Читать книгу Traducción, humanismo y propaganda monárquica - Cinthia María Hamlin - Страница 10

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Nótese lo similar que son estos postulados a mis planteos en RLM y mis artículos posteriores.70 Para justificar su aseveración reenvía a las 10 páginas que resumí arriba de su libro de 2011 (p. 54-63), donde como señalé no se detiene en la funcionalidad estrictamente política y, además, las pocas veces que destaca la «apología» o «propaganda» lo hace en relación a los Reyes Católicos y nunca específicamente a la figura de Fernando. La traducción y glosa de Villegas en tanto propaganda y apología fernandina fue postulada —y probada— en mis trabajos.

En 2016 publica el capítulo «Entre adivinación y brujería: el Infierno de Pedro Fernández de Villegas (Burgos, 1515)». Se detiene aquí en el análisis de la glosa al canto XX, haciendo también aportes muy interesantes acerca de los postulados de Villegas en torno a la brujería y su relación con el Malleus Mallificarum (Martillo de las hechiceras) y otros tratados de brujería del momento. Sin embargo, también en la introducción del trabajo, Mondola introduce al pasar la nueva datación del casamiento de doña Juana (1502),71 la cual fecho en mis trabajos 2012b, 2013a y 2013b —y a la que refiero luego en los subsiguientes—, pues es fundamental para datar la traducción (vid. infra capítulo 1). Asimismo, al presentar el funcionamiento de la glosa, señala:

la lectura del comentario burgalés revela una dinámica de apropiación y adaptación del texto landiniano y una voluntad de hacer de su glosa dantesca un medio para divulgar los preceptos de la doctrina católica. Villegas reelabora el texto del Comento según su ideología, añadiendo citas y referencias cuando la interpretación de su modelo le parece pobre, cortando u omitiendo algunos pasajes cuando la glosa italiana es, en su opinión, demasiado prolija [...]. (p. 387-388)

Aquí también parafrasea y resume el resultado de mis trabajos anteriores, especialmente el de «Villegas y Landino: traducción y reapropiación».72

Entre 2015 y 2017 salieron publicados dos artículos de la investigadora catalana Marta Marfany.73 En el primero Marfany hace un gran aporte acerca de la vida de Juana de Aragón —la mecenas de la traducción— en Barcelona, antes de casarse con el Condestable don Bernardino Fernández de Velasco y mudarse a Burgos. Asimismo, ofrece un nuevo dato documental —el prólogo de una traducción de Hernando Díaz— que prueba las dudas que poseía Villegas, años previos a 1515, sobre publicar su traducción (p. 415). Finalmente, se detiene en un análisis de dos pasajes del canto V y su relación con la glosa, gracias al cual logra probar cómo Villegas para el armado de estos pasajes se basa no sólo en Landino, sino también en los comentarios de Benvenuto da Imola, Boccaccio y Francesco da Buti. Su estudio, por tanto, ofrece varias nuevas contribuciones. Cabe mencionar que Marfany repasa mis aportes sobre la filiación de los testimonios y las nuevas fechas (de la traducción, la glosa, la muerte de la anterior mujer del Condestable, el casamiento de Juana), reenviando a la bibliografía correspondiente. En su segundo artículo se dedica a comparar las traducciones del pasaje de Paolo y Francesca en la traducción de Andreu Febrer, la de Villena y Villegas y la francesa de un manuscrito anónimo (c. 1491-1530).

Finalmente, en 2017 Mondola publica su nuevo libro donde acude a información, metodología y diversos análisis que yo había publicado en varios artículos.74 El detalle de esta situación fue expuesta recientemente por José Manuel Lucía Megías en su reseña del libro en cuestión,75 por lo que aquí solo mencionaré, a modo de ejemplo, una cuestión. En la introducción del libro repasa la vida de doña Juana en Barcelona, detallando lo datos ofrecidos por Marfany, a quien remite en nota al pie. Da cuenta, por tanto, de una profunda lectura del trabajo de la crítica catalana. Como ya señalé, Marfany destacaba el aporte que significó mi trabajo para las fechas, las cuales resumía al comenzar su texto —y repetía en la p. 452 que él cita—.76 Sin embargo, Mondola presenta estas fechas, basándose en los mismos archivos y pasajes de la glosa que cito, para proponer la misma nueva datación y postular también dos «etapas que jalonan la labor».77 Su lectura de Marfany evidencia que estaba al tanto de la re-datación realizada en mis trabajos, más allá de que ya los había citado en la primera nota al pie de todos sus artículos.78

