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¿Qué nos pasa cuando la sentimos?

Ahora me gustaría contarles un poco de lo que le pasa a nuestro cuerpo durante los momentos de pasión intensa. Tampoco busco aburrirlos mucho con cuestiones médicas, así que seré breve.

No podemos hablar de pasión sin mencionar la libido y la excitación.

Si bien pasión va mucho más allá de un deseo sexual, también significa sentirte atraído sexualmente a tu pareja.

Se ha descubierto que la testosterona es la hormona que afecta a la libido en gran parte. Y si has escuchado hablar de ella un poco, sabrás que es una hormona masculina, aunque las mujeres también la tenemos, pero en menor cantidad. Se cree también que lo que hace que las mujeres sientan la libido más alta son los estrógenos, que se presentan en mayor número en la época de ovulación.

Habrá mujeres que digan que esto es verdad y que en esa época es cuando más sienten excitación, habrá otras que sientan la misma excitación durante todo el ciclo menstrual y habrá algunas que digan que ni en las fechas de ovulación ni en ninguna otra. Asimismo, los hombres también podrán encontrar momentos de mayor excitación que otros.

Muchos factores bioquímicos participan en el enamoramiento y en la lujuria y hasta hay algunos que al momento de la pasión se ocupan de apagar la parte prefrontal del cerebro, que es la que controla, entre otras cosas, la parte racional. Por eso cuando la pasión es muy intensa a veces sentimos que perdemos un poco el control, pero esto es solo durante un tiempo y después pasa.

Se cree que lo que hace que las mujeres sientan la libido más alta son los estrógenos.

Al final, las hormonas influyen mucho en lo que nos pasa, pero gran parte es mental. Y de ello depende si estás en un buen momento con tu pareja, el trabajo o la escuela, si te sientes cómodo o cómoda con tu cuerpo, etc.

Mientras hablaba con un amigo sobre este capítulo, me decía que si se siente durante mucho tiempo entonces es pasión: “Yo siento pasión por el cine algunas veces, pero no siempre y por eso el cine no es mi pasión”. Para él, la pasión tiene que sentirse como algo intenso todo el tiempo y si no es así deja de ser pasión, tal como esta idea con la que nos han bombardeado y que explicaba en el capítulo anterior.

Pero, vamos a ver, piensa en el amor por tu mamá o por tu papá o por tus hijos o por quien tú decidas. La idea es que traigas a tu mente personas a las que amas demasiado. A lo que quiero llegar es que hay días en que ellos dicen o hacen algo que te pone de mal humor. Entonces no tienes ganas de saber nada de ellos y hasta podrías decir que ese día los odias un poco. Pero ¿qué pasa al día siguiente cuando todo se calma? ¿Realmente los dejas de amar? Seguramente no. Podrás estar muy enojado, podrá tomarte algo de tiempo para que se te pase el enojo, pero son personas a las que seguirás amando igual.

Tal vez si algún amigo o un colega del trabajo o un empleado te hiciera algo parecido no le volverías a hablar nunca más, pero a esta persona en especial, aunque a veces no sientas tanto el amor, sabes que la sigues amando.

Que no estés sintiendo la pasión constantemente no quiere decir que no la sientas.

Sí, hay aspectos en tu trabajo que te apasionan mucho más que otros. Hay momentos, por ejemplo, uno romántico con tu pareja, en donde el arrebato que sientes es mucho más intenso que para otras de tus actividades cotidianas. Pero que no estés sintiendo la pasión constantemente no quiere decir que no la sientas del todo por algo o alguien determinado.

Aunque a veces haya días en los que sientas que quieres más o quieres menos a tus padres o a tus hijos, no quiere decir que estés aumentando o disminuyendo tu amor por ellos, igual sucede con la pasión.

¿De qué me sirve saberlo?

Es importante saber identificar la pasión precisamente para no dejar ir a esa persona, actividad o trabajo que no sabías que te apasionaba porque lo que sentías “no era tan intenso”.

Algunas veces estamos tan desesperados buscando explosiones de adrenalina o felicidad enérgica que dejamos de valorar a ese algo o alguien que siempre está ahí, porque representa una felicidad tan constante que casi se vuelve invisible. ¿Y qué sucede con esto? Algunas veces no mucho, pero otras veces te llaman a seguir buscando pasiones intensas en lugares distintos, en vez de admitir que ya las estás viviendo. También puedes darte cuenta de que sí sentías mucha pasión cuando ya es demasiado tarde, cuando ya perdiste el trabajo o cuando tu pareja se siente tan incomprendida que termina la relación. Y es ahí, cuando ya no está, que empiezas a ver lo mucho que lo disfrutabas.

Debo confesar que alguna vez me pasó con un programa de televisión. Lo disfrutaba, sobre todo porque cualquier cosa que tenga que ver con sexología y televisión me gusta. Pero sentía que no era el mejor programa del mundo y quería hacer algo diferente.

Un día el programa terminó, porque la televisión es así, los programas van y vienen, pero me tardé una semana en comprender lo mucho que significaba para mí ese show y mis compañeros. Tenía un espacio de una hora en donde podía hablar de sexualidad y relaciones, pero así de rápido se esfumó.

