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Lo que nos han dicho de la pasión

He visto muchas conferencias, videos en YouTube y en redes sociales y he leído libros sobre encontrar tu verdadera pasión. Pero muchos de ellos me dan la sensación de que todo lo que tengo en mi vida está mal porque todavía no encuentro la “pasión verdadera”.

Hablando con muchos amigos sobre este tema, me he dado cuenta de que otros se sentían como yo: me decían que no tenían una pasión y se les notaba inconformes, incluso avergonzados. Cuando en todos lados nos dicen que hay que encontrar nuestra verdadera pasión, entonces algo debemos estar haciendo muy mal si no la tenemos, o bien algo importante debe hacernos mucha falta en nuestra vida.

Pero cuando les contaba a mis amigos mi experiencia, que no siempre fue intensa y que no cambié mi vida radicalmente al encontrar mi pasión, me decían que entonces eso no era pasión. En otras palabras, nos han metido tanto en la cabeza una específica forma de vivirla que creemos que todas las demás no son reales.

Y ni hablar de la pasión en pareja. Es todavía peor, porque empezamos a hacer que nuestras relaciones dependan de esa pasión y, en el momento en que baja, entonces la relación “ya no funciona”.

En todos lados nos dicen que hay que encontrar nuestra verdadera pasión.

Tanto queremos sentir esa llama intensa todo el tiempo, ese deseo por él o por ella que cuando tenemos relaciones sexuales esperamos que en lugar de orgasmos empecemos a ver fuegos pirotécnicos estallando en la habitación. Y, además, que todo suceda sin ningún esfuerzo, porque creemos que la pasión tiene que explotar sola.

Muchas veces las relaciones comienzan de esa forma y, en muchas otras, esa pasión al inicio ni siquiera se siente tan intensa. Pero con el tiempo esa llama empieza a perder fuerza y esto no quiere decir que nuestra relación ya no funcione o que estemos condenados a una vida sin pasión. Simplemente tenemos que aprender a recuperarla y a aceptar la forma en que la sentimos.

Por eso resulta tan difícil dar una definición clara sobre pasión, porque cada persona la siente diferente. Y me parece que haber intentado dar definiciones tan específicas es lo que nos ha confundido. Nos dicen que la pasión es de una forma y, entonces, la que sentimos nosotros, que tal vez es diferente, queda invalidada.

A lo largo de tu lectura te daré diferentes ejemplos de la manera en que algunas personas sienten la pasión. Puede ser que te identifiques con alguna o puede ser que ninguna de ellas se parezca a tu forma de sentirla, pero de eso se trata. Cada uno la siente distinto y, por lo tanto, cada uno posee su propia definición.

De todas maneras, me parece importante contarte lo que yo pienso que es la pasión para que puedas entender a qué me refiero: la pasión es la energía que te mueve. Esa energía se podrá presentar de maneras diferentes, a veces constante, a veces intermitente, a veces muy intensa o a veces muy suave. Pero no importa cómo la sientas, te darás cuenta de que lo es porque te da la motivación necesaria para volver a sentir fuego por tu pareja, para levantarte de tu cama e ir al trabajo o para gritar gol con tanta emoción durante un partido.

La pasión es la energía que te mueve.

Podrás estar pensando: “A mí no me apasiona mi trabajo, pero igual me levanto con motivación y energía”. Y está muy bien. Tal vez no es tu trabajo esa energía que te impulsa a levantarte, pero seguro sí tu familia, la idea de tener una mejor vida, viajar, etc.

La pasión sube y baja

Vayamos ahora a las relaciones de pareja. Aunque seguramente te frustre un poco porque no sabes cómo aumentarla, lo primero que quiero decirte es que no te asustes si la pasión con tu pareja ha disminuido. También es posible que por esa baja se hayan originado problemas en otras áreas y que por eso se hayan separado también en lo sexual. Pero no te preocupes, es normal. La pasión no permanece siempre en el mismo nivel.

Imagínate lo agotador que sería sentir todo el tiempo tanta energía por algo o por alguien. Por eso a veces es intensa y otras veces no la sientes tanto. Imagínate si un piloto de Fórmula 1 todo el tiempo sintiera esa adrenalina que experimenta cuando está en una carrera. Aunque la pasión por la velocidad sigue existiendo, también necesita otros momentos de relajación en su casa, como descansar, dormir o leer un libro. Después tocará de nuevo correr una carrera y acelerar.

