Читать книгу Vikinga Bonsái - Ana Ojeda - Страница 9

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Viernes cansado, de hora postrera muy final. Programas que salvan y cierran, juntar las cositas dispersas por el escritorio, cambiar de zapatos para volver en bici, apagar la compu. Levanta la persiana americana, cierra la ventana. Percibe sin quererlo un viento fresco, puro ímpetu. Al volverse ve a su jefe, lo pensaba ya ido, amanece torcido en el hueco de la puerta, malamente abierta. Compensa el torso tendido hacia adelante con una pierna voladora detrás, todo por ahorrarse un paso, el último, que lo hubiera dejado en el justo vano. Le pide minutito y, aunque en tiempo de descuento, Gregoria Portento se lo otorga.

Así la desvinculan de la empresa, más de diez años sosteniendo el cañón. Todos los días del mundo al pie para llegar hasta ese momento postre, final.

De salida, saluda a les que se va cruzando, buen finde, que descanses, hasta el lunes.

Vikinga Bonsái

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