Читать книгу !Buenas noches, Miami! - Begoña Oro - Страница 8
TURPITUD
ОглавлениеPor fin tengo los billetes. Me indican que debo sacarme una especie de visado, la ESTA. Me mandan el enlace al formulario en inglés.
Nada más empezar veo que me piden que diga si tengo alguna enfermedad communicable, y que «comunicables» son la gonorrea, la sífilis, la lepra... La ESTA tiene aire de confesionario.
Luego vienen todas esas preguntas de si he matado o pienso matar a alguien. Hay en el enunciado una palabra que me llama la atención: turpitude. Brilla dentro de la interminable oración: «Have you ever been arrested or convicted for an offense or crime involving moral turpitude or a violation related to a controlled substance; or been arrested or convicted for two or more offenses for which the aggregate sentence to confinement was five years or more; or been controlled substance trafficker; or are you seeking entry to engage in criminal or immoral activities?». Destaca con ese brillo de denario romano, con esa inconfundible sonoridad del latín.
En la versión en castellano, veo que moral turpitude se traduce como «depravación moral». Sin embargo, en castellano turpitud es «torpeza». Me da por pensar que aquí tenemos un estándar moral más chusco. ¿Qué hay de malo en ser malo? Lo malo es la torpeza, lo malo es que te pillen. Por eso todas esas preguntas del visado sobre nuestros planes criminales no nos ofenden sino que nos suenan a chiste, y pensamos: «¿Que si voy a matar a alguien? A ti te lo iba a contar».
En Miami Playa, turpitud —torpeza— es mandar al abuelo con la sombrilla a que reserve sitio en la playa cuando sale temprano a por pan y que el abuelo ponga la sombrilla de cara al viento y salga volando (la sombrilla, se entiende, no el abuelo). ¿En Miami Beach, será turpitude —depravación— mandar al abuelo con la sombrilla con la perversa intención de quitar el sitio a honrados bañistas madrugadores mientras el resto de la depravada familia duerme a pierna suelta?
Tienen estos americanos una clasificación bastante exhaustiva de las cosas que implican (y las que no) turpitude. No implica turpitude conducir borracho, evadir impuestos por despiste, robar un coche solo para darte una vuelta, escapar de la cárcel, cometer incesto, mandar una carta obscena o suicidarse. «Intentar suicidarse», precisan. No sé si porque suicidarse sí implica turpitude o porque, prácticos como son, es inútil ya clasificarlo. Implica turpitude robar, evadir impuestos a conciencia, secuestrar, matar o violar a alguien, cometer adulterio o hacerse pasar por otra persona, y esto último me obliga a detener al abuelo, a ese impostor que finge ser bañista cuando solo es un comprador de pan. Se queda el impostor imaginario con la sombrilla en vilo, antes de clavarla en la arena, a punto de dar ese pequeño paso para el hombre y ese gran paso hacia la depravación moral.
Qué difícil debe de ser ser americano.