Читать книгу Género y juventudes - Angélica Aremy Evangelista García - Страница 15

La construcción de lo juvenil indígena en los procesos migratorios contemporáneos en México

Оглавление

A partir de lo mencionado en la cita anterior, resulta significativa la relación entre los actuales procesos migratorios y la configuración de lo juvenil indígena. Esta relación, articulada con las categorías de género, etnia y clase, nos permite potencializar el análisis para:

Iluminar cómo los actores juveniles están estructurando y reconfigurando, a través de sus prácticas sociales y culturales, y representaciones sobre las mismas, nuevas realidades y significados de clase, de género y de etnia, y cómo éstas, reconfiguradas, estructuran la condición juvenil contemporánea (Urteaga, 2010: 15).

En particular, cuando nos referimos a la presencia de los jóvenes indígenas en contextos urbanos es para señalar un “fenómeno en crecimiento [por la cantidad de jóvenes indígenas que se establecen en ellos] que […] los expone, a ellos y a sus comunidades, a nuevos estilos de vida, prácticas y culturas juveniles” (Saraví, 2010: 7). De ahí:

[…] la importancia de atender las particularidades culturales de los migrantes y de los grupos culturales con los que entran en contacto, sus posiciones sociales, su inserción laboral, su toma de decisiones, así como las subjetividades desde las cuales se enfrentan tales procesos, y que están asociadas, entre otros, con factores de organización social, edad y género (Pérez, 2007: 71).

Los motivos de la migración contienen un sustrato económico, pero no es éste el único factor que propicia la migración indígena y juvenil en los diferentes contextos. Intervienen también otras cuestiones que pueden influir en este fenómeno social, como la especificidad de cada grupo, las motivaciones personales, las condiciones ecológicas y estructurales tanto en el ámbito local como en el regional, o las relaciones globales contemporáneas, que influyen indudablemente en la vida de las comunidades indígenas. Por lo tanto, la migración —además de la escuela, el trabajo asalariado y los procesos organizativos— es un fenómeno de gran trascendencia en el que se constituye la juventud indígena como un fenómeno emergente (Urteaga, 2011; García, 2012; López, 2012) ya que, como señala Álvaro Bello en la siguiente cita:

La experiencia de la migración abre la posibilidad de construir nuevas trayectorias vitales entre distintas generaciones. Paradójicamente la migración, una actividad “adulta” […] es vista por los sujetos [jóvenes] como una posibilidad de construir una trayectoria más cercana a las ideas hegemónicas de juventud. Esto es, el acceso a nuevas posibilidades de construcción identitaria, a nuevos nichos de consumo, a formas de agrupamientos y para vivir en interacción con gente distinta y en espacios distintos al de la comunidad (Bello, 2008: 167).

De esta forma, los jóvenes indígenas que migran de las zonas rurales a las ciudades representan una gran heterogeneidad de actores y de situaciones, pues se trata de mujeres y varones de diferentes edades, estudiantes de distintos niveles, profesionistas egresados de muy diversas carreras, trabajadores que se desempeñan en distintos oficios —como comerciantes ambulantes, artesanos, empleados, trabajadores domésticos (principalmente trabajadoras), albañiles y obreros—, de diferentes etnias y con diferentes motivos para migrar, así como con formas distintas de arribo y asentamiento en la ciudad (López, 2012).

En particular, Pérez (2002) se pregunta sobre la especificidad juvenil indígena migrante en la ciudad, producida ésta en el marco de los nuevos contextos de globalización, migración y relaciones interétnicas, que han originado una resignificación de las identidades y de la diversidad cultural. La autora plantea dos grandes núcleos temáticos en los que ha girado la investigación al respecto.

El primer núcleo temático se centra en la condición y situación de los jóvenes en relación con la desigualdad o la diversidad, y estudia, por ejemplo, “las opciones y limitaciones que en un momento dado existen en sus lugares de origen”, relacionadas con “la existencia de una diferenciación social previa a la salida del lugar de origen” que, por supuesto, “condiciona un cierto rango de posibilidades y expectativas entre los migrantes, así como el marco de opciones entre las que deben escoger y desenvolverse” (Pérez, 2002: 17). De este modo, en su estancia en la ciudad:

[…] la migración [de los jóvenes] y las formas de vivir [en la ciudad] adquieren características muy específicas según se trate de hombres o mujeres, según sea su situación generacional, y según sean las coyunturas personales, familiares o comunales que inciden en las decisiones de quién, cómo, cuándo y hacia dónde se debe emigrar, así como el tipo de apoyos y facilidades con que contarán en el lugar de arribo (Pérez, 2002: 17).

El segundo núcleo temático se concentra en el tema de las identidades y hace referencia a la relación entre ciudad, jóvenes y familia, en la que se explica cómo las mujeres y hombres jóvenes indígenas en las ciudades se enfrentan a la paradoja de seguir reproduciendo sus grupos culturales, o abandonarlos ante la discriminación que enfrentan en la ciudad por su condición étnica, por lo que: “sus procesos de identidad personales forman parte de procesos más amplios en los que están involucrados sus grupos familiares y sus comunidades culturales, y en el seno de ellos y/o en confrontación y negociación con ellos” (Pérez, 2002: 17-18).

Pérez (2002) traza estos dos núcleos temáticos desde una mirada panorámica demográfica y temática que revela la gran variedad de situaciones y problemas que enfrentan los jóvenes cuando llegan a las ciudades y viven en ellas, lo que nos proporciona dos posibilidades analíticas para abordar la condición juvenil indígena urbana. En ambos núcleos se hace necesario caracterizar y posicionar a los sujetos migrantes en las diferentes estructuras de poder donde construyen sus experiencias, identidades y subjetividades. Dichas estructuras de poder podemos materializarlas en la organización de género, las relaciones intergeneracionales, las estructuras interétnicas y las de clase, tal como intentamos mostrar en el siguiente apartado, al exponer algunos de los datos etnográficos que elaboramos tanto en la ZMVM, como en el AMM.

Género y juventudes

Подняться наверх