Y es ahí, cuando ya no está, que empiezas a ver lo mucho que lo disfrutabas.

Ahora, esto por supuesto no quiere decir que no vas a volver a sentir algo tan poderoso. En mi caso, después de ese programa siguieron muchos otros que me han encantado y sigo en algunos que también disfruto mucho. Solo que no dejo de recordar todo ese tiempo que perdí pensando que quería algo más, en vez de haber aprovechado la oportunidad de disfrutar al máximo estar en el lugar y con las personas que me divertían.

Lo mismo pasa con las parejas. He visto muchas relaciones en donde uno de ellos se la pasa quejándose del otro y viendo solo lo malo. Algunas veces hasta diciendo que está harto y que le gustaría conocer a alguien más: “No le gusta lo mismo que a mí”; “Nunca me acompaña a tal lugar”; etc. Y cuando de repente termina la relación, solo pasan algunos días antes de darse cuenta de lo mucho que se extrañan.

Tiempo después de la ruptura, al hablar con esas personas que tanto se quejaban, ya no se acuerdan de lo que tanto les molestaba, sino de los momentos felices que tuvieron junto a esa persona que ya no está. Hablan de cómo extrañan los domingos de ir al cine, los chistes que solo ellos entendían o lo mucho que apreciaban que el otro siempre hiciera el esfuerzo por acompañarlos a lugares que quizá no disfrutaban tanto.

El mensaje que me gustaría que conservaras es que no dejes de valorar esas pasiones “chiquitas” o “no tan intensas” por estar siempre buscando “la leyenda de la pasión”, eso que alguien más te dijo que debías sentir o buscar.

Como ya lo he mencionado, todos sentimos la pasión de una manera diferente. Para algunas personas puede ser muy intensa, como la historia de mi amiga Ana, y para otras la pasión es más sutil. Pero al final, pese a tener momentos no tan agradables, como sentir que se te revuelve el estómago o experimentar ansiedad, la mayoría de nosotros la buscamos y disfrutamos sentirla.

Comparar la pasión de otros con la tuya no sirve.

Comparar la pasión de otros con la tuya no sirve si empiezas a creer que una es mejor que la otra. Porque no solo hay muchas formas de sentirla, también tenemos diferentes pasiones que, aunque no necesariamente terminen acomodándose por jerarquía de importancia, pueden vivirse de maneras muy diversas.

Algunas frases de cómo se siente la pasión

Decidí aprovechar mi Instagram para hacer una pequeña encuesta acerca de cómo sienten la pasión las personas que me siguen y, después, publiqué en mis historias algunas de las respuestas que me compartieron. Todas son diferentes e interesantes, pero lo que más me gustó fue ver que algunas personas se sentían identificadas con muchas de las respuestas y me escribían: “¡Justo así se siente!”.

Tal vez para ti es difícil describir cómo sientes la pasión y yo no te puedo dar una respuesta concreta, pero te voy a dejar aquí algunos comentarios que me dieron. Quién sabe, tal vez logres identificarte con alguno de ellos o, al momento de leerlos, empieces a darle forma a tu pasión y a la manera en que la vives.

LA PASIÓN ES…

Como una emoción que no puedo controlar.

Como si mi mente no pudiera opinar porque algo más fuerte me domina.

Cuando no puedes dejar de pensar en ella y cuando, estando juntos, solo sientes que el Big Bang vuelve a suceder.

Una descarga de energía que te nubla poco a poco la razón.

Como cuando subes en un elevador: sientes que todo por dentro se te mueve.

Como si fuera gasolina y me prendieran con un fósforo.

Como un impulso muy fuerte que crece tanto que puedes perderte en tus emociones.

Una sensación como de explosión, es liberar esas emociones del momento.

Cosquilleo, mareo y adrenalina.

Cosquilleo por todo el cuerpo y más en la entrepierna.

Una sensación que inspira y me hace dar un extra en mis actividades, muy indescriptible.

Energía que pasa demasiado rápido por tu cuerpo, una sensación de adrenalina.

Vacío en el pecho, aumento de la respiración, nervios y ansiedad.

Un nerviosismo indescriptible, alegría y satisfacción.

Respiración agitada, sudor de manos y una emoción en el pecho que se desborda.

Ganas de hacer el amor como loco todo el tiempo con mi novia.

Sentir que me tiembla todo el cuerpo y que realmente es interno.

Como un sentimiento de tranquilidad y felicidad, más si estás con la persona que quieres.

Felicidad pura. Indescriptible.

Como cuando vas de bajada en una montaña rusa.

El corazón en la garganta, mareo, sensación de fuerza y debilidad, sueñas pero no duermes.

Como si solo existiera felicidad, nervios y emoción. Todo es bueno y solo con verla, olvidas lo malo.

Como un arranque muy acelerado de tus emociones, difícil de controlar.

Descontrol en el cuerpo, los latidos y la mente se aceleran y no puedes dominar tus nervios.

Un placer indescriptible y simplemente sales de este mundo a otro en el que solo existen los dos amantes.

Re-apasiónate

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