensa luz milagrosa, atravesando las cuatro paredes que encerraban e iluminaban los sufrimientos de su padecimiento, tan pequeños, tan peligrosos; sedantes jugando con la mente de una persona. Una mente frágil, débil e ilusionada.
Giraba la cabeza a todos lados, no sabía por qué, pero lo hacía, quería gritar, pero no podía, quería tan solo decir “¡Auxilio!”. La fuerte presión en el pecho no la dejaba balbucear ni una sola palabra. Así fue como se dio cuenta que lo perfecto no existe en su mundo, y tampoco en la realidad. Estaban jugando con su mente, y como una fugaz lluvia de estrellas recordó una y mil cosas de su pasado, de su vida, pero... ¿en realidad eran de su pasado?
Tal vez se trataba de una confusión, tal vez su mundo ilusorio estaba creando todos esos momentos, aquellos recuerdos, aquellas fantasías... ya no había marcha atrás. Morfeo o quien fuese, la tenía atrapada en aquel mundo paralelo de nuestras mentes en reposo.