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Violencia física

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La violencia física la han experimentado más los hombres que las mujeres, con mayor frecuencia en la educación secundaria, seguida de la primaria, la preparatoria y la universidad. En cuanto a los casos reportados como frecuentes y muy frecuentes, fue en la primaria donde los hombres registraron porcentajes más elevados, y una proporción muy similar en secundaria; en las universidades se presentan menos casos, aunque 7.6% de los estudiantes varones dijeron sufrir este tipo de violencia. Entre las mujeres, solo 3.7% ha participado en ella.

Los resultados coinciden con estudios como el de Aguilera, Muñoz y Orozco (2007), quienes concluyeron que 17% del alumnado de sexto grado de primaria manifestó haber sido lastimado físicamente durante el ciclo escolar, mientras que en secundaria lo reportaron 14.1%. Por su parte, la SEP y UNICEF (2009: 105-106) señalan que 66.1% de niñas y 72.5% de niños de sexto de primaria dijeron haber sido agredidos o agredidas por alguna persona relacionada con la escuela, sea compañeros, compañeras, personal docente y directivo o conserjes. En el caso de estudiantes de secundaria, el mismo estudio encontró que 55.4% de mujeres y 65.4% de varones han sido agredidos físicamente (ver Gráfica 3).

Gráfica 3. Violencia física por nivel educativo, sexo de la víctima y frecuencia


Fuente: Elaborada con base en la Encuesta Universidades Públicas y Privadas, 2015.

Cabe subrayar que tanto en estudios previos (Aguirre y Jacinto, 2015; Carrillo, 2015a y 2015b) como en los resultados de la presente investigación, se observa que es mayor el número de hombres (en comparación con el de mujeres) que mencionaron haber recibido agresiones físicas, lo cual puede deberse a los estereotipos de género que se promueven culturalmente. La violencia prevalece porque existe un alto grado de aceptación de prácticas violentas, que se justifican como medidas para educar (Leñero, 2010) sobre todo a los hombres; ellos la asocian con la masculinidad tradicional hegemónica, uno de cuyos atributos debe ser la fuerza y el uso de la violencia para demostrar virilidad.

Las manifestaciones de violencia física más recurrentes entre el alumnado fueron: empujones intencionales; sacudidas, zarandeadas o jaloneos; golpes con objetos de la escuela como lápices, reglas, libretas, etcétera; pellizcos y golpes con el puño y la mano (ver Cuadro 1). Como se observa, el orden y la frecuencia varían según el nivel educativo y el sexo; por ejemplo, en la violencia sufrida por los hombres se utiliza más la fuerza física que en la experimentada por las mujeres. Resultados similares fueron reportados por la SEP y UNICEF (2009) para los niveles básicos, instituciones que han señalado que son más frecuentes las patadas, puñetazos y empujones entre los hombres, y empujones y jalones de cabello entre las mujeres.

Cuadro 1. Violencia física por tipo de agresión, según nivel educativo y sexo


Fuente: Elaborado con base en la Encuesta Universidades Públicas y Privadas, 2015.

Es a través de este tipo de violencia como los hombres “hacen valer su superioridad” y demuestran su fuerza, no solo contra las mujeres sino contra otros hombres, incluso estimulados por los mismos compañeros y compañeras. En el caso de las mujeres, está permitido (aunque mal visto) que entre ellas puedan llegar a los golpes, aunque se debe reconocer que en estos casos las mujeres también son capaces de ejercer el poder de manera despótica y agresiva (Carrillo, 2015a).

Violencias en la educación superior en México

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