Espero que el lector interesado sepa comprender, por tanto, que las numerosas similitudes que presenta este libro de 2019 con el de Mondola de 2017 no se deben a una influencia de su trabajo en el mío, pues mi investigación es anterior. En efecto, a través de este libro el lector podrá tener una visión más completa de una investigación que se había publicado sólo de manera parcial y fragmentada pues, como ya señalé, el sistema científico argentino valora más los papers de alto impacto que los libros. Podrá entender, asimismo, que no referiré al libro de Mondola de 2017 —pues, como ya señalé, es posterior a lo que presento aquí—,79 excepto pocos casos en los que resulte pertinente hacer alguna aclaración. En relación a mis artículos, actualizo la bibliografía general y sumo algunos apartados —los señalaré oportunamente— con datos que surgieron en mis últimas investigaciones, las cuales se enmarcan en el proceso de preparación de una edición crítica de la traducción del Infierno de Fernández de Villegas.

1. Gianfranco Folena, «Volgarizzare e tradurre: idea e terminología della traduzione dal MedioEvo italiano e romanzo all’ Umanesimo europeo», en La Traduzione. Saggi e studi, Trieste, Lint, 1973, pp. 57-120 y Volgarizzare e tradurre, Turín, Einaudi, 1991; Wittlin, Curt, «Les traducteurs au Moyen Âge: observations sur leurs techniques et leurs difficultés», en Actes du XIIIe Congrès international de linguistique et philologie romane Québec, Université de Laval, 1976, t. II, pp. 601-60; Claude Buridant, «Translatio medievalis. Théorie et pratique de la traduction médiévale», Travaux de linguistique et de litterature, XXI, 1 (1983), pp. 81-136; Peter Russell, Traducciones y traductores en la Península Ibérica (1400-1550), Universidad autónoma de Barcelona, Bellaterra, 1985; Rita Copeland, Rhetoric, Hermeneutics, and Translation in the Middle Ages, Cambridge, Cambridge University Press, 1995; Joaquín Rubio Tovar, «Algunas características de las traducciones medievales», Revista Literatura Medieval, 9 (1997), pp. 197-243.

2. Jeanette Beer, Medieval Translators and Their Craft. Studies in Medieval Culture XXV, Kalamazoo, Western Michigan University, 1989 y Translation Theory and Practice in Middle Ages, Michigan, Medieval Institute Publications, 1997; Eva Muñoz Raya y Juan Paredes Núñez, coords., Traducir la Edad Media. La traducción de la literatura medieval románica, Granada, Editorial Universidad de Granada, 1999; Tomás Martínez Romero y Roxana Recio, Essays on Medieval Translation in the Iberian Peninsula, Castelló-Omaha, Universitat Jaume I-Creighton University, 2001; Rossana Cantavella, y Marta Haro, Traducción y práctica literaria en la Edad Media románica, València, Universitat de València, 2003; Silvia Delpy, Leonardo Funes y Carina Zubillaga, Estudios sobre la traducción en la Edad Media, Buenos Aires, Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras, 2009; Elisa Borsari, «En lengua vulgar castellana traduzido»: ensayos sobre la actividad traductora durante la Edad Media, Cilengua, San Millán de la Cogolla, 2015.

3. Carlos Alvar y José Manuel Lucía Megías, Repertorio de traductores del siglo XV, Madrid, Ollero y Ramos, 2009 y Carlos Alvar, Traducciones y traductores. Materiales para la historia de la traducción en Castilla durante la Edad Media, Madrid, Centro de Estudios Cervantinos, 2010. Ha sido también un aporte bibliográfico esencial el trabajo de Juan Carlos Conde «Ensayo bibliográfico sobre la traducción en Castilla del siglo XV: 1980-2005», Lemir: Revista de Literatura Española Medieval y del Renacimiento, 10 (2006).

4. Alvar y Lucía Megías, Repertorio..., op. cit., p. 257.

5. Rubio Tovar, «Algunas características...», art. cit., p. 203.

6. Rubio Tovar, «Algunas características...», art. cit., p. 207.

7. Ana Castaño, «Primeros comentarios a Dante hechos en la Península Ibérica, y su relación con las traducciones», en Caballeros, monjas y maestros en la Edad Media. Actas de las V Jornadas Medievales, México, UNAM-El Colegio de México, 1996, pp. 263-273, cita en p. 264.

