Читать книгу Preparación física en el fútbol sala - Andrés Parada López - Страница 11
ОглавлениеCAPÍTULO 2
La preparación física en el fútbol sala. Punto de partida
«El fútbol sala es un deporte espectacular, donde en todo momento estás en contacto con la pelota.»
DANI SALGADO, jugador del Marfil Santa Coloma
Las necesidades en cuanto a preparación física en el fútbol sala vienen expresadas por las características de los esfuerzos que puede realizar un jugador durante la competición. Reglamentariamente, el juego se desarrolla durante dos períodos de 20 minutos de duración de juego efectivo y real, durante los cuales se pueden realizar todos los cambios entre jugadores que se deseen, aspecto que permite un nivel de intensidad en el juego muy elevado.
El fútbol sala es un deporte colectivo, de colaboración-oposición, con una solicitación energética de tipo mixto intermitente (aeróbica-anaeróbica), una solicitación muscular general dinámica alta y una solicitación estática baja-moderada. Se identifica con un tipo de esfuerzo fraccionado e interválico, con pausas de recuperación incompletas activas y pasivas de duración variable. El corazón, debido a las características de este deporte, es probablemente el órgano que más se ejercita durante su práctica y tiene que realizar un gran trabajo cardiovascular.
Además, este deporte tiene un componente anaeróbico muy elevado y requiere una adaptación cardiovascular entre el 85-90% de la frecuencia cardíaca máxima individual.
La práctica del fútbol sala requiere un adecuado consumo máximo de oxígeno ( máx) y una buena capacidad de recuperación.
El jugador de fútbol sala necesita una gran potencia y capacidad anaeróbica aláctica y una rápida regeneración de los fosfágenos. Además, debe ser capaz de tener una buena tolerancia para soportar niveles medio-altos de ácido láctico (Álvarez et al., 2002) (figura 2-1).
FIGURA 2-1 Necesidades cardiovasculares y metabólicas del fútbol sala.
ATP-PCr: trifosfato de adenosina-fosfocreatina.
Adaptada de Álvarez et al., 2002.
«El fútbol sala es una habilidad abierta fundamentalmente perceptiva y con objetivos cognitivos que requiere del dominio del propio cuerpo y la relación con los demás, con una gran incertidumbre sociomotriz implícita en el juego que exige un tercer nivel de dificultad, que implica la movilidad constante del objeto y sujeto, es decir, del balón y del jugador, y que, además, conlleva el dominio de los desplazamientos y el conocimiento del oponente.»
JESÚS CANDELAS, seleccionador nacional de Irán
EXIGENCIAS FISIOLÓGICAS EN UN PARTIDO
Desde mi punto de vista, el fútbol sala es uno de los deportes colectivos más completos en cuanto a necesidades fisiológicas se refiere (figura 2-2). La principal cualidad a desarrollar debe ser la fuerza, a partir de la cual podremos trabajar en mejores condiciones todas las demás, pues:
FIGURA 2-2 Exigencias fisiológicas en un partido.
La fuerza ayuda a mantener los niveles de resistencia.
La velocidad deriva de la fuerza.
Fuerza por velocidad es igual a potencia.
La fuerza favorece el desarrollo de la agilidad, la coordinación y el equilibrio.
La flexibilidad y la elasticidad son cualidades facilitadoras de la fuerza.
La agilidad depende de los factores perceptivos y la toma de decisiones y de la velocidad en los cambios de dirección, relacionados directamente con la fuerza.
Álvarez et al. (2000) afirman que un partido de fútbol sala suele tener una duración de 75-80 minutos de juego total, aunque se han registrado partidos con una duración de entre 90 y 100 minutos de tiempo total, incluidos los 15 minutos de descanso entre los dos períodos de juego.
Hernández Moreno (2001) registró, en un trabajo realizado en partidos de la División de Honor, tiempos de intervención en situaciones de desplazamiento de entre 55 y 67 minutos para jugadores de campo y de 60 minutos para el portero, con tiempos máximos de duración de un partido de entre 70 y 89 minutos.
Díaz Rincón et al. (2000) señalan que, en competición, la participación media de los jugadores que más juegan es de 25-35 minutos por partido. Además, indican que la duración aproximada de los esfuerzos más cortos y más largos que se suelen dar en fútbol sala es de unos 6-7 y 70-80 segundos, respectivamente. Asimismo, destacan que la frecuencia cardíaca (FC) máxima puede llegar a los 190 lat/min y que la FC media es de 160 lat/min, que los esfuerzos suelen ser de intensidad máxima y submáxima, localizados en el tren inferior, y que la duración de los esfuerzos intensos continuados puede oscilar entre los 2 y 6 segundos.
CUANTIFICACIÓN DE LA CARGA EN FUNCIÓN DE SUS COMPONENTES: VOLUMEN, INTENSIDAD, DENSIDAD Y COMPLEJIDAD, REFERENTES EN EL FÚTBOL SALA
Método de programación de las cargas para optimizar el entrenamiento físico y técnico-táctico
Para planificar un proceso de entrenamiento se deben utilizar aquellos métodos y sistemas que logren el progresivo y sucesivo aumento del rendimiento. Por ello, la programación procurará tratar adecuadamente la dinámica de las cargas, es decir, la manera en que se van a conjugar el volumen y la intensidad a lo largo de los diferentes períodos de la temporada, así como la densidad de los estímulos, la mayor o menor recuperación que se da después de aplicar cada carga.
