Читать книгу Violencias en la educación superior en México - Angélica Aremy Evangelista García - Страница 7
Presentación
ОглавлениеEl libro Violencias en la educación superior en México es una importante contribución a la trayectoria de investigación en México sobre acosos y violencias en las instituciones de educación superior (IES). Los nueve capítulos que lo integran abordan tres de las principales preocupaciones en torno a esta problemática: 1) documentar la presencia, magnitud y diversidad de las violencias en las IES; 2) analizar la respuesta institucional de prevención, atención y sanción de las violencias, y 3) mostrar los efectos personales y organizacionales desde el punto de vista de las personas víctimas o testigos. Los trabajos que conforman este libro fueron presentados en el III Congreso Mexicano sobre Mobbing y Otras Formas de Violencia en Instituciones celebrado en noviembre de 2018 en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.1 El origen de este congreso data del año 2011, cuando en la Escuela Nacional de Antropología se realizó el I Congreso Iberoamericano sobre Acoso Laboral e Institucional, que desde entonces se celebra de manera bianual en diferentes países de América Latina.
Desde 2015 se decidió intercalar un congreso nacional a estos eventos internacionales. Así, previo a este III Congreso Mexicano se celebraron el I y II en la Rectoría General de la Universidad Autónoma Metropolitana y en la Universidad Autónoma del Estado de México respectivamente. Se trata de un evento pensado para el intercambio de experiencias entre empresarios, servidores públicos, investigadores, profesionales de la salud, activistas, perpetradores, testigos y blancos de agresiones en instituciones, organizaciones y contextos socioculturales particulares, para contribuir a lograr espacios de interacción colectiva respetuosos y libres de violencia.
En las contribuciones de estos congresos destaca el esfuerzo de la academia mexicana por acuñar conceptos propios y contextualizados a las realidades latinoamericanas. Han participado no solo quienes estudian el mobbing y otras formas de violencia, sino también quienes han sido blanco de estos actos, así como personas interesadas en la prevención, atención y sanción.
Durante casi una década, este esfuerzo académico colegiado ha documentado la coexistencia del llamado mobbing o acoso grupal con otras formas de violencia en los ámbitos laborales e institucionales, en una suerte de entretejido complejo de violencias con graves consecuencias para las relaciones humanas y la salud física y emocional. En ese sentido, al ampliarse la investigación del mobbing a otros escenarios y relaciones, las IES cobraron relevancia como ámbitos donde diversas violencias se manifiestan de manera específica, pero entrelazada, entre quienes mantienen relaciones laborales, estudiantiles y docentes. A partir de lo anterior, el libro Violencias en la educación superior en México hace énfasis en las múltiples violencias que suceden en IES de México a través de nueve capítulos organizados en tres secciones: “Estudios de caso”, “Estrategias de intervención” y “Testimonios”.
La sección “Estudios de caso” la abre el trabajo de Angélica Aremy Evangelista García titulado “Violencia de género en ámbitos de educación superior: más allá del acoso y hostigamiento sexual”, donde presenta los resultados de dos proyectos de investigación sobre violencia de género realizados en universidades ubicadas en cinco estados del sureste mexicano, incluidas universidades interculturales, a lo largo de la década pasada, 2010-2020. El primer proyecto documentó actos de violencia sexual, específicamente hostigamiento y acoso sexual, mientras que el segundo proyecto partió del hecho de que las estudiantes son blanco de diferentes tipos de violencia de género y en todos los ámbitos; es decir, no se trata exclusivamente de actos de carácter sexual que solo suceden en las aulas. En tal sentido, este segundo proyecto abordó la violencia de género en el ámbito comunitario desde un enfoque interseccional para revelar que los actos más frecuentes, por lo tanto cotidianos, normalizados, leves y escurridizos, forman parte del ambiente hostil hacia las mujeres que prevalece en las universidades con el propósito de perpetuar el orden genérico. Los hallazgos de ambos proyectos se reflexionan a la luz de la reciente emergencia de numerosas acciones directas (escraches, tendederos, pintas y marchas) protagonizadas por las jóvenes estudiantes en el ámbito nacional e inclusive en la región sureste de México.
En el capítulo de María del Rosario Ayala Carrillo y Emma Zapata Martelo titulado “Manifestaciones de acoso escolar en la educación, ¿asunto de género?”, las autoras analizan diversas manifestaciones de violencia experimentada y ejercida por el alumnado de IES en Sinaloa, Chiapas, Estado de México y Ciudad de México. En su trabajo encuestaron a 1073 estudiantes (581 hombres y 492 mujeres), y con un enfoque de género examinaron las formas en que los estereotipos e identidades genéricas intervienen en las expresiones de violencia escolar. Los resultados de su trabajo muestran que, en general, a lo largo de su vida estudiantil (desde la educación primaria hasta la universidad), los hombres ejercen y sufren más violencia, como golpes con objetos, empujones o jaloneos, mientras un mayor número de mujeres reportó acoso sexual y piropos ofensivos, ello debido a que en las escuelas la socialización tiene como referente una cultura patriarcal basada en la estimulación de estereotipos relacionados con las masculinidades hegemónicas.