8. Para toda la serie de sinónimos con los que se designaba la práctica traductora, así como sus leves diferencias semánticas, véase Folena, Volgarizzare..., op. cit., pp. 35-39.

9. Para un primer panorama de todo lo anterior véase la introducción del trabajo de Copeland (Rhetoric, Hermeneutics..., op. cit., pp. 1-8), donde da un primer panorama en el que expone todas estas ideas que luego desarrollará con profundidad en su estudio.

10. Como aclara Rubio Tovar («Algunas características...», art. cit., p. 208), la retórica se erigió a sí misma en una disciplina fundamental de capacidad creadora y que limitó la competencia de la gramática a la enarratio poetarum —es decir, a glosar e interpretar a los poetas—. Cicerón en De inventione, define su práctica de orator distinguiéndola de la del interpres: «traducir» («conuertere») como orador es hacerlo según los poderes de la retórica, de la inventio, conservando ideas (sententiae) y figuras (formae tanquam figurae) pero acomodándolas al uso de Roma y, por tanto, sin la obligación que tiene el interpres, a saber, trasvasar una por una las palabras. Para más profundidad, véase Copeland, Rhetoric, Hermeneutics..., op. cit., especialmente el primer capítulo: «Roman Theories of Translation: the Fusion of Grammar and Rhetoric», pp. 9-36. Resulta pertinente aclarar que en el mundo clásico no existía nuestro concepto de traducción: el término que usa Cicerón, de hecho es «conuertere». Además de Folena, para la evolución del concepto de traducción de la cultura clásica a la cristiana véase Maurizio Bettini, Vertere: un’antropologia della traduzione nella cultura antica, Turín, Einaudi, 2012.

11. Véase Rubio Tovar, «Algunas características...», art. cit., p. 211.

12. Resulta pertinente señalar que el caso de Cartagena, según señala Morrás («El debate entre Leonardo Bruni y Alonso de Cartagena», Quaderns. Revista de traducció, 7 [2002], pp. 33-57, cita en p. 52) «impide la fácil utilización de etiquetas». En efecto, aunque en su famosa discusión con Bruni sobre cómo traducir la Ética de Aristóteles el obispo burgalés critica la traducción del florentino defendiendo acérrimamente la necesidad de una traducción literal, su postura se debe a que no concibe el texto de Aristóteles como literario —como sí lo concibe Bruni— sino como científico. En textos literarios, sin embargo, sí está más a favor de una traducción ciceroniana, es decir, retórica. Como aclara muy bien Morrás, este debate se mal interpretó en términos de disputa entre humanismo —Bruni— y escolasticismo medieval —Cartagena—, cuando en realidad la mayoría de los postulados de Cartagena son altamente humanistas. El problema, concluye Morrás, no se debe a una concepción diversa de la traducción, sino a una concepción diversa de la obra de Aristóteles. Puede consultarse también Tomás González Rolán, A. Moreno Hernández, P. Saquero Suárez-Somente, Humanismo y teoría de la traducción en España e Italia en la primera mitad del siglo XV (Edición y estudio de la controversia alphonsiana), Ediciones Clásicas, Madrid, 2000.

13. Véase Roxana Recio, «Alonso de Madrigal (El Tostado): la traducción como teoría entre lo medieval y lo renacentista», La corónica, 19, 2 (1990-1991), pp. 112-131, especialmente pp. 114-115.

14. En Aragón, sin embargo, las ideas de San Jerónimo perduraron e influyeron, por ejemplo, en la traducción literaria que Andreu Febrer realizó de la Divina Commedia. Véase Contreras Martín, Antonio, «A propósito de la Commedia de Dante en una traducción catalana medieval de Andreu Febrer», Revista de Poética Medieval, 5 (2000), pp. 11-25.

15. Recio, «Alonso de Madrigal...», art. cit., cita en p. 113.

16. Margherita Morreale, Castiglione y Boscán: el ideal cortesano en el Renacimiento español, Madrid, Biblioteca de la Real Academia Española, 1959, v. I. Las referencias a la evolución y tensión entre las posiciones tradicionales y la emergente «tradición liberal» se encuentra en las pp. 15-26.

