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SOBRE LA BIBLIOGRAFÍA

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PESE A SU ANTIGÜEDAD, no carece de interés el ensayo de sistematización y biografía que propone Manuel Olguín en Alfonso Reyes, ensayista. Vida y pensamiento (México, Ediciones de Andrea, 1956), publicado al año siguiente de un excelente trabajo de Gutiérrez Girardot, Imagen de América en Alfonso Reyes (Madrid, Ínsula, 1955), primera etapa de una admiración que culmina con el espléndido estudio introductorio a Última Tule, en la Biblioteca Ayacucho (1990). Sin embargo, la mejor semblanza general y sintética de Reyes se debe a Adolfo Castañón, Alfonso Reyes. Caballero de la voz errante (Bogotá, Tercer Mundo, 1991), y el mejor libro de conjunto es el que editó en 1990 Víctor Díaz Arciniega, Voces para un retrato. Ensayos sobre Alfonso Reyes (México, FCE), mientras que la monografía de su nieta Alicia Reyes, Genio y figura de Alfonso Reyes, ha sido varias veces reimpresa desde su primera publicación en 1976 (hoy en FCE). Aporta la memoria biográfica y sentimental de la autora, y debe complementarse con los materiales epistolares del volumen de Fernando Curiel El cielo no se abre. Semblanza documental de Alfonso Reyes (UNAM / El Colegio Nacional, 1995) y el catálogo de la exposición Alfonso Reyes: el sendero entre la vida y la ficción (Instituto Cervantes / Universidad Autónoma de Nuevo León, 2007, accesible en el Centro Virtual Cervantes). Sobre su pensamiento literario, fundamentalmente en torno a La experiencia literaria y El deslinde, existen varios trabajos analíticos de interés, pero es destacable en particular el de Rangel Guerra, Las ideas literarias de Alfonso Reyes (El Colegio de México, 1989), y abordan aspectos semejantes el de Víctor Barrera Enderle, La mudanza incesante. Teoría y crítica literarias en Alfonso Reyes (Universidad Autónoma de Nuevo León, 2002), y el más reciente libro de Sebastián Pineda Buitrago, La musa crítica: teoría y ciencia literaria en Alfonso Reyes (El Colegio Nacional, 2007), también colaborador del monográfico de Anthropos dedicado a Reyes (núm. 221, 2008).

Son muchas las antologías preparadas sobre Reyes, pero las tres más valiosas posiblemente sean la que publicó Alianza Editorial a cargo de José Luis Martínez en 1986, titulada Antología general; la que seleccionó y prologó vibrantemente Gutiérrez Girardot en 1990, ya citada, con el título de Última Tule y otros ensayos, y, por fin, la más voluminosa de todas, guiada por la voluntad de subrayar la vigencia de la cultura española en su vida, debida a Héctor Perea, España en la obra de Alfonso Reyes (FCE, 1990). En las páginas finales se reproducen textos antiguos y recientes de autores que van desde Juan Ramón Jiménez —que le hizo un retrato incluido en Españoles de tres mundos— hasta María Zambrano, pasando por José Gaos, Juan Rejano, Max Aub, Moreno Villa o José Bergamín (aunque desde 1956 han aparecido varios volúmenes de Páginas sobre Alfonso Reyes y Más páginas sobre Alfonso Reyes, en El Colegio de México y después en El Colegio Nacional, a cargo sucesivamente de Alfonso Rangel Guerra y James Willis Robb, el último de 1997). La más reciente antología de su obra poética es Una ventana inmensa, publicada por la Universidad Autónoma de Nuevo León en Monterrey (2004), a cargo de Gerardo Deniz, y sobre el impacto de la guerra de España, véase Alberto Enríquez Perea, Alfonso Reyes y el llanto de España en Buenos Aires (El Colegio de México, 1998).