En el capítulo “Tecnocracia neoliberal y exámenes de oposición en la contratación de profesores-investigadores de tiempo completo en una universidad mexicana”, de Silvia Karla Fernández Marín y Florencia Peña Saint Martin, las autoras abordan dos ejes de las políticas neoliberales en la educación pública superior en México que han impactado sobre el ingreso de nuevo personal académico a las IES y han hecho muy competitivo dicho ingreso, por lo que se ha desarrollado una competencia feroz: la contracción del empleo y el eficientismo, que ahora se premia con estímulos a la productividad y la pertenencia al Sistema Nacional de Investigadores. En estas instituciones, cada vez con más frecuencia grupos empoderados utilizan los mecanismos de ingreso legales para contratar nuevo personal a través de exámenes de oposición, pero los organizan a su modo con el fin de que los “ganen” personas que lleguen a fortalecer a sus grupos. En estos grupos se defienden los intereses de sus integrantes haciéndose “favores” entre sí, sin considerar el beneficio de las instituciones. En este texto se analiza el caso de una profesora-investigadora de alto nivel que no logró ingresar a una institución como resultado de estos procesos sesgados.
“Las constructoras de Internet. Discriminación, acoso y violencias de género en ámbitos tecnológicos” se titula el capítulo donde Ramón Abraham Mena Farrera presenta resultados de una investigación sobre discriminación, acoso y violencias en contra de mujeres profesionistas que laboran en el ámbito de las tecnologías de la información, altamente competitivo y generizado. En su investigación analiza la trayectoria de nueve profesionistas que desde las décadas de los ochenta y noventa realizaron estudios profesionales para luego ocupar puestos de dirección, operación y académicos, desde donde aportaron, con su trabajo, ideas y creatividad, para construir las bases de la infraestructura de Internet en México. El capítulo responde a la siguiente pregunta: ¿cómo la construcción de la red de Internet reconfiguró las ocupaciones y trayectorias de mujeres en áreas relacionadas con la gestión tecnológica en contextos de discriminación, acoso y violencias? El análisis se realiza desde una perspectiva de género en el ámbito de la agenda digital latinoamericana, y atiende la necesidad de reconocer una participación inequitativa de las mujeres en la sociedad de la información en México. La intención de este escrito es reconocer los aportes de “las constructoras de Internet”, que resistieron ante la discriminación y la violencia de género en su vida laboral y profesional cotidiana.
La segunda sección, “Estrategias de intervención”, la abre el capítulo titulado “Ausencia de modelos en la prevención del mobbing en la Universidad Autónoma de Baja California”, donde Lya Niño Contreras y Norma García Leos exploran el mobbing y sus distintas manifestaciones, así como las formas de resistencia frente a esta problemática que lleva a cabo el personal de la Universidad Autónoma de Baja California. Se examinan los instrumentos normativos de que dispone la UABC (a partir de su legislación universitaria) para caracterizar, reprimir y prevenir situaciones de mobbing. Se comparten los casos de cinco académicos que han padecido acoso laboral en la UABC en el pasado reciente, tras lo cual, y con base en categorías propuestas por Westhues y Sieglin, Verástegui y García, se identifican las condiciones que propician el acoso vivido y las estrategias de hostigamiento.
Por su parte, Eugenia Martín Moreno, en su trabajo titulado “Protocolos de actuación para enfrentar la violencia de género en las universidades públicas. El caso de la Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Xochimilco”, presenta las experiencias de trabajo colectivo que se han desarrollado desde 2015 en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, con la finalidad de elaborar un protocolo para prevenir, atender y sancionar la violencia por motivos de género en la unidad. Estas acciones se enmarcan en el programa institucional Cuerpos que Importan y buscan informar, sensibilizar y concientizar a la comunidad universitaria sobre esta grave y compleja problemática y su urgente atención. La autora organiza su trabajo en tres apartados: en el primero plantea algunos aspectos conceptuales para definir la violencia de género y sus diversas manifestaciones en las IES; en el segundo apartado describe la experiencia del colectivo Cuerpos que Importan en la realización de una propuesta de protocolo y el proceso que lo llevó a su aprobación e institucionalización. Finalmente, presenta una reflexión en torno a los retos que se enfrentan como comunidad no solo para que este protocolo se reinterprete adecuadamente y se aplique de forma eficaz, sino sobre todo para construir una cultura de respeto y buen trato al interior de la universidad.