17. Gómez Redondo, Fernando, Historia de la Prosa Medieval Castellana. Madrid, Cátedra, 2007, vol. III, pp. 2111-2 y 2135-48. El caso de las Décadas es sumamente interesante pues López de Ayala, si bien se ayuda de un original latino, para traducir se basa en la versión francesa de Bersuire. Véase Curt Wittlin, «Hacia una edición crítica de la traducción de las Décadas de Tito Livio hecha por Pero López de Ayala», Revista Canadiense de Estudios Hispánicos, 1.3 (1977), pp. 297-306.

18. Para una descripción codicológica y del contenido mínimo de estos manuscritos véase el estudio clásico de Mario Schiff, La bibliothèque du Marquis de Santillane. Étude historique et bibliographique de la collection de livres manuscrits de don Iñigo López de Mendoza, 1398-1458, marqués de Santillana, conde del Real de Manzanares humaniste et auteur espagnol célèbre, París, Bibliothèque de l’École des Hautes Études, Sciences Historiques et Philologiques, 1905, pp. 275-307 y Margherita Morreale, «Apuntes bibliográficos para el tema de Dante en España hasta el s. XVII», en Escritos escogidos de lengua y literatura española, José Luis Rivarola y José Pérez Navarro, eds., Madrid, Gredos, 2006 [1967], pp. 213-250, especialmente pp. 220-3.

19. Mario Penna, «Traducciones castellanas antiguas de la Divina Comedia», Revista de la Universidad de Madrid, 14 (1965), pp. 81-127; Morreale, «Apuntes bibliográficos...», art. cit; Carlos Alvar, «Notas para el estudio de las traducciones italianas en Castilla durante el siglo XV», Anuario Medieval, 2 (1990), pp. 23-41; Traducciones y traductores... op. cit., pp. 340-3; Alvar y Lucía Megías, Repertorio..., op. cit. Para un estudio que incluya no sólo la suerte de la materia dantesca en relación a sus traducciones, sino sobre todo su circulación e influencias literarias véase el clásico Arturo Farinelli, «Dante in Ispagna nell’Età Media» en Dante in Spagna-Francia-Inghliterra-Germania, Turín, Bocca, 1922.

20. Véase al respecto Paola Calef, «‘En el medio del camino’. Intorno alla traduzione della Divina Commedia di Enrique de Villena», en Actas del VIII Congreso de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval, Santander, Gobierno de Cantabria-Año Jubilar Lebaniego-Asociación Hispánica de Literatura Medieval, 2000, I, pp. 453-465, referencia en p. 458.

21. José Antonio Pascual Rodríguez, La traducción de la Divina Commedia atribuida a D. Enrique de Aragón: estudio y edición del Infierno, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1974.

22. Elvira Devilla, La Traduzione della Divina Commedia attribuita a Enrique de Aragón. Edizione del Purgatorio, Tesis inédita de la Università degli studi di Firenze, 1985; Barbara Zecchi, La traducción de la Divina Commedia a atribuida Enrique de Villena. Estudio y edición del «Paradiso», Tesis inédita de la Università Ca’ Foscari di Venezia, 1985-6; Pedro Cátedra, ed., Enrique de Villena, Obras Completas, III. Traducción y glosas de la «Eneida», libros IV-XII. Traducción de la Divina Commedia, Madrid, Biblioteca Castro, 2000.

23. Agradezco a la Dra. Calef el haberme facilitado antes de que se publique un ejemplar de su tesis inédita de 2001. Ahora puede consultarse en Il primo Dante in castigliano. Il Codice madrileno della Commedia con la traduzione attribuita a Enrique de Villena, Alessandria, Edizione dell’Orso, 2013.

24. Véase Gerhardt Powitz, «Textus cum commento», Codices Manuscripti, 3 (1979), pp. 80-9.

25. La «Divina Comedia» de Dante Alighieri. «El Infierno». Texto Italiano, con la versión que hizo en coplas de arte mayor Don Pedro Fernández de Villegas, arcediano de Burgos y fue impresa en dicha ciudad en 1515. Sale ahora ilustrada con láminas, copia fiel del gran trabajo hecho a pluma por el Caballero Francisco Scaramuzza, Director de la Real Academia de Parma y fotografiada por Don José Suárez, Madrid, Establecimiento Tipográfico de Tomás Rey y Compañía, 1868.

26. Véase al respecto el artículo de Penna «Traducciones castellanas...», art. cit., donde además de describir este manuscrito, transcribe todo el fragmento donde se encuentra la traducción en las pp. 111-127.

