Читать книгу Ritos y ceremonias andinas en torno a la vida y la muerte en el noroeste argentino - Amalia Vargas - Страница 7

Metodología

Оглавление

Las técnicas utilizadas en el desarrollo de nuestra investigación son propias de los análisis cualitativos, lo que habitualmente se denomina diseño abierto y flexible (Griaule, 1969; Ibáñez, 1985; Besse, Moro y Quintero, 2000; Sautu, 2003; Malinowski, 1922; Hubert y Mauss, 1946; Mendizábal, 2007; Andry, 1998; López-Aranguren, 2015; Mayer y Quellet, 1991; Mayntz, Holm y Hübner, 1980). Para conocer los motivos y significados de las conductas, experiencias y vivencias de los actores, en este caso los ritos mortuorios, optamos por la realización de una verdadera etnografía en el sentido antropológico del término.

En ciencias sociales, los métodos o técnicas cualitativas refieren a la investigación que produce datos descriptivos: las propias palabras de las personas y la conducta observable. Por ello, el diseño de investigación es flexible, ya que en este trabajo se desarrollan conceptos, intelecciones y comprensiones partiendo de los datos, experiencias y no recogiendo datos para evaluar modelos o teorías preconcebidas (Taylor y Bogdan, 1996). Los métodos cualitativos adoptan una perspectiva holística: las personas, los escenarios o los grupos no son reducidos a variables, sino que son considerados como un todo en el contexto de la cosmovisión del grupo.

Los rituales mortuorios se asocian con la noción de persona, las concepciones sobre la vida, la muerte, la existencia después de la muerte, la relación entre los vivos y los muertos, las relaciones entre los deudos y la comunidad y, por sobre todo, implican la manipulación de lo sagrado. No obstante, más allá y en virtud de estas afirmaciones, queremos señalar que no construimos hipótesis en el sentido de las ciencias duras o de los diseños fijos de investigación, puesto que carecen de pertinencia (Taylor y Bogdan, 1996). En este sentido, en los diseños flexibles no se construyen hipótesis ni se realizan experimentos, sino que el investigador en sí mismo es una insustituible herramienta de recolección de datos. Los investigadores son sensibles a los efectos que ellos mismos causan sobre las personas que son objeto de su estudio. El investigador suspende sus propias creencias y valoraciones; trata de comprender a las personas en sus marcos de referencia y no busca la verdad en un sentido esencial; para él todas las perspectivas son valiosas (Taylor y Bogdan, 1996). La investigación cualitativa es conducida con procedimientos rigurosos, aunque no necesariamente estandarizados. Se siguen lineamientos orientadores, pero no reglas. Los métodos sirven al investigador; nunca es el investigador el esclavo de un procedimiento o técnica (Taylor y Bogdan, 1996).

En la praxis, el método fenomenológico supone un primer momento que podríamos denominar negativo en cuanto implica la reducción o puesta entre paréntesis de conocimientos previos tanto teóricos como tradicionales y disposiciones pragmáticas y afectivas (Husserl, 1949; Merleau-Ponty, 1969). Supone reducir lo que Alfred Schütz (1972) denominó el mundo del sentido común, vale decir el conjunto de vivencias, experiencias y sentidos que son inmediatos para el investigador en su calidad de sujeto que es parte de una sociedad determinada. El sentido de la puesta entre paréntesis radica en acceder sin prejuicios previos a los significados que las acciones y los fenómenos tienen para los actores sociales, en cuanto contenidos de conciencia, esto es, sensaciones, percepciones, representaciones, conocimientos y emociones, en síntesis, vivencias.

El tema que nos ocupa supone la realización de un acabado fenomenismo de los significados, acciones y emociones que los actores sociales vivencian en relación con la muerte, incluyendo los ritos, el duelo, el tratamiento del cadáver, la concepción de la persona, las nociones de vida y muerte, y todo aquello que se asocie estructuralmente al hecho enfocado. La descripción fenoménica supone, por consiguiente, una etnografía de la atención de los rituales mortuorios, para dar cuenta de su contextualización en la cultura local. En un segundo momento, el enfoque fenomenológico recurre nuevamente a la reducción o puesta entre paréntesis, esta vez para alcanzar la esencia del fenómeno (Husserl, 1949; Landgrebe, 1968). Para ello, es necesario reducir todos aquellos aspectos de lo dado que sean secundarios o accesorios o que hagan a la existencia histórica del fenómeno, procedimiento que permite descubrir y comprender la esencia, la cual es una estructura de significación de carácter general. En este sentido, ubicamos los rituales mortuorios entre los ritos de pasajes o ritos de paso que permiten el paso de viviente a muertos, vale decir de una entidad humana a un ser de una calidad ontológica diferente, que define a los seres-otro o a la alteridad existencial. La unidad de análisis está constituida por los migrantes bolivianos asentados en las provincias de Salta y Jujuy, y se funda en la homogeneidad cultural que presenta el grupo de estudio.