En la última sección, “Testimonios”, Juan Guillermo Figueroa Perea, en el capítulo “Recuerdos ambivalentes de un ayudante de estudiantes de posgrado con miedo a la iatrogenia docente”, reflexiona sobre sus experiencias a lo largo de tres décadas de acompañar a estudiantes de posgrado de varias instituciones. Refiere haber conocido problemas, dudas, enojos, miedos y situaciones que se presentan como injustas e, incluso, ejemplos de violencia psicológica en el ejercicio docente, sustentados por la noción de “excelencia académica”. Esto parece afectar mayoritariamente a quien vive la experiencia como estudiante ante un ejercicio del poder docente, con diferentes costos negativos. A esto lo denomina “iatrogenia docente”, si bien no interpreta de manera pasiva la presencia de estudiantes, pues reconoce experiencias de agencia estudiantil con diferentes modalidades. Juan Guillermo propone un ejercicio de tipo constructivista a partir de ejemplificar situaciones y esbozar una búsqueda de categorías teórico-analíticas para dialogar con las mismas. El trabajo busca estimular un diálogo crítico con la lectura de Jodelet, para quien el hacer y quehacer del estudiantado está permeado por la forma en que observa que sus profesores le ven. Le interesa documentar ejercicios de agencia estudiantil, de disidencia y de transgresión, a la par de experiencias de adaptación y acomodación, para lo cual trata de recuperar su voz y sus sentires. Así, reconstruye reflexiones que explican su miedo a la “iatrogenia docente”, de las que muchas veces a quienes ejercen la docencia no se les pide dar cuenta. Propone estimular pensamiento crítico en los diferentes intercambios que dan sentido al oficio de la docencia.
En el segundo capítulo de esta tercera sección, “ Mobbing y acoso sexual: entramado teatral laboral de un ‘asesinato psíquico’ androcéntrico en la universidad pública”, Rebeca del Pino Peña presenta, a partir del estudio de un caso y abordando cierta terminología perteneciente a la criminología, un análisis metafórico de una especie de “asesinato psíquico laboral de género”, derivado de un mobbing agravado por el acoso sexual que sufrió una profesora-investigadora de reciente ingreso en una universidad pública. Entre los principales hallazgos destaca una construcción social negativa, en la cual se aprecia el derrumbe de la estructura emocional de la profesora hasta que alcanzó una especie de “muerte psicológica” con afectaciones severas en su salud, desempeño académico e integridad femenina por el acoso sexual perpetrado, del que se desprendió una de las máximas expresiones de violencia de género fundamentada en un mecanismo de infravaloración y “cosificación” del orden patriarcal imperante, que fue crucial para minar su fuerza hasta su “muerte laboral”. Se desprenden del análisis de este “feminicidio universitario”, que puede equipararse con un “crimen perfecto”, características que van en detrimento de las nuevas generaciones de profesoras-investigadoras con talento académico, quienes se erigen en un grupo de alto riesgo, de lo que deriva la necesidad de emprender un abordaje de género al respecto en las IES del siglo XXI.
Cierra la sección de “Testimonios” el capítulo de Inmaculada Rodríguez-Cunill titulado “La aplastaremos como a una cucaracha: el caso de Inma la Inmunda”, donde la autora nos presenta una herramienta para detectar el acoso grupal con fines legales y psicológicos, que también puede utilizarse cualitativamente para crear obras artísticas de resiliencia: el diario de incidentes. En este sentido, la persona acosada es algo así como un investigador o investigadora que toma datos en un trabajo de campo. En este texto la autora analiza este espíritu investigador sobre la violencia a través de obras artísticas que canalizan las situaciones vividas durante un proceso de acoso de más de diez años. Ciertos aspectos de estas estrategias de supervivencia provienen de posicionamientos queer y de la investigación basada en el arte (más conocida por su terminología anglosajona: art-based research), y convergen para hacer visible la ceguera de la institución universitaria donde se produjo el acoso. A su vez, ha de contemplarse un proceso recursivo. Por un lado, la institución, sin haber reparado los daños, aprende de estas obras-quejas visuales y performativas, y, por otro lado, hay un camino de reparación desde la víctima, que analiza en este texto y que se basa en lo siguiente: se sabe que parte de la red del acoso en la universidad consiste en la difamación del blanco y la apropiación de sus méritos. Ante una experiencia tan devastadora, el blanco del acoso se pregunta qué crear o investigar que no sea usurpado. La combinación de elementos inalienables (su voz, su cuerpo, sus detritus…) con documentos e información generada por los acosadores (a menudo anónima o confidencial) ha generado una línea creativa más trascendente, global y ecológica, que revela la madurez artística y personal que fundamenta la resiliencia, de la que las obras expuestas en este capítulo son una muestra.
Un notable incremento en el número de investigaciones sobre violencia de género en Instituciones de Educación Superior (IES) sucedió a lo largo de la década pasada, 2010-2020, y a esta amplia producción académica se suman los capítulos de este libro. Los análisis, discusiones y propuestas que aquí se presentan llegan en un momento de múltiples denuncias de una amplia gama de violencias contra las estudiantes en los medios de comunicación, pero sobre todo en las redes sociales. De manera paralela, las IES han respondido con mecanismos formales, principalmente con protocolos, para la prevención, atención y sanción en particular del hostigamiento y el acoso sexual. Pese a la existencia de estos mecanismos, persisten las acciones directas (escraches, tendederos, pintas y marchas) protagonizadas por las jóvenes estudiantes, lo que revela tensiones entre las respuestas institucionales, consideradas necesarias pero insuficientes, frente a las tácticas estudiantiles que anuncian un cambio en el orden social de género que no deberemos perder de vista.
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, abril, 2021.