Читать книгу Ética demostrada según el orden geométrico - Baruj Spinoza - Страница 11
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ОглавлениеSemejante rechazo mutuo explica el no-lugar que la Ética ha ocupado en la cultura filosófica de una época que ha llegado hasta el siglo XIX, extendiéndose quizás hasta mediados del XX31. Las posiciones cartesianas, cuando menos por lo que hace a las relaciones de exterioridad entre Dios y naturaleza, pero sobre todo a su teoría de la soberanía del alma sobre el cuerpo, de la libertad del albedrío y, en consecuencia, de la moral —esto es, por lo que concierne a su dualismo, en sentido amplio—, han gozado de una especial aceptación por parte de prácticamente todos los grandes sistemas filosóficos modernos32.
Absolutamente excluida y necesariamente excluyente de dicho horizonte, la filosofía que Spinoza escribe en su Ética es percibida como la consecuencia, por emplear las expresiones de alguno de los más distinguidos representantes de esa gran filosofía —Leibniz, Malebranche, Bossuet, Lamy, Fénelon, Bayle, etc.—, de una hipótesis monstruosa que conduce directamente hacia la aberración en que consiste la impiedad atea. Ha sido percibida, en fin, como un artefacto tan peligroso que intentar refutar o hasta nombrar al ateo de Ámsterdam ha conllevado la sospecha, por el simple hecho de haber entrado en contacto con sus doctrinas, de ateísmo33. Y ello pese a que lo único que se ha leído de la Ética, desde finales del siglo XVII y hasta finales del siglo siguiente, ha sido su primera parte, el De Deo, texto que ofrece cuatro demostraciones de la existencia de Dios. Pero de la existencia del Dios que puede ser llamado indistintamente Sustancia o Naturaleza34…
Así que, si la Modernidad consiste, como se ha repetido durante todo el siglo XX, en un proceso laborioso, lento y violento de secularización35, la filosofía de Spinoza promete su cumplimiento inmediato; la extemporaneidad del spinozismo se debería a esta promesa de consumación (en la teoría) de dicha secularización. Consumación o aceleración del proceso que la época en que Spinoza escribe la Ética y esta comienza a difundirse (desde luego, de un modo mucho más laborioso y mucho más lento, aunque sin duda menos violento que el proceso moderno) no ha sido capaz de soportar. Por ello, como decía más arriba, la Ética puede ser leída como el episodio más extremo en la historia de las reacciones provocadas por la irrupción de la metafísica de Descartes, como un episodio que permite entrever la naturaleza titubeante de la Modernidad que efectivamente ha existido, o que ha prevalecido. Y también por ello quizás debe ser leída como el manifiesto de una Modernidad ya cumplida, esto es, de una época todavía por venir en los ya lejanos tiempos en que el judío de Ámsterdam componía y recomponía su libro. Y tal vez también en los nuestros. La filosofía de Spinoza, en fin, como manifiesto filosófico para una Modernidad futura.