En las relaciones también es lo mismo. Tenemos a nuestra pareja ahí todo el tiempo, así como el piloto tiene un auto de carreras, pero en nuestro caso se vuelve un poco más complicado porque somos personas y tenemos temperamentos, problemas y preocupaciones distintas. Entonces no será tan sencillo como volver a subirse a un auto para sentir esa pasión, pero con un poco de trabajo, pueden volver a levantarla. Y de eso se trata: de no dejar que permanezca mucho tiempo abajo.

Ahora bien, el piloto no está en su sillón viendo tele y esperando sentir esa adrenalina o energía. Sabe perfectamente que tiene que manejar para sentir la velocidad. Es decir, tampoco nosotros podemos quedarnos sentados en nuestro sillón esperando a que ese fuego arda desde ahí repentinamente. Hay que trabajar en la pasión, encontrar maneras de buscar a nuestra pareja y de que nuestra pareja nos busque a nosotros. A pesar de todo el cansancio del trabajo o de los hijos o de las labores domésticas, tienes que darte el tiempo también para re-apasionarte.

Hay que trabajar en la pasión, encontrar maneras de buscar a nuestra pareja y de que nuestra pareja nos busque a nosotros.

Tal vez estás moviendo la cabeza en este momento mientras piensas “qué cansancio”, porque a veces sinceramente no dan ganas de tener relaciones sexuales después de un día agotador. Claro, por supuesto. No se trata de hacer las cosas sin ganas, sino de encontrar las ganas en algunos momentos de tu día o de tu semana para despertar esa llama.

¿De qué sirve tener pasión?

¿Por qué nos han vendido que la pasión es tan importante y que hay que encontrarla en nuestra vida? ¿Qué pasa si no la sentimos?

La pasión es esa energía que te empuja a seguir viviendo y a seguir disfrutando de la vida. Si no la sintieras, terminarías haciendo todo en piloto automático sin ser consciente de lo que pasa a tu alrededor. Aunque no pasa nada si a veces experimentas periodos de este tipo, a la larga puedes empezar a sentirte frustrado. La pasión es primordial justo para evitar esa sensación. Y además de experimentarla en tu relación, lo importante es sentir pasión por diferentes cosas.

La pasión por tu trabajo o por ciertos pasatiempos hará que despiertes cada mañana con gusto, disfrutes tu día y estés de mejor humor. Y esto, por supuesto, se va a reflejar en tu vida en pareja.

Aunque claro, como en todo, incluso en las cosas que te apasionan puedes sentir frustración si algo no sale del todo bien. No digo que todo el tiempo será felicidad una vez que la encuentres, pero va a ayudar a darle sentido y dirección a tu vida.

La mayoría de nosotros tenemos diferentes pasiones.

La mayoría de nosotros tenemos diferentes pasiones. Por eso, si estás seguro de que no sientes ningún tipo de pasión por nada, piensa que posiblemente te esté pasando lo mismo que a mí y más bien lo que te sucede es que nadie te ha enseñado a identificar la tuya. Lo mismo con tu pareja, aunque creas que la pasión está perdida, es muy probable que solo la llama haya bajado, pero el fuego siga ahí, esperando a que le echen aire para volver a tener fuerza.

Si la pasión está por ahí escondida porque no has aprendido a identificarla o a despertarla, seguirás en movimiento, pero te perderás de sacarle el máximo provecho. Aunque todas las relaciones son distintas y ponen cosas diferentes como puntos importantes, como la amistad, la compañía, la confianza o la familia, tiene que haber un equilibrio en todas esas áreas. Y sí, claro que hay relaciones que funcionan sin pasión, pero ¿no preferirías que tu relación la tuviera?

Sentir ganas de ver a tu pareja, despertar con gusto a su lado, llegar a la casa con emoción para poder hablarle de lo que te pasó en tu día, verlo o verla cambiarse de ropa mientras te imaginas lo que podrían estar haciendo en los pocos minutos que les quedan antes de salir a trabajar, o bien que no se quede en tu imaginación y realmente aprovechar esos minutos es algo que difícilmente pudiera molestar a alguien.

¿A quién le va a molestar empezar a sentirse excitado desde antes de ver a su pareja porque sabe lo que va a pasar más tarde? ¿A quién le va a molestar disfrutar el tiempo con él o con ella, descubrir cosas que les gusten a los dos, hacerlas juntos y volver a sentir ese fuego?

Re-apasiónate

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