27. Armida Beltrani, «D. Pedro Fernández de Villegas e la sua traduzione della prima cantica della Divina Commedia», Giornale Dantesco, 23 (1915), pp. 254-293.

28. Joaquín Arce, «La lengua de Dante en la Divina Comedia y en sus traductores españoles», Revista de la Universidad de Madrid, XIV (1965), pp. 9-48, se dedica al texto de Villegas entre las pp. 26-29.

29. Maribel Andreu Lucas, La amplificación en el Infierno de Dante traducido por Pedro Fernández de Villegas (Burgos 1515), Tesis presentada en la Universidad de Barcelona, 1995 y «Traducir el italiano de Dante en la castilla del siglo XVI: el Infierno según Pedro Fernández de Villegas», en Actes del III Congrés Internacional sobre traducció, Barcelona, Universitat Autònoma de Barcelona, 1996, pp. 293-302. Agradezco a Andreu Lucas el haberme facilitado un ejemplar de su tesis.

30. Maribel Andreu Lucas, La amplificación..., op. cit., p. 432. El apartado final de las conclusiones ocupa las pp. 423-436.

31. Ibid., p. 433.

32. Ibid, p. 436.

33. Roxana Recio, «La evolución de las ideas sobre traducción y traductor en Castilla: La introducción del Infierno de Villegas», en Actes del VII Congrés de l’Associació Hispánica de Literatura Medieval (Castelló de la Plana, 22-26 de Setiembre de 1997), Universitat Jaume I, 1999, vol. 3, pp. 213-220.

34. Roxana Recio, «Landino y Villegas: análisis de una traducción del Infierno de Dante», Voz y Letra, Revista de Literatura, 10, 1 (1999), pp. 25-39, cita en p. 38.

35. Thomas Rea Fine, Fernández Villegas’s translation and commentary on Dante’s «Inferno», University of Michigan, University Microfilms International, 1981.

36. Ibid., p. 20 y 34, entre muchos otros casos.

37. Jeremy Lawrance, «Humanism in the Iberian Peninsula» en Anthony Goodman & Agus Mackay, eds., The lmpact of Humanism on Western Europa, Londres, Longman, 1990, pp. 220-258, primera referencia al respecto en p. 222.

38. Transcribo algunos ejemplos: «don Pedro [...] immetendo particolari sovrabbondanti che allontanano la traduzione della magia e studiata brevità del passo dantesco» (p. 113); «Le aggiunte di Villegas […] molto spesso appesantiscono il testo, diluendolo in una ‘sovrabbondanza di parole inopportune’ (Beltrani), molte amplificazioni non aggiungono elementi rilevanti» (p. 114); «le aggiunte dell’archidiacono non sono sempre pertinenti» (p. 116); «Confrontando l’Infierno di don Pedro con il testo italiano, balza agli occhi la distanza tra la straordinaria capacità di sintesi dantesca [...] e la pesantezza di alcune soluzioni trovate da Villegas» (p. 116); «l’abilità dantesca nel descrivere il movimento [...] viene alterata irrimediabilmente, con l’aggiunta di particolari estranei al testo dantesco» (p. 120); «il passo è oggetto di un inapprorpriato cambiamento» (p. 123); «le aggiunte di Villegas allontanano sensibilmente la traduzione da quanto espresso da Dante nell’originale» (p. 124); «L’ampliamento crea un’atmosfera maggiormente paurosa, ma risulta del tutto inappropriato, visto che di diavoli Dante non parla affatto» (p. 133); «ma l’impressione che si ricava è di una eccessiva pesantezza, un’enfasi ingiustificata nei confronti di dannati» (p. 138). En la conclusión vuelve a señalar la «inadeguatezza della parola poetica dell’arcidiacono di Burgos rispetto al genio, letterario e linguistico di Dante» (p. 209).

39. Cinthia Hamlin, «Nota-reseña de R. Mondola, “Dante nel Rinascimento castigliano. L’Infierno di Pedro Fernández de Villegas”, Incipit, XXXII (2012-2013), 320-9, esp. p. 25.

40. Para datos más precisos sobre este problema puede consultarse la reciente reseña de José Manuel Lucía Megías, «Sobre textos, traducciones medievales y otros demonios (reseña crítica de Dante vestido a la castellana. El Infierno de Pedro Fernández de Villegas de Roberto Mondola)», Revista de Literatura Medieval, 31 (2019).

