Читать книгу Desde Austriahungría hacia Europa - Alfonso Lombana Sánchez - Страница 23
Interpretación, lectura y significado
ОглавлениеTradicionalmente los tipos de interpretación que ha asumido el estudio teórico de la literatura han sido dos (Ter-Nedden, 1987, p. 32 y sig.): la interpretación filológica (explicaciones semánticas, gramaticales, etc.) y la interpretación estética (en relación al inmanentismo). Las teorías literarias del siglo XX contrarias a la hermenéutica huyeron radicalmente de esta búsqueda de entendimiento objetivo a causa de la entidad subjetiva de la interpretación. No obstante, las últimas voces son cada vez más conciliadoras en este sentido (Jannidis, et al., 2003). El estudio cultural del texto literario requiere su interpretación dentro del contexto seleccionado, siendo deseable que sean expertos autorizados los que arrojen sus consecuencias.
La tradición de la Teoría ha buscado constantemente la división de la literatura en tendencias, corrientes o periodos según las diversas escuelas. Esta premisa permite una confrontación rápida y clara de la literatura, pero por su simplificación se presenta insuficiente. El estudio de la literatura y su historia deben tratar el texto literario como momentos puntuales, y estos no entienden ni de periodos ni de tendencias, ni de épocas. Las agrupaciones han sido frecuentemente biográficas, nacionales, temporales o temáticas, cayendo fácilmente en inexactitudes, por ejemplo: la frecuente división biográfica de la vida de los autores en etapas puede llegar a veces a la afirmación de distintos autores dentro de un mismo nombre; la concepción de literaturas nacionales obvia los contactos interculturales, siempre especialmente intensos en Europa o las historias de la literatura están llenas de excepciones incómodas de intenciones temáticas que parecen rebelarse contra los prepuestos simplificadores. Una comprensión contemporánea de la literatura puede hacerse uso puntualmente de estos recursos, pero no puede seguir permitiéndose este tipo de inexactitudes de forma absoluta. Es por ello que el acto comunicativo de un sujeto, la obra en sí, debe volver al centro del estudio.
La literatura es un medio que vincula la «cercanía imaginaria entre lectores y autores» (Gumbrecht, 1998, p. 83) y su complejidad intrínseca trae consigo la enorme dificultad que plantea también la complejidad de la cultura. Por ello, al igual que la alternativa para el estudio cultural se posibilita mediante un estudio dirigido centrado en la interpretación puntual de los contextos culturales, la propuesta literaria para el estudio teórico debe responder igualmente a la reducción intencionada de la literatura a entidades tangibles. La obra literaria permanece viva en el momento de su relectura, así, la relectura cultural de la literatura explora estos contextos en búsqueda de su funcionalidad, lo que permite que la interpretación funcional se edifique en este marco de análisis.
A partir de su literatura, toda cultura deja de ser una entidad inabarcable e incomprensible, sino que se explica gracias a contextos reducidos y simplificados, los cuales actúan como garante para la interpretación dirigida. Con una finalidad pragmática se pregunta a las obras acerca de los pilares culturales comunes al análisis y, aparte de ellos, se teje la red de cercanías y similitudes que demandan los espacios comunicativos que plantea cualquier cultura. De esta manera, los textos literarios austrohúngaros actúan aquí como objetos de trabajo para la constitución de un contexto Austriahungría en el que se resalten aquellos rasgos más atractivos para su confrontación con Europa.