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PRELUDIO

Una vez terminado el libro me ha parecido oportuno añadir un preámbulo para señalar que los distintos capítulos han surgido de una experiencia de vida, con los interrogantes que suscita y las respuestas que genera. Es cierto que ha sido necesario hacer una selección. Habría podido citar muchas más historias clínicas y habría podido enunciar más cuestiones relacionadas con las investigaciones emprendidas. Pero entonces habría sobrecargado la obra con un tecnicismo que se saldría del marco asignado.

Así pues, nos hemos mantenido voluntariamente muy esquemáticos en cuanto a la anatomía y a la fisiología se refiere. Sobre estos temas se han escrito muchas obras, algunas excelentes, que citaremos en la bibliografía con la finalidad de que los lectores interesados acudan a ellas.

Nuestro objetivo es el de subrayar varios hechos, acentuando los que generalmente son desatendidos o desconocidos:

1o̱ El papel capital que tiene el oído en su función de escucha como factor dispensador de energía para el sistema nervioso, y en tanto que controlador del acto del canto.

2o̱ Las posturas tan a menudo esbozadas sin que, sin embargo, se estudie su necesidad.

3o̱ La voz ósea equivalente a la voz de calidad, y en realidad emitida sin gran esfuerzo.

4o̱ Las vocales, otra clave para aprehender el canto con comodidad.

Cada una de las propuestas aquí enumeradas bastaría por sí misma para justificar la publicación de este libro.

La vertiente técnica y nueva, si a pesar de todo resulta excesiva, parece fácil de integrar gracias a la presencia de anécdotas extraídas de la vida, distribuidas de modo que aligeren el aspecto demasiado serio de ciertos fragmentos. Sin embargo, estos pasajes son indispensables; como cuando se trata de estudiar el oído considerado como órgano global asociado a los distintos elementos nerviosos que se relacionan con él. Sin esta aproximación neurológica, el aparato auditivo no puede ser comprendido en sus múltiples mecanismos. Y el hecho de poner de manifiesto los “integradores”, verdaderos bloques estructurales del sistema nervioso, facilita considerablemente la comprensión de estos mecanismos aportando una nueva perspectiva tanto del aparato auditivo como del propio sistema nervioso.

No hace falta decir que es el cerebro el que canta; por lo tanto, también es indispensable abordar algunos aspectos relacionados con el cerebro, los que nos parecen más implicados en el acto de cantar. Ciertamente, será un estudio muy simplificado, ¡que el artista nos perdone! Pero somos conscientes de que aun ese mínimo resulta complejo para el lector poco acostumbrado a tales enfoques. Sin embargo, le hemos allanado el camino en cuanto a la comprensión de los distintos circuitos mediante esquemas que hemos reducido a trayectos nerviosos fáciles de seguir o a diagramas que hablan por sí mismos.

Esta obra nos ha permitido revivir todo un período de nuestra actividad dedicada a la foniatría y dinamizar la enseñanza que impartimos en este momento bajo la forma de cursos audiovocales. En realidad, estos cursos están destinados a experimentar el contenido de los distintos capítulos de esta obra. Los que tienen la suerte de participar en ellos son conducidos a un conocimiento profundo del acto de cantar; les sensibilizan a las nociones de sensor auditivo. Les permiten integrar las sensaciones propioceptivas inherentes a esa facultad.

Además, aseguran una audición de calidad a la que se sumará una excelente escucha. En definitiva, preparan para el canto.

Con estas advertencias, el lector se podrá proyectar unas veces en algún capítulo técnico, otras sobre el escenario, otras en la sala, otras en el gabinete del médico especialista, más a menudo aun dentro del laboratorio donde predomina la electrónica. Finalmente se sentirá tentado a intentarlo él mismo. Sin embargo, le aconsejamos que se someta al control atento de un buen maestro aunque ya vislumbre lo que significa cantar.

Como se podrá constatar, esta obra propone algunas novedades que constituyen su fundamento y también su originalidad. Sin embargo, resultará difícil evitar ciertas repeticiones. Serán voluntarias por lo indispensable que me parece dejarlas bien sentadas. Por otra parte, esas repeticiones, insertadas deliberadamente, no tienen más objetivo que el de poner en órbita a aquellos cuyos aprendizajes anteriores les han desviado de la trayectoria* que nosotros querríamos trazarles en su totalidad.

* N. de la T.: Esa trayectoria es, por una parte, encontrar una buena manera de cantar, pero sobre todo hace referencia al camino, a la propia proyección de futuro que tiene cada persona. Éste es el verdadero objetivo de la terapia de la escucha y éste es el verdadero significado de la función de escucha.

El oído y la voz

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