41. Ejemplifico resaltando las frases introductorias, en las que se ve el proceder de Mondola. De aquí en más el resaltado es siempre mío. Dice Arce (p. 27-8): «Como latinismos indudables, por la conservación de determinadas vocales o grupos consonánticos, deben interpretarse los siguientes: flama (II, XXVI), fluctos (XV), pluuia (VI), claues (XIX), pecto (XXVIII), cóclea (XXV), túrbido (IX, X, XXVI), fúlgura (XIV); otros latinismos coinciden con la forma italiana: superbo (I, XV), superbia (VI), loquela (X), pigricia (III), nequicia (XXIX), cibo (XIV), ripa (XVII), naso (XIX), palude (III), casso (XXV, XXVI), nouelo (XXIV)». Mondola, 2011, p. 183: «don Pedro utilizza nella sua traduzione svariati latinismi [...] tra cui il ben attestato flama (canti II e XXVI), fluctos (canto XV), pluuia (canto VI), claues (canto XIX), pecto (canto XXVIII), cóclea (canto XXV), túrbido (canti IX, X, XXVI), fúlgura (canto XIV); latinismi coincidenti con le forme italiane sono superbo (canti I, XV), superbia (canto VI), loquela (canto X), pigricia (canto III), nequicia (canto XXIX), cibo (canto XIV), ripa (canto XVII), naso (canto XIX), palude (canto III), casso (canto XXV), nouelo (canto XXIV)».

Respecto de los italianismos, dice Arce (p. 28 y 27): «Entre los italianismos indiscutibles se hallan los siguientes: lordo (VI), foce (XIII), coratela (XXVIII), muso (XXII) [...], matino (XXVI), putana (XIII, XVIII, XIX) [...]. La italianizacion es tambien evidente en unas cuantas formaciones diminutivas: floretas (II), flamecetas (VIII), barqueta (VIII), uergueta (IX), joueneta (XVIII), ruscelete «ruscelletto» (XXXIV); «Entre aquellas [primeras documentaciones] a las que se ha dado una fecha posterior figuran [...] foso (XXVIII) y fosa (XXIX) [...] considerada, la primera, como evidente italianismo por Terlingen». Dirá Mondola (p. 183) «sono frequenti gli ital ianismi come foso (canto XXVIII), che Terlingen considera un calco italiano, lordo (canto VI), foce (canto XIII), coratela (canto XXVIII), muso (canto XXII), matino (canto XXVI), putana (canti XIII, XVIII, XIX) [...]. Il processo di italianizzazione si rivela nell’uso di alcuni diminutivi, quali floretas (canto II), flamecetas (canto VIII), barqueta (canto VIII), uergueta (canto IX), joueneta (canto XVIII), ruscelete (canto XXXIV)».

42. La similitud de su trabajo con el de A. Lucas se ve a primera vista sólo cotejando los índices analíticos de cada capítulo en cuestión. El de Mondola 2011 se subdivide así: 1.– Paura di Dante; 2.– Dolore, compassione, e fatica; 3- Diminutio Dante auctor; 4- Il ruolo di Virgilio; 5- Orrore dell’ Inferno; 6- Pene e sofferenze dei dannati; 7- Irreducibile malvagità dei dannati (beatitudine, aggiunte morale)]. Copio a continuación el de Andreu Lucas (1995), poniendo entre corchetes en cuál de sus apartados Mondola lo utiliza —aunque muchas veces para armar el suyo extrae fragmentos de diversos apartados de A. Lucas—: 1. El poeta Dante 1.1.1. Verdad contra «ficción poética» 1.1.2. Imprecisión de la palabra 1.1.3 verdad contra ficción poética (aquí habla Lucas de la «diminución de las capacidades racionales» de Dante en relación a su capacidad de relatar el viaje, todo el apartado corresponde a [3]: «Diminutio Dante autore» de Mondola); 1.2. El personaje Dante, 1.2.1 El temor [1], 1.2.2 El dolor [2]; 1.2.3. Otros sentimientos o actitudes (aquí A. Lucas habla del «cansancio y temor unidos» [2]; 2. Virgilio 2.1. Retrato alegórico; 2.2. Retrato humano [4]; 3.– Condenados, pecadores y pecados [6], 3.1. Juicios generalizadores 3.4. Prioridad de la glosa: didactismo; 4.– Las penas [6]; 4.1. Consecuencias de la vida pecaminosa 4.2. Sufrimiento y tormento genéricos [6]; 4.3. Intensificación progresiva de los tormentos [6 y 7]; 4.4. Agravamiento del tormento, 4.5. Eternidad del sufrimiento [6 y 7], 4.6. Intentos de actualización del poema [Mondola se refiere a esto luego en otro apartado, p.139] 5.– El lugar 5.2. Uniformidad de características 5.2.1. Oscuridad, Perversidad, horror, ferocidad, 5.2.3. Sordidez 5.3. Intensificación del tormento por obra del lugar. Todo este apartado 5 se condensa en [5] «Orrore dell’Inferno».

