Читать книгу Ritos y ceremonias andinas en torno a la vida y la muerte en el noroeste argentino - Amalia Vargas - Страница 5
Nota preliminar
ОглавлениеEste libro se inscribe dentro de una línea de investigación por el 2007 en el Centro Argentino de Etnología Americana (CAEA) dedicada a indagar en el fenómeno relativo a las distintas prácticas mortuorias en el noroeste argentino, siempre desde una heterogeneidad de perspectivas teóricas de las ciencias sociales y etnográficas.
Este trabajo pude realizarlo gracias a un proyecto de investigación de la Universidad Nacional de las Artes (UNA), y es el resultado de una tesis de Maestría en Cultura y Sociedad (UNA) dirigida por Anatilde Idoyaga Molina y María Inés Palleiro. Agradezco a ambas las observaciones y señalamientos conceptuales y metodológicos, que fueron un gran aporte para este libro.
Esta versión sufrió modificaciones y recortes menores en función de agilizar y optimizar la lectura. La tesis original puede ser consultada en la biblioteca de la UNA o en el CAEA.
Este libro me hizo ver y comprender la riqueza de los relatos de mi propia cultura, los cuales no me habían enseñado en la escuela. Lo más rico está en las vivencias de los relatos, aquellos que rescatan las experiencias de las costumbres y recuerdos de las personas. En la medida en que iba investigando, parte de mi familia iba muriendo en el noroeste argentino. Las familias son muy extensas, por lo tanto, tuve que pasar por ritos incluso de familiares directos, en los que, mientras filmaba, también lloraba. A veces pienso qué difícil es escribir desde donde uno vive estas costumbres, y desde un idioma que no es nuestra lengua materna. Cuando empecé a investigar parecía tan fácil, pero cuando murieron mis abuelos tuve que atravesarlo y sufrirlo en carne propia, como partícipe involuntaria de un proceso que hasta el momento no había vivido tan profundamente, y comprender el valor del espíritu, el alma, la fuerza o qamasa, la sombra de todas esas entidades que se van presentando, en cada uno de los rituales, en sueños y en lugares con signos y símbolos que hay que saber interpretar.
Mis abuelos fueron cuidados por mis tíos, que iban de casa en casa cada mes, en sus últimos años de vida, porque no está considerado ni tampoco bien visto llevar al ser querido a un hogar de ancianos. Sus últimos meses, mi abuelo los pasó con mis padres, y antes de morir se despidió de su hijo y decidió morir en la madrugada de un lunes. Mi abuela murió con 106 años y tuvo visiones de hormigas, las cuales te avisan cuando estas por morir, a pesar de su edad avanzada y sin poder caminar ni ver; aun así nunca dejo de akullicar o masticar sus hojas de coca. Se los cuidó a ambos hasta su último aliento final. Y aún hoy se los sigue cuidando en el cementerio, se les conversa y cuenta lo que va pasando en la familia y se los espera cada 1 y 2 de noviembre para volver a revivir el momento familiar, donde todos se reencuentran, tanto vivos como muertos, en un momento en el que el tiempo pierde su linealidad y entra en la circularidad, se detiene, en el que los espacios, los umbrales están abiertos y es posible escuchar todo, percibir, sentir y soñar, en el que se abren los ojos del alma y el cuerpo esta receptivo a todo tipo de señal para poder conectar con el ser querido, con el ser ancestral.
Finalmente, quiero agradecer y recordar a los que me apoyaron en este trabajo y hoy ya no están en este plano. Agradezco a Anatilde Idoyaga Molina por todo su apoyo incondicional; a Carlos Martínez Sarasola, compañero de trabajo y ceremonias; a Ponciano C. Cárdenas, maestro y guía andino durante más de veinte años. Dedico este libro a mis padres, hermanos, familiares y amigos, que continúan realizando sus ceremonias de vida y muerte.