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AGRADECIMIENTOS

Deseamos recordar a aquellos que han estado cerca de nosotros a lo largo del tiempo que duró la composición de nuestro libro, tanto a los atentos lectores que han contribuido a mejorar su forma, como a aquellos que nos han permitido, también, colmar lagunas bibliográficas y, finalmente, a quienes han sido trait d’union entre nosotros y las instituciones. Expresamos a todos ellos nuestro más profundo reconocimiento: Guido Alimena, Silvano Bavini, Elvira Bargossi, Andrea Battistini, Antonella Barzazi, Andrea Campana, Luisa Castelli, Rosabianca Cinquetti, James Clough, Fabio Frigieri, a fray Fabio M. Furiasse, Carmela Gardini, Rudj Gorian, Giuseppe Longo, Stefano Lusardi, Mercedes López Suárez, Brian McMullin, Francesco Maggi, Giovanna Miani, Silvia Munari, Giuseppe y Federico Olmi, Stephen Parkin, Federica Rossi, Davide Ruggerini, Piero Scapecchi, Vincenzo Trombetta.

Queremos expresar un agradecimiento especial a Juan Miguel Valero Moreno, cuya lectura de algunas partes de nuestro libro nos ha permitido armonizarlas mejor, y a Franco Pasti y Paolo Temeroli por la precisión con la que han leído la última versión ya compaginada, relevando errores o erratas.

A algunos de los muchos amigos mencionados les hemos agradecido también en las notas.

Y vaya también nuestro agradecimiento a las siguientes instituciones: Biblioteca Nacional de Francia; Minnesota Historical Society, Saint Paul, Minnesota (EE. UU.); colección de la Victorian Parliamentary Library, Melbourne (Australia); Biblioteca Statale Isontina de Gorizia, especialmente a su director, Marco Menato; Biblioteca de la Pontificia Università Urbaniana, en particular a su responsable, Luca Balducci; Biblioteca Central de los Frailes Menores Capuchinos, Roma, en especial a Patrizia Morelli; Archivo Central del Estado, particularmente a Paolo Danilo Audino; la Fundación Feltrinelli de Milán; INSMLI – Instituto Nacional para la Historia del Movimiento de Liberación en Italia, Milán; la Pinacoteca Comunale de Faenza, especialmente a su director, Claudio Casadio; Istituto Storico della Resistenza de Forlì, sobre todo a Fabrizio Monti; Biblioteca Franco Serantini de Pisa, en particular a su director, Franco Bertolucci, por la generosidad con la que han realizado búsquedas útiles para nuestros fines, enviándonos también fotos factibles de ser publicadas junto con sus correspondientes autorizaciones sin que tuviésemos que someternos a excesivas instancias burocráticas.

Expresamos además nuestro reconocimiento por las muchas gentilezas que recibimos de parte de instituciones más cercanas a nosotros: Biblioteca Cívica de Verona, particularmente a su responsable, Agostino Contò; Museo de Castelvecchio, Verona, en especial el curador de las colecciones, Ettore Napione; Biblioteca Ezio Raimondi del Departamento de Filología Clásica e Italianística, especialmente Pasquale Novellino; Biblioteca Comunal del Archiginnasio, cuyo servicio “Pídelo al bibliotecario” nos ha socorrido muchas veces, y a Diana Tura, del Archivo de Estado de Bolonia, por habernos ayudado siempre.

Extendemos nuestro agradecimiento a la Biblioteca Cívica de Bassano del Grappa, que ha sido generosa en enviarnos online materiales que nos fueron muy útiles. También un gracias de corazón a Costanza Fanelli, responsable del archivo histórico de Noi Donne en la sede de la Casa Internazionale delle Donne, en Roma, y a Valentina Muià, estudiosa y colaboradora del archivo central de la Unione Donne in Italia (UDI), en Roma. Con extraodinaria generosidad, ellas nos han permitido consultar documentos, y nos dieron la posibilidad, además, gracias a Giorgio Rambaldi, de tomar fotografías y de poder usarlas; a la Biblioteca Estense Universitaria de Módena que nos ha ayudado enviándonos una imagen importante para el bagaje iconográfico del volumen, y a Alberto Milano que ha indagado para nosotros en la Colección Bertarelli de Milán.

Hemos reservado para el final los agradecimientos que, en realidad, consideramos entre los más importantes: a Antonio Bagnoli, de ediciones Pendragon, por haber incluido nuestro libro en su catálogo con tanta confianza, y a Giovanni Solimine, a quien es necesario sumar aquí junto con las personas que se han demostrado más disponibles con nosotros, para que todos sepan cuánto afecto se encuentra también en esta expresión de reconocimiento.

Finalmente, nos dirigimos a Edoardo Barbieri con nuestro agradecimiento más sentido por haber confiado en nuestro trabajo desde los inicios y por haber prologado el libro con tanta competencia; ha sido para nosotros no solo un signo de amistad, sino también motivo de gran orgullo.

Esperando no habernos olvidado de nadie; confiamos a esta nota también el encargo de absolvernos de la tarea de excusarnos, si eso hubiese acontecido.

Las imprentas nómadas

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