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1.6 MUERTE Y LEGADO

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Turing fue arrestado en 1952 luego de informar a la Policía de una relación homosexual. Y es que por aquellos años en el Reino Unido tener una relación homosexual estaba penado por ley. Así lo explican algunos de sus biógrafos: «Acudió a la Policía [Turing] porque lo habían amenazado con un chantaje. Fue juzgado como homosexual el 31 de marzo de 1952, sin ofrecer ninguna defensa. Declarado culpable, se le dio la alternativa de ir a la cárcel o recibir inyecciones de estrógenos durante un año. Aceptó esta última y volvió a dedicarse a una amplia gama de actividades académicas» (O’Connor y Robertson, 2003).

Esas actividades académicas consistían en sus trabajos sobre reacciones químicas, las cuales también lo habían entusiasmado; era de esperar que nunca lo pudiese superar, pues dos años después murió por un envenenamiento por cianuro de potasio mientras trabajaba en algunos experimentos de electrólisis. Como se indica: «El cianuro se encontró en una manzana a medio comer a su lado. Una investigación concluyó que se lo había autoadministrado, pero su madre siempre mantuvo que fue un accidente» (O’Connor y Robertson, 2003).

Su muerte siempre se ha mantenido en un manto de dudas. Por ejemplo, su madre, Sara Turing, en su libro Alan M. Turing, más que un enigma sobre la vida de su hijo, siempre mantuvo la posición de que fue un accidente y no un suicidio. Por otro lado, en el mismo libro y en una versión posterior, se añadió una memoria del hermano mayor, John Turing, el cual relata algunas excentricidades18 de su hermano menor y deja entrever que, si tanto él como sus padres lo hubieran comprendido desde joven, Turing hubiera vivido (Turing S. , 2018, pág. 293).

La relación de su familia hacia Alan Turing no fue fácil, pues, para ellos, él era muy distinto y le costaba aceptar las normas sociales. John Turing, al contrario de su madre, parece convencido de que fue un suicidio (según él producto de su largo estrés en su periodo de trabajo en Bletchley), y relata que la hipótesis de su madre es infundada (Turing S. , 2018).

Sea cual fuera la situación, la vida de Turing, aunque corta, fue fructífera, creativa, innovadora en todos los sentidos de la palabra. Una mente brillante que pudo crear todo un nuevo campo de estudio, que, si no hubiera sido por él, habría tardado muchos años más en surgir. Sin contar las innumerables vidas que salvó gracias a sus trabajos para desencriptar Enigma.

En suma: el legado de Turing es indiscutible.

Primero, fue artífice del modelo conceptual de cómo funciona la computación o, para decirlo con otras palabras, describió matemáticamente cómo funciona un algoritmo para resolver un problema. Esas ideas permitieron a otras grandes mentes crear el primer ordenador digital y, después de ello, el nacimiento de los lenguajes de programación (en particular, los del paradigma imperativo19, que son los que se acercan más a sus ideas). Cuando usamos un ordenador, implícitamente, estamos usando las ideas de Turing. Por ello, no es de extrañar que el premio más importante de la informática o computación en la actualidad lleve su nombre.

Segundo, propuso diferentes ideas sobre lo que podrían hacer las máquinas para simular el cerebro humano, lo que hoy conocemos como inteligencia artificial. Su experimento mental (el juego de la imitación), que busca responder si un programa de ordenador puede hacerse pasar por un humano, aún hoy trae de cabeza a ingenieros, científicos y filósofos. Sigue siendo una pregunta abierta.

Tercero, se adentró en temas de matemática biológica y operaciones de reacciones químicas, campo en el que publicó algunos artículos, y se interesó por cómo se comportaban los seres vivos.

Y no menos importante fue su participación en la Segunda Guerra Mundial trabajando en el desencriptado de mensajes de la máquina Enigma. (Una misión que se mantuvo oculta durante varias décadas). Junto a un equipo multidisciplinar, pudo aportar, con sus conocimientos teóricos, nuevos métodos para acelerar la operación (o computación) del desencriptado. Así que no solo hizo aportes a la teoría de la computación o la inteligencia artificial, sino también a la criptografía.

No obstante, fue víctima de la sociedad de su tiempo, que, atrasada en ideas absurdas, truncó lo que podría haber sido un futuro aún más grande.

Mentes geniales. La vida y obra de 12 grandes informáticos

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