El enfoque metodológico pretende desarrollar y profundizar una etnografía que dé cuenta de los factores, vivencias y significados que explican los rituales mortuorios en el contexto de la cosmovisión del grupo. Entendemos por etnografía a la realización de trabajo de campo y al uso de técnicas cualitativas que dan soporte a la descripción, comprensión y/o interpretación de un grupo cultural y/o social. Las técnicas clásicas de la etnografía ampliamente difundidas son las entrevistas abiertas y la observación (Griaule, 1969; Taylor y Bogdan, 1996). Durante los trabajos de campo, la mayor parte de la información fue recabada a través de entrevistas abiertas, extensas y recurrentes con informantes calificados y grupos naturales (Coreil, 1995), vale decir aquellos que se constituyen informalmente como miembros de una misma familia, o miembros de la comunidad que ocasionalmente se suman a una entrevista que ya estaba en proceso. Se procedió, asimismo, a la observación y a la observación participante. Consideraremos como informantes calificados a quienes participaron activamente de rituales mortuorios, teniendo especialmente en cuenta a los miembros de la comunidad que fueron señalados como conocedores de los temas que estábamos tratando.

Las entrevistas extensas, abiertas y recurrentes permiten que los individuos se expresen libremente sobre la base de sus asociaciones y reflexiones acerca de los significados de hechos y acciones, sin ser presionados por las inducciones, preconceptos y recortes previos del campo a investigar. Según nuestro modo de ver, las entrevistas abiertas, extensas y recurrentes unidas a la observación son las únicas técnicas adecuadas para cumplir con los principios del método fenomenológico, ya que los distintos tipos de encuestas delimitan el campo de la experiencia, las vivencias y los contenidos de conciencia de los actores o nativos a los intereses del diseño del investigador. Por otra parte, este enfoque permite recabar el comportamiento real, lo que no siempre coincide con la descripción de las pautas ideales que deberían seguir en tal o cual ocasión.

Realizamos observación o observación participante en ocasión de los rituales mortuorios, de las celebraciones del día de las ánimas o de los muertos, tanto como de la alteración que implica la muerte en la cotidianidad de la familia y la comunidad. Muchos ritos y algunas entrevistas fueron filmados y documentados fotográficamente, lo que permitió generar nuevos tópicos a tratar en las entrevistas, a la vez que reflexiones de los propios actores al observar las proyecciones en cuestión. Utilizamos la observación en sentido amplio para referirnos a todas aquellas técnicas de registro de información en el campo: diario de campo, inventario de objetos, confección de fichas, levantamiento de mapas o planos, registro fotográfico y videos.

Observamos las actividades considerando que estas –como notara Malinowski (1964)– son contextos en los que las conductas adquieren significado y pertinencia; la observación y registro de las actividades compartidas por los miembros de una comunidad hace posible caracterizar las conductas de individuos de diferentes sexos y edades y, a la vez, los aspectos estables y cambiantes que se traslucen en tales acciones.

Las entrevistas fueron recabadas digitalmente. Cada informante fue entrevistado recurrentemente, volviendo a los temas tratados con el objeto de captar las significaciones y comportamientos referidos en toda su amplitud, su campo de asociaciones y los sistemas valorativos en los que se inscriben.

Observación y entrevistas se hallan en relación de ida y vuelta, de retroalimentación. Los datos resultantes de la observación son puntos de partida para solicitar a los actores que expresen sus perspectivas, sus puntos de vista sobre tales acontecimientos y especialmente que expliciten los significados y sentidos que son inaprehensibles por la observación. En efecto, la observación por sí sola no brinda información sobre los motivos o propósitos de los actores y los significados que estos atribuyen a sus acciones, por esta razón es necesario recurrir a las entrevistas.

Se procedió a la transcripción del material de entrevistas y posteriormente a su clasificación y sistematización. Asimismo, sistematizamos el material proveniente de la observación, para luego proceder a su confrontación con el material proveniente de las entrevistas. El análisis de los datos apuntó a develar los significados de las vivencias, nociones y prácticas de los actores sociales en relación con las experiencias de vida y muerte, y el tránsito ritual que liga a los parientes con la energía del difunto, ya que de acuerdo con las ceremonias realizadas, los familiares que quedan en vida podrían vivir alguna enfermedad, aflicción o sanación como resultado de la forma en que realizaron cada uno de los ritos y según la intención que les dedicaron a las ceremonias.

Ritos y ceremonias andinas en torno a la vida y la muerte en el noroeste argentino

Подняться наверх