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Trabajo de campo

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Realizaremos una breve descripción de algunas localidades más visitadas durante el trabajo de campo. Tenemos por un lado Yavi, una localidad de la provincia de Jujuy, la cual fue asiento de una de las haciendas que integraban el marquesado del valle de Tojo, en el territorio de lo que sería luego la República Argentina y el sur de Bolivia. Era un paso obligado para el tránsito entre el Río de la Plata y las minas del Potosí. Fue un punto clave donde se realizaba el tráfico comercial de viajeros entre el Río de la Plata y el Alto Perú, además de un paso obligatorio camino al actual departamento de Tarija y la zona de influencia minera del Altiplano.

Otra localidad visitada fue Humahuaca, la cual se encuentra al este de la Puna y comprende un conjunto de sierras separadas por profundos valles. Su límite oriental lo determinan las sierras subandinas. Las depresiones originadas por fallas muestran gran pendiente hacia el sur, las denominadas quebradas, como la de Humahuaca, recorrida por el río Grande de Jujuy. La quebrada se localiza en el centro de la provincia, con una altimetría que varía de 3700 a 1000 metros. En esta zona se destacan las sierras de Santa Victoria (departamento de Yavi), Zenta (departamento de Cochinoca), Aguilar (límite entre los departamentos Humahuaca, Cochinoca y Rinconada) y Chañi (departamento de Tumbaya, San Antonio y Doctor Manuel Belgrano).

También se tomó la región de Perico, en Jujuy, la cual fue conocida y colonizada con particular predilección por los españoles del siglo XVI. Su nombre es indudablemente de origen español y responde quizá a la primera observación que los hispanos hicieron de su flora y de sus aves. Esta zona era conocida como el “valle de los pericos”, por las grandes cantidades de estas aves –vulgarmente llamados loros–. Cualquiera sea su origen, lo cierto es que mucho antes de la fundación de la actual ciudad de Jujuy (1593) ya era popular el nombre de Perico, dado a la región y al río que le servía de nervio. Según los documentos, por allí pasaba el “camino viejo” que unía el Tucumán con el Perú. Esta afirmación nos hace sospechar que tanto el camino llamado “viejo” en 1585 como la región denominada Perico eran conocidos con estas características desde hacía muchos años. Podemos afirmar, según los documentos encontrados, que en 1585 ya se colonizaba la región de Perico y que era el lugar de tránsito obligado para todos los viajeros que iban y venían entre el Tucumán y el Perú.

La ciudad de Perico se encuentra en el noroeste del departamento de El Carmen, a 35 km de la capital provincial San Salvador de Jujuy. El río Perico corre pocos kilómetros al norte de la ciudad, a escasos 10 km de su desembocadura sobre el río Grande de Jujuy. Es una de las más antiguas poblaciones de la provincia de Jujuy. La zona posee un clima semiárido, con lluvias concentradas en los meses de enero, febrero y marzo, con una mediada de 25 mm al año. Las laderas montañosas orientadas hacia el norte y el oeste son más secas y por ende más áridas, en tanto que las que se orientan hacia el sur y el este receptan mayor humedad, por lo que la vegetación está más desarrollada. Los inviernos son fríos y secos; la amplitud térmica entre día y noche es bien marcada.

Por último, tenemos la localidad de San José de Metán, más conocida como Metán. Es una ciudad del noroeste de la Argentina, en la provincia de Salta. Su nombre procede de la voz lule mepao (pueblo de la miel). Fundada el 26 de mayo de 1859, en tierras cedidas por don José I. Sierra, fue escenario de acontecimientos históricos, como la muerte de Marco Avellaneda, en 1841. Hoy es un lugar de paso donde hay reencuentro de comunidades guaraníes, qollas y donde también las comunidades honran a sus ancestros, realizan las ceremonias.