43. Además de mi artículo de 2011 —sobre la glosa de Villegas, sus reflexiones lingüísticas y el humanismo peninsular—, puede verificarse la «fecha de recepción» del artículo de RLM —sobre la funcionalidad político-ideológica de la traducción— y de RFE —sobre la filiación de los testimonios—: marzo de 2010 y noviembre de 2011, respectivamente. El artículo de eHumanista 20 sobre Villegas y Landino es la ampliación de una ponencia leída en las Jornadas de Estudios Clásicos y Medievales —y publicada en Actas— el 6 octubre de 2011 (vid. capítulo 4, nota 1), mientras que el de e-Spania (2012e) es la ampliación de una ponencia leída el 7 de noviembre en el IV Congreso Celehis, también publicada en Actas (vid. capítulo 6, nota 1). El artículo de Letras —en el que desarrollo más pormenorizadamente (que en el de RLM) el problema de la datación—, corresponde al número dedicado a las Actas de las X Jornadas Internacionales de Literatura Española Medieval, llevadas a cabo en la UCA en agosto de 2011.

44. Para más detalles véase mi «Nota-reseña Roberto Mondola...», art. cit.

45. Nicholas Round, «Renaissance Culture and its Opponents in Fifteenth-Century Castile», Modern Language Review, 57 (1962), pp. 204-15; Francisco Rico, Nebrija frente a los bárbaros: el canon de gramáticos nefastos en las polémicas del humanismo, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1978; Peter Russell, «Las armas contra las letras: para una definición del humanismo español del siglo XV», en Temas de la Celestina y otros estudios: del Cid al Quijote, Barcelona, Ariel, 1978, pp. 207-239 y, por último, Ottavio Di Camillo, El humanismo castellano del siglo XV, Valencia, Fernando Torres, 1976 y su más reciente «Fifteenth-Century Spanish Humanism: Thirty-Five Years Later», La corónica, 39 (2010), pp. 19-66.

46. Además del ya citado «Humanism in the Iberian Peninsula», véase especialmente el trabajo donde formula por primera vez esta noción: Lawrance, Jeremy, «On Fifteenth-Century Spanish Vernacular Humanism», en Ian Michael y Richard Cardwell, eds., Medieval and Renaissance Studies in Honour of Robert Brian Tate, Oxford, Dolphin Books, 1986, pp. 63-79.

47. Di Camillo, El humanismo..., op. cit., especialmente pp. 43 y 49-52.

48. Julian Weiss, The Poet’s Art. Literary Theory in Castile c. 1400-1600, Oxford, University Press, 1990; «Las fermosas e peregrinas ystorias: sobre la glosa ornamental cuatrocentista», Revista de Literatura Medieval, 2 (1990), pp, 103-112; «Between the Censor and the Critic: Reading the Vernacular Classic in Early Modern Spain» en María José Vega Ramos, Julian Weiss & Cesc Esteve, Reading and Censorship in Early Modern Europe, Barcelona, Universitat Autònoma de Barcelona, 2010, pp. 93-112; Sol Miguel-Prendes, «La alteridad de la glosa: una aproximación al discurso ejemplar tardío-medieval», Actas del III Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española, Salamanca, Arco Libros, 1996, pp. 785-796; Cortijo Ocaña, Antonio y Julian Weiss, «El ‘Sermón de la Sagrada Escritura’ de Pseudo-san Agustín y la versión romance de Hernán Núñez: Notas sobre el Humanismo cristiano del primer renacimiento», La corónica, 37.1 (2008), pp. 145-74; Carmen Codoñer, «El modelo filológico en las Anotaciones» en Begoña López Bueno (ed.), Las «Anotaciones» de Fernando Herrera: Doce estudios, Sevilla, Universidad de Sevilla, 1997, pp. 17-36 y «El comentario de Hernán Núñez de Guzmán a Las trescientas de Juan de Mena. Un comentario del siglo XV» en Charlo Brea, coord., Humanismo y pervivencia del mundo clásico, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, IV (2), 2008, pp. 615-640; Teresa Jiménez Calvente, «Los comentarios a las Trescientas de Juan de Mena», Revista de Filología Española, 82 (2002), pp. 21-44.

