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3. ¿CUÁNTOS SEXOS HAY?

Mi conclusión en este capítulo será que, más allá de las diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a la vivencia del sexo (que puede deberse a una cuestión cultural), las diferencias existen entre seres humanos, independientemente de su sexo. El hilo general de mi argumentación son las personas más que los sexos, es decir, que entre dos hombres ya hay conductas sexuales diferentes y entre dos mujeres también. Por lo tanto, el problema de que haya un modelo sexual imperante afecta a unos y a otros, y ambos están sometidos a un estereotipo cultural (y sexual) que se espera que cumplan para considerárseles hombres y mujeres según la división de roles que nuestra sociedad tiene establecida. Lo que remarcaré es que cada cual (sea hombre o mujer o lo que se considere) viva su sexualidad con la conciencia más grande posible de lo que quiere y puede hacer y hacia dónde quiere ir, independientemente del sexo al que pertenece. La pertenencia a un sexo biológico u otro (ser varón o hembra) puede explicar algunas conductas sexuales, pero lo que explica más cosas en profundidad es el hecho de sentir o percibir como seres humanos diferentes.

No obstante, aunque el contexto de mis palabras sea hablar de personas y no de sexos diferentes, considero importante dedicar un espacio en este capítulo a plantear si hay diferencias de conductas y manifestaciones diferentes debido a que nuestra genética, nuestra educación y nuestra cultura aborda a ambos sexos de manera distinta. Sigue vigente el esquema de que, en temas psicológicos, se espera de las chicas conductas diferentes a las de los chicos, lo cual afecta la propia salud emocional y mental, así como el comportamiento sexual.

Las consecuencias de la falta de igualdad todavía pueden verse claramente en cualquier tipo de manifestación educativa o cultural, desde el tipo de juguetes que se anuncian a los niños (que en algunos casos son sexistas). Y en las empresas los cargos directivos siguen siendo mayoritariamente destinados a hombres y no tanto a mujeres.

Si existen o no diferencias entre hombres y mujeres –en general y sexuales en particular– es un tema trillado y arduo. Hay quienes piensan que hay diferencias sexuales entre hombres y mujeres, otras personas dirán que no tantas. Es decir, cada cual tendrá su propia percepción de los hechos, lo cual quiere decir que éste es un tema controvertido, como lo es la sexualidad en sí. Mi propuesta será presentar algunas paradojas y datos que pueden ilustrar estas diferencias para luego concluir que disfrutar de una sexualidad sana es aceptar las diferencias, no para usarlas en contra de uno u otro sexo, sino para vivir una vida plena, libre y consciente.

Pero antes de abordar las diferencias quiero hacer mención al propio título que estamos tratando: ¿realmente hay dos sexos o deberíamos mejor hablar de dos realidades sexuales?

Las mentiras del sexo

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