En estos contextos se produce una serie de rituales mortuorios prehispánicos, en donde se realiza un gran encuentro familiar, un encuentro realmente comunitario. En estas zonas de valles, quebradas y punas, muchas familias han migrado a lugares lejanos, pero cuando ocurre la muerte de un ser querido, los familiares, amigos, compadres se movilizan desde diferentes puntos de la provincia o país, viajan hasta el lugar de procedencia. En una charla, la abuela Sabina dijo “volvemos hasta el pago para continuar nuestras ceremonias y no dejar penando al alma que partió”. Las personas jóvenes, e incluso los mayores de ochenta años, vuelven para cumplir con las ceremonias y encontrarse con los familiares y dar el apoyo en estos momentos importantes, ya que es el renacimiento a otro plano, a otro estado, para hacer la despedida física del cuerpo del difunto, hacer el recordatorio a través de las novenas, despedida final del deudo, en el día de los muertos, no solo con rezos y plegarias, también con actividades concretas, como el armado del altar, tallado de quenas, ofrendas con formas simbólicas, construcción de cajas y muñecos artesanales. En todas estas actividades, cada uno participa activamente en una serie de ritos, tanto hombres como mujeres y niños cumplen diferentes roles, que ya están estipulados tradicionalmente, siempre guiados por la experiencia de los más ancianos y las ancianas transmisores de la cultura ancestral.

1. En Memoria y muerte en el Perú antiguo, de Peter Kaulicke (2001), toda la documentación indígena perteneciente a la primera acumulación de testimonios por naturales peruanos (1569 en adelante) es producto del esfuerzo innovador para colocar los datos de la memoria en nuevos marcos contextuales y vertidos en nuevos géneros, lo cual implica la formulación a todo nivel, las condiciones represivas del coloniaje comenzaban a impedir hasta la formulación de preguntas relevantes al pasado precristiano (Salomón, 1994). Todo lo que se recordaba del pasado inca cambiaba rápidamente de significado y los testigos lo sabían. A cada paso, los narradores tanteaban nuevos empleos del pasado, bajo nuevas reglas discursivas, ante foros recién establecidos. Es, pues, inútil buscar en la documentación colonial objetivos verbales prehispánicos en un sentido simple.

2. Hay investigaciones científicas que demostraron que las plantas tienen espíritu, tienen un código o lenguaje para comunicarse y también tienen sentimientos. Esta investigación fue dada a conocer por la doctora Suzanne Simard de la Universidad de Columbia Británica, quien lleva más de treinta años investigando cómo se comunican los árboles y ha demostrado que aquellos que son de la misma especie interactúan entre ellos y se ayudan a sobrevivir. Por otro lado, hace más de veintitrés años, Paol Caro también descubrió la autodefensa de los árboles. Hoy muchos científicos, a pesar de los obstáculos de la ciencia oficial, han llegado a descubrir realidades difíciles de creer (hay muchas sabidurías que fueron ocultadas por el sistema).

3. La conservación de los restos momificados y osamentas de los difuntos era, al parecer, objeto de importante atención ceremonial entre los incas (Espinoza Soriano, 1987: 468). La ligazón entre vivos y difuntos resultaba tan importante que en los desplazamientos de estas comunidades de los Andes desde sus lugares de procedencia portaban a sus propios ancestros o momias consigo (comentario personal del doctor Henrique Urbano). Sobre las panaka (linaje inca) reales incaicas, véase Rostworowski (1988: 36). Merece la pena revisar los documentos sobre Cajatambo en la Sierra de Lima, del siglo XVII, recopilados por Duviols (2003), en los que aparece numerosa etnografía sobre tratamientos ceremoniales a los difuntos, con expresa diferencia en caso de ser cristianos o no.

4. De la voz quechua runasimi, lo que está arriba de la tierra.

5. Es de común conocimiento que la tarea de la evangelización cristiana del siglo XVII en el Nuevo Mundo fue dominante y la carencia documental antes de 1532 nos obliga a ser reflexivos acerca de la interpretación de la religión de la sociedad prehispánica. Sin embargo, pese a las medidas de control ideológico y social de la Iglesia, no se logró erradicar el universo mítico y la forma de relacionarse con su entorno ecológico y el uso de los recursos, por lo que permanecen hasta nuestros días aspectos filosóficos ajenos a la religión católica y que conviven con ella y se manifiestan en sus ritos y ceremonias. La religión andina contemporánea ha introducido en sus rituales los conceptos cristianos de Dios, santos, vírgenes, ángeles, demonio, alma, castigo, pecado, Infierno, Paraíso y muchos otros. Una manifestación de ello es la presencia de vírgenes, santos y patronos conferidos de funciones que cumplir para cada circunstancia de la vida.

6. Suma (plenitud, sublime, excelente, magnífico, hermoso); qamaña (vivir, convivir, estar siendo, ser estando en armonía con la naturaleza).

Ritos y ceremonias andinas en torno a la vida y la muerte en el noroeste argentino

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