De este modo, en el momento de organizar un proceso de entrenamiento debemos tener en cuenta la relación que existe entre los componentes de la carga de entrenamiento (volumen e intensidad) y lo que se conoce como factores de entrenamiento (preparación física, técnica, táctica y aspectos psicológicos). Esto es lo que denominamos dinámica de los esfuerzos (figura 2-3).
FIGURA 2-3 Dinámica de los esfuerzos.
Volumen
A veces denominado incorrectamente duración, el volumen engloba la cantidad total de actividad realizada y se compone de:
Duración (tiempo).
Distancia recorrida o número de repeticiones de un ejercicio o elemento (ambas en una sesión o ciclo de entrenamientos).
En el fútbol sala constantemente se realizan cambios de ritmo de carrera, en diferentes direcciones, cambiando las distancias recorridas de cada acción efectuada, tomando contacto con el balón en diferentes lugares de la cancha y en situaciones variadas de juego. Por tanto, habrá que adaptar el volumen de carga de entrenamiento del deportista en función de todas estas características que se dan en el juego.
El volumen constituye la base imprescindible sobre la que incrementar posteriormente la calidad del ejercicio a medio o largo plazo, así como para facilitar la recuperación de los entrenamientos sucesivos.
Intensidad
Si el volumen se asocia a la cantidad, la intensidad es el componente de calidad del entrenamiento. La intensidad se puede medir como:
Velocidad.
Porcentaje de carga, velocidad, FC máxima o máx.
Porcentaje de FC de reserva o de reserva.
Nivel de lactato en sangre.
Percepción subjetiva del esfuerzo.
Equivalentes metabólicos.
Implicación del sistema nervioso.
Es importante reflejar la gran cantidad de acciones variadas que se efectúan durante un partido y la permanente alternancia entre estas. Podemos decir que, de promedio, en un partido de fútbol sala se realizan unas 600-700 acciones de distinta característica, lo que evidencia la gran variabilidad de las intensidades de las acciones propias del juego.
Densidad
Es la relación trabajo-pausa propia del juego. En el caso específico del fútbol sala, podría decirse que se da una relación aproximada de 1:1.
La densidad representa la frecuencia de estímulos de entrenamiento por unidad de tiempo, y permite llegar al compromiso óptimo entre la carga que supone una sesión y la obtención de su beneficio con posterioridad (supercompensación).
Complejidad
En fútbol sala existe un constante compromiso neuromuscular requerido no solo para realizar permanentes aceleraciones y desaceleraciones, sino también para acciones precisas y decisiones muy rápidas al tomar contacto con el balón. Todas ellas dependerán de las cambiantes situaciones del juego, el balón, los compañeros y los oponentes. En consecuencia, se refiere a la complejidad de todas las acciones.
Como ya comenté anteriormente, el fútbol sala es un deporte colectivo de gran complejidad debido a su interacción y entorno cambiante:
Medidas de la cancha (pista interior [pabellón cubierto], pista exterior).
Categoría de la competición.
Nivel de la competición (liga regular, fase final, Campeonato de España, Play-off de ascenso, etc.).
Condiciones técnicas, tácticas y físicas individuales de los jugadores.
Características de los rivales.
Planteamiento táctico-estratégico de cada equipo.
CARACTERÍSTICAS DE LAS ACCIONES QUE TIENEN LUGAR DURANTE EL DESARROLLO DEL JUEGO
Las principales características de las acciones que se realizan a lo largo de un partido son:
Un jugador de campo recorre unos 6 km de media por partido.
Un portero recorre unos 3 km de media por partido.
Los desplazamientos a máxima velocidad (más de 7 m/s) suponen un 2% del total, en torno a unos 100 m.
Los desplazamientos a una velocidad submáxima (entre 5 y 7 m/s) suponen un 15% del total, en torno a unos 900 m.
El 26% de los desplazamientos tiene un ritmo de velocidad cercana a esfuerzos de potencia aeróbica o resistencia mixta (entre 3 y 5 m/s), unos 1500 m.
El resto de la distancia se recorre a un ritmo lento (entre 1 y 3 m/s).
Se realiza una media de entre 5 y 10 desplazamientos.
Los saltos en altura, para cabecear o controlar un balón, se dan entre 2 y 6 veces.
Varios contactos con el contrario.
En consecuencia, los dos componentes físicos fundamentales del acondicionamiento de un jugador de fútbol sala son la fuerza y la resistencia.
Tomando como referencia todos estos datos, debemos tender a un entrenamiento integral del jugador que considere los esfuerzos propios del fútbol sala, y así poder desarrollar tareas que hagan progresar al deportista individual y colectivamente en todos los niveles.
FIGURA 2-4 Los dos componentes físicos fundamentales del acondicionamiento de un jugador de fútbol sala son la fuerza y la resistencia.