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Primera parte
DEFINICIÓN
Capítulo 3
La intuición según los que la han estudiado
Jung y la revelación de la profundidad de la intuición

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Siguiendo el camino de sus famosos predecesores, el psiquiatra y psicólogo suizo Carl Gustav Jung (1875-1961), uno de los fundadores del psicoanálisis, se dedicó metódicamente a explicar los arcanos de la conciencia, demostrando con energía que si la conciencia es discontinua e intermitente en nuestra vida, el inconsciente es, en cambio, «un estado constante, duradero, que, en su esencia, se perpetúa parecido a sí mismo». «(…) El inconsciente teje eternamente un amplio sueño que, imperturbable, sigue su camino por debajo de la conciencia, emergiendo a veces por la noche en un sueño o causando durante el día singulares y pequeñas perturbaciones».

Con sus estudios, Jung expone brillantemente una nueva definición de la conciencia – que pronto sería una referencia–, a la que considera constituida por cuatro elementos básicos: sensación, pensamiento, intuición y sentimiento.

Para captar la destacada perspicacia de su pensamiento, podemos detenernos un instante en la definición que ofrece de la intuición: «La gente que vive expuesta a las condiciones naturales hace un gran uso de la intuición; también la emplean los que corren algún riesgo en un campo desconocido, que son los pioneros de un modo u otro (…). Cuando nos encontramos en presencia de nuevas condiciones, todavía vírgenes de valores y de conceptos establecidos, dependemos de esta facultad de la intuición».

Jung reconoce que la propia naturaleza de la intuición es difícilmente comprensible por nuestro intelecto, ya que se sitúa por encima del umbral de la conciencia. No obstante, esta dificultad no elimina en absoluto su innegable necesidad: «La intuición es una función muy natural, perfectamente normal y necesaria; se ocupa de lo que no podemos ni sentir ni pensar, porque carece de realidad, como el pasado que ya no es y el futuro que no es tanto como pensamos. Tenemos que estar muy agradecidos al cielo por poseer una función que nos otorga cierta luz sobre lo que está más allá de las cosas».

Justamente porque es un fenómeno natural, la intuición se expresa de distintas maneras, tanto físicamente (olfato «animal»), como a través de la emociones (atracción o rechazo instintivo), tanto en el plano mental (estímulo intelectual), como en la esfera de lo espiritual (experiencia mística).

Tal y como subraya justamente Claude Darche, «para Jung, la intuición procede de una conexión de la persona, de su consciente, con las capas más profundas de su inconsciente, pero sobre todo del inconsciente colectivo:[9] los arquetipos[10] y los símbolos. El inconsciente colectivo es una auténtica base de datos: acumula todas las experiencias del universo y de la humanidad. Así el hombre está en posesión de muchas cosas que nunca ha adquirido por sí mismo, sino que ha heredado de sus antepasados».[11]

Como afirma el propio Jung, el hombre no nace sin nada, desnudo y desprovisto de todo, como el animal que viene al mundo, sino simplemente inconsciente de todo lo que posee en él desde el nacimiento, es decir, de «sistemas organizados específicamente humanos y preparados para funcionar, que debe a los miles de años de evolución humana».

Pero lo que por encima de todo constituye la aportación fundamental de Jung a la comprensión de la intuición es, sin duda, lo que denomina el fenómeno de la «sincronicidad», según el cual las perturbadoras coincidencias de la vida cotidiana, a menudo teñidas de intuición, aparecen bajo una nueva luz. Para Jung, se trata de un paréntesis en el tiempo: a partir de ese momento, ya no se puede hablar de una percepción del desarrollo del tiempo como se acostumbra a vivir normalmente, sino de «otra» realidad, otra «organización» espacio-temporal, con la que la intuición nos conecta de repente.

En este sentido, la intuición nos permite explorar un universo desconocido, paralelo, en el que las circunstancias concretas y los fenómenos físicos se organizan, se coordinan fuera de toda conciencia, según parámetros exteriores a nuestra razón, pero también a nuestro psiquismo individual.

9

 Inconsciente colectivo: conjunto de informaciones reales e imaginarias, adquiridas y transmitidas de generación en generación por grupos de personas desde tiempos inmemoriales. Es una parte de la psique que se distingue del inconsciente personal porque no es una adquisición personal.

10


11

 Claude Darche, Libérez votre intuition, Éditions du Rocher, col. «Âge du Verseau», 1995.

Cómo desarrollar su intuición

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