49. Véase Segre, Cesare, «Per una definizione del commento ai testi», en Ottavio Besomi & Carlo Caruso, eds., Il commento ai testi, Basel-Boston-Berlin, Birkauser Verlag, 1992, pp. 3-14. Refiero específicamente a esta cuestión en el capítulo 2, nota 37.

50. Weiss, «Las fermosas e peregrinas...», art. cit., p. 103.

51. Miguel-Prendes, «La alteridad de la glosa...», art. cit., p. 785.

52. Para la especificación de cuáles son los estudios a los que me refiero aquí, reenvío a la introducción de mi primer capítulo.

53. Véase Josep Lluís Martos, comp., Del impreso al manuscrito en los Cancioneros, Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2011.

54. Delpy y Funes, Estudios sobre la traducción..., op. cit., cita en p. 12.

55. Di Camillo, «Entre personalismo e identidad nacional De Vita Beata de Juan de Lucena» en Modelos intelectuales, nuevos textos y nuevos lectores en el siglo XV: contextos literarios, cortesanos y administrativos. Primera entrega, Salamanca, SEMYR, 2012, pp. 215- 241, cita en p. 217.

56. Se trata del mecanismo deliberado o inconsciente por el cual se «malinterpreta» o «traiciona» las intenciones de un texto y que surge como resultado de un conflicto de objetivos entre el autor y el lector. Dirá Escarpit: «la sustitución de las intenciones originales del autor, que se han convertido en ininteligibles, por nuevas intenciones superpuestas, compatibles con las necesidades de un público nuevo: es el mecanismo que llamaremos más adelante la ‘traición creadora’» (Robert Escarpit, Sociología de la Literatura, Barcelona, Edima, 1965, p. 37)

57. Gabrielle Spiegel, «History, Historicism, and the Social Logic of the Text in the Middle Ages», Speculum, Ixv (1990), pp. 59-86, citas en p. 77.

58. Además del trabajo ya citado de Copeland (Rhetoric, Hermeneutics and Translation...) que aplica este enfoque específicamente al ámbito medieval, remito a los estudios más generales de George Steiner, Después de Babel. Aspectos del lenguaje y la traducción, México, Fondo de Cultura Económica, 2001 [1980]; Hans-Georg Gadamer, «Leer es traducir (1989)» en Arte y verdad de la palabra, Barcelona, Paidós, 1998; Wolfgang Iser, «La interpretación como traducibilidad» en Rutas de la Interpretación, México, Fondo de la Cultura Económica, 2000, pp. 29-41 y Paul Ricoeur, Sobre la traducción, Buenos Aires, Paidós, 2005.

59. Holmes, James, The Name and Nature of Translation Studies, Unpublished manuscript, Amsterdam, Translation Studies Section, Department of General Studies, 1972 y Translated! Papers on Literary Translation and Translation Studies, Amsterdam, Rodopi, 1988.

60. Utilizaré en especial los aportes de Gerardo Vázquez-Ayora, Introducción a la traductología, Washington, Georgetown University Press, 1977 y de Gerd Wotjak, «Técnicas de translación», en Medina, M., Caballero, L. y Martínez, F., eds., Aspectos fundamentales de la teoría de la traducción, La Habana, Ediciones Pueblo y Educación, 1981, pp. 197-229.

61. Pueden consultarse, además de los citados Tovar y Copeland, los ya canónicos Russel, Wittlin y Buridant.

62. Stephen Greenblatt, Shakespearean Negotiations: The Circulation of Social Energy in Renaissance England, Oxford, Clarendon Press, 1988 y Roger Chartier, El mundo como representación. Historia cultural: entre práctica y representación, Barcelona, Editorial Gedisa, 1992.

63. Clifford Geertz, The Interpretation of Cultures, Nueva York, Basic Books, 1997. Nuestra cita es de la traducción al castellano: La interpretación de las culturas, Barcelona