Los epistolarios disponibles de Alfonso Reyes son ya muy numerosos, de interés muy desigual y a veces no llega a justificarse cabalmente su publicación (es el caso de la breve y profesional correspondencia con José Puche entre 1939-1940 en torno a los refugiados españoles, publicada por El Colegio Nacional en 2004, o el de Gabriel y Alfonso Méndez Plancarte [El Colegio Nacional, 2006], pese al interés ocasional de alguna de las cartas, o incluso Cartas a La Habana. Epistolario de Alfonso Reyes con Max Henríquez Ureña, José Antonio Ramos y Jorge Mañach [ed. de Alejandro González Acosta, UNAM, 1989]). Son casi siempre cartas menos de Alfonso Reyes que a Alfonso Reyes, con escasos testimonios propios del escritor, como sucede con Guillermo de Torre (Las letras y la amistad. Correspondencia Alfonso Reyes / Guillermo de Torre, 1920-1958, ed. de Carlos García, Valencia, Pre-Textos, 2005), con el de José Gaos, valioso para entender las quiebras del exilio (Correspondencia. Itinerarios filosóficos, ed. de Alberto Enríquez Perea, El Colegio de México, 1999), con Max Aub (Escribo conforme voy viviendo. Alfonso Reyes y Max Aub. Epistolario, 1940-1959, ed. de Alberto Enríquez Perea, Segorbe, Fundación Max Aub, 2007) y también con Octavio Paz (Correspondencia Alfonso Reyes / Octavio Paz, 1939-1959, ed. de Anthony Stanton, FCE, 1998), a pesar de que ahí el testimonio de la admiración por el joven poeta y ensayista es muy categórico y poco diplomático (y a pesar de la función que ejercen ambos). Otros epistolarios contienen cartas de Reyes casi siempre de carácter protocolario: Luis Cernuda da cuenta de sus trabajos al presidente de El Colegio de México (Epistolario, 1924-1963, ed. de James Valender, Madrid, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, 2003), y lo hace también un muy antiguo amigo vinculado a los trabajos de El Colegio como Adolfo Salazar (Epistolario 1912-1958, ed. de Consuelo Carredano, Madrid, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, 2008).

Los volúmenes que reúnen las cartas más valiosas del propio Reyes son los de Pedro Henríquez Ureña (Correspondencia 1907-1914, ed. de José Luis Martínez, FCE, 1986), el que cruzó con su gran amigo Martín Luis Guzmán (Medias palabras 1913-1959, ed. de Fernando Curiel, UNAM, 1990), el cruzado con dos amigos más, como Genaro Estrada (Con leal franqueza, ed. de Serge Zaïtzeff, México, El Colegio Nacional, 3 vols., 1992-1994) o José Vasconcelos (La amistad en el dolor, ed. de Claude Fell, México, El Colegio Nacional, 1995), el Epistolario Alfonso Reyes-José M.ª Chacón y Calvo, a cargo de Zenaida Gutiérrez Vega (Fundación Universitaria Española, 1976), y el de Valery Larbaud, exhaustivamente anotado por Paulette Patout (París, Didier, 1972), autora a su vez de una monografía sobre Alfonso Reyes et la France, 1889-1959, con infinitas informaciones de detalle, publicada en 1978 por Klincksieck, en París. Otros epistolarios tienen carácter más circunstancial, pero a veces reúnen materiales valiosos, como el editado por Fernando Curiel, Casi oficios. Cartas cruzadas entre Jaime Torres Bodet y Alfonso Reyes, 1922-1959 (El Colegio de México / El Colegio Nacional, 1994), mientras que un buen libro temprano sobre Reyes se basó en las relaciones epistolares y personales con Unamuno, Valle-Inclán, Ortega, Juan Ramón y Gómez de la Serna y es obra de Barbara Bockus Aponte, Alfonso Reyes and Spain (Austin, University of Texas Press, 1972), aunque todas las extensas citas de cartas inéditas están traducidas al inglés sin versión original. La bibliografía más actualizada en torno a su epistolario se encuentra en la contribución de Sebastián Pineda al monográfico de Anthropos, núm. 221 (2008), págs. 176-178. Alicia Reyes publicó el Diario de su abuelo en 1969, pero siguen inéditos los restantes quince cuadernos, entre 1931 y 1959, que custodia la Capilla Alfonsina. Aspectos que han quedado muy desatendidos en esta introducción son objeto sin embargo de trabajos monográficos, en particular el de Robert T. Conn, The Politics of Philology. Alfonso Reyes and the Invention of the Latin American Literary Tradition (Lewisburg, Bucknell UP, 2002), y Adela Pineda Franco e Ignacio Sánchez Prado (eds.), Alfonso Reyes y los estudios latinoamericanos (Universidad de Pittsburgh, 2004). Por fin, el libro de Rogelio Arenas Monreal Alfonso Reyes y los hados de febrero (UNAM, 2004) es un buen ensayo de interpretación de la obra autobiográfica de Reyes a partir de la evocación de su padre en Ifigenia cruel, en la Oración del 9 de febrero y algunos otros textos inéditos.

Por otra parte, la edición de las Obras completas de Fondo de Cultura Económica fue cuidada por el mismo Reyes hasta el tomo XI. Desde el volumen XIII hasta el XXI van prologados y preparados por Ernesto Mejía Sánchez con meticulosas explicaciones editoriales y comentarios útiles, y desde entonces y hasta el XXVI (1993) por José Luis Martínez, que es también el responsable de la edición del DVD Alfonso Reyes digital en 2002, que reúne sus Obras completas y sus epistolarios con Pedro Henríquez Ureña y Julio Torri. La Capilla Alfonsina Virtual puede visitarse en la página www.alfonsoreyes.org.

La experiencia literaria y otros ensayos

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