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1 Cf. Descripción 170, 1028.

2 Cf. el «Himno a Zeus» del Proemio. Sobre ello, cf. H. ZEHNACKER , «D’Aratos á Aviénus: astronomie et ideologie», Illinois Clas. Studies 14 (1989), 317-29: a diferencia de Germánico, más ligado en su traducción de Arato a los problemas y motivos dinásticos, Avieno, modifica el proemio para ofrecer este homenaje a Zeus-Helios. Cf., también, n. 1.

3 Utilizó el acróstico de una palabra clave en la estilística de éste, leptḗ, «finura», deletreado en las iniciales de los vv. 783-787.

4 Redactó muchas otras, entre ellas un tratado sobre la armonía de las esferas (Canon) y otro sobre los astros (Astriká), que no nos han llegado.

5 El total, los 1.154 versos, forma realmente una unidad, como el análisis de su estructura permite advertir.

6 Como CALÍMACO (Epigrama 29).

7 Estos últimos son los Pronósticos. El mejor estudio sobre ello es el de J. SOUBIRAN , Cicero, Aratea, París, 1972.

8 Los tres últimos son los fragmentos; la mejor edición es la de A. LE BOEUFFLE , Germanicus, Les Phénoménes d’Aratos, París. 1975.

9 Cf. Hechos de los Apóstoles, 17, 28. Ya lo había anotado JERÓNIMO (S. Hieronymi tomus septimus, Patrologia Latina, t. XXVI, París, 1845, pág. 607).

10 Entre otros, cf. J. ALMIRALL I SARD À, «Lectura dels Fenómens d’Arat», Ítaca. Quaderns Catalans de Cultura Clássica 6-7-8 (1990-92), 9-62; y Arat, Fenómens, Barcelona, 1996; D. KIDD , Aratus, Phaenomena, Cambridge, 1997; G. R. MAIR , Aratus, Londres, 1921 1 ; J. MARTIN , Aratos, Phénoménes, t. I-II, París, 1998; Scholia in Aratum vetera, Stuttgart, 1974; y «Les Phénoménes d’Aratos», en L’Astronomie dans l’Antiquité Classique, París, 1979, págs. 91-104; y cf., también, infra.

11 Un interesante resumen de su vida puede verse en la Introducción de Arato, Fenómenos; Gémino, Introducción a los Fenómenos, de E. CALDERÓN , Gredos, Madrid, 1993, págs. 9-14.

12 D. WEBER (Aviens Phaenomena, eine Arat-Bearbeitung aus der Lateinische Spätantike. Untersuchungen zu ausgewähhen Partien, Viena, 1986) resume su estructura así (pág. 58): vv. 1-4, recorrido celestial de Avieno (4 versos); 5-45, Zeus, creador y sustentador del mundo (41 versos); 46-66, Zeus como orientador de los primitivos tratadistas astronómicos (9+9+3); 67-76, adición de Avieno (4+2+4). En general, cf. su amplio comentario sobre él (págs. 1-59), el más detallado y extenso sobre la cuestión.

13 Cf. G. S. KIRK y J. E. RAVEN , Los filósofos presocráticos , Madrid, 1970.

14 Timeo 63a, y Fedón 97 d-e (hacia el 380 a. C.).

15 Cf. Descripción, n. 10.

16 Sobre él, cf. Descripción, aptdo. 2 y G. AUJAC , «Eratosthène, premier éditeur de textes scientifíques?», Pallas 24 (1977), 3-24.

17 Cf. PLNIO , Hist. Nat. II 53.

18 Sobre la anécdota y este famoso personaje, cónsul en el 214 a. C., cf. PLUTARCO , Vida de Marcelo, 19; y CICLRÚN , República I 14.

19 En el libro V de su Sobre la naturaleza de las cosas.

20 En el libro IX de su Sobre la arquitectura; cf. la edición de J. L. OLIVER DOMINGO , M. L. Vitruvio Polión, Los diez libros de Arquitectura, introd. de D. RODRÍGUEZ RUIZ , Madrid, 1995.

21 Para sus Astronomica, cf. las ediciones de D. LIUZZI , Lecce, 1991-1997; y G. P. GOOLD , Leipzig, 1985.

22 Cf. A. LE BOEUFFLE , Hygin. L’Astronomie, París, 1983.

23 En especial el libro VII; cf., a título de ejemplo: «Vendrá un día en que la dedicación de los hombres de un largo período sacará a la luz del día lo que actualmente se ignora. Una sola generación no basta para investigar tantos fenómenos, aunque se dedique exclusivamente al cielo» (VII 25; trad. C. CODOÑER , Séneca, Cuestiones Naturales, Madrid, vols. I-II, 1979; cf. también, «La physique de Sénèque: Ordonnance et structure des Naturales Quaestiones», Aufstieg und Niedergang der Römischen Welt, II 36, 3, Berlín-N.York (1989), 1779-1822.

24 Cf. Fen. 77-99 a.

25 Cf. Fen. 992-1013.

26 Cf. Fen. 950-976, 977-991.

27 Cf. M. MANITIUS , Hipparchi in Arati et Eudoxi Phaenomena commentariorum libri tres, Leipzig, 1894.

28 Cf. Fen. 1352-1362 y para el tema del cálculo y el cómputo, el Aptdo. 5.

29 Cf. Fen. 936 b-949.

30 Son conceptos recogidos por Higino, Manilio, M. Capela y Macrobio, pero no por la literatura aratea.

31 Cf. Fen. 1014-1059.

32 Cf. VITRUBIO , IX 1 8, 10.

33 Cf. Fen. 908-929; Avieno no da el nombre de ninguno de los cinco.

34 Cf. F. HUI.TSCH , «Astronomie», RE II 2, cols. 1828-1862; Ttt. H. MARTÍN , «Astronomia», Dictionnaire des Antiquités Grecques et Romaines, París, 1896, págs. 476-504; J. SOUBIRAN , «L’astronomie á Rome», en l'Astronomie dans VAntiquité Classique, París, 1979, págs. 167-183.

35 En Grecia había destacado la Mecánica de Aristóteles (cf. passim).

36 Cf. infra.

37 Eudoxo e Hiparco utilizaron este tipo de esfera para componer sus obras; pero, como decíamos (cf. supva), la influencia de estos globos fue general en toda la literatura astronómica antigua.

38 Así ocurrió, por ejemplo, con manuscritos de Higino, cuyas ilustraciones fueron copiadas en la Edad Media y el Renacimiento, no sólo para su estudio sino también para servir de elementos ornamentales o motivos estéticos en arquitectura —el hábito llega al mismo siglo XIX , en que todavía se editaron atlas y libros inspirados en sus imágenes—.

39 F. RICO , «El cielo de un humanista», Figuras con paisaje, Barcelona, 1994, págs. 99-106.

40 G. THIELE , Antike Himmelsbilder, Berlín, 1898; F. BOLL , Sphaera, Leipzig, 1903 (reprod. Hildesheim, 1967); J. SOUBIRAN , «Astronomie ancienne et technique modeme», Pallas 26 (1979), 3-10; M. P. LERNER , Le monde des spheres: I , Genèse et triomphe d'una representation cosmique, París, 1996; II, La fin du cosmos classique, París, 1977.

41 Cf. MANILIO , Astrología III 203-482.

42 Cf. la descripción de VITRUBIO (IX 7), que utiliza para él el término, muy poco utilizado en el léxico griego, análēmma.

43 VITRUBIO (IX 8) informa en detalle de ello y de lo siguiente.

44 Los idus (el día 15 o 13) coincidían con la luna llena.

45 Cf. SUETONIO , J. César 40.

46 Cf., respect., Hist. Nat. XVIII; y Agricultura XI.

47 O, El Calendario religioso, astronómico y literario, arreglado al meridiano de Barcelona, según el horario de España, editado por Fray Ramón, ermitaño de los Pirineos; La guia práctica de l'agricultor, calendan agrícola y ramader. Calendari deis pagesos; etc. Las publicaciones de este tipo son también muy abundantes; cf., a título selectivo, las de N. FAGES DO REM Á, Aforismos rurales, conformes con las reglas dadas por los más clásicos agrónomos antiguos y modernos, nacionales y extranjeros, Figueres, 1849; M. SARALEGUI Y MEDINA , Refranero español náutico y Meteorológico, Barcelona, 1917; J. SERRA FÁBREGAS , Refranero apícola, Barcelona, 1955; J. L. FUENTES YAGUE , Apuntes de metereología agrícola, Madrid, 1978; y A. ALLUÉ MORER , LOS pronósticos del tiempo en el refranero castellano. Observaciones del tiempo empírico y pronósticos meteorológicos inspirados en el refranero castellano, en las cabañuelas, en las experiencias personales y en todas las demás cosas del campo en general, Valladolid, 1974.

48 Cf. vv. 733-1154.

49 Fen. 1384-1878.

50 Cf. SERVIO , Comentario a la Eneida V 19.

51 Cf. Meteorológicos VI.

52 Hist. Nat. 46-7 y 48, respectivamente.

53 Cuestiones Nat. V 16-17.

54 Cf. CODOÑER , «La physique de Sénèque;...», págs. 1780 ss.

55 Cf., respect., Descripción, 585 y Costas 226, 238 y 564; y el aptdo. 3 de la Introd. general.

56 ESTRABÓN (III 143) consigna la derrota directa de Hispania a Italia y el Itinerario de Antonino, las principales líneas de su época.

57 Odisea III 169, V 272.

58 Se descubren los etesios; se divinizan vientos y montañas, que se transforman en héroes (Eolo y Atlas son considerados astrónomos); etc.

59 Cf. PLINIO , Hist. Nat. II 119.

60 Cf. Costas, introd., aptdo. 3.

61 Cf. PLINIO , Hist. Nat. II 128, y ARISTÓTELES , Mecánica 851b.

62 La ruta normal suponía recalar en Rodas y Chipre (cf. HERÓDOTO , IV 152, trad. C. SCHRADER , Madrid, Gredos, 1979, pág. 425, n. 516).

63 Cf. Hechos... XXVII 1, 44, y XXVIII 1, 13.

64 Salirse de las fechas marcadas —octubre-marzo, aproximadamente, según ciudades—, acarreaba que las aseguradoras de portes marítimos no aceptaran responsabilidades. La cuestión está apenas estudiada.

65 H. GUNDEL , «Winde», RE VIII, A2, cols. 2211-2387; y «Das Proomium der Meteorologie», Hermes 47 (1912), 514-535; W. KROLL , «Schiffahrt», RE II A 1, cols. 408-419; W. CAPELLE , «Meteorologie», RE Suppl. VI, cols. 315-358; y «Zur Geschichte der meteorologische Litteratur», Hermes 48 (1913), 342-343.

66 Para un análisis detenido de esta cuestión, todas las ediciones de la obra, manuscritos y excerpta, cf. las páginas 75-89 de esta obra.

67 Cf. Introd. General, aptdo. 6.

Fenómenos. Descripción del Orbe terrestre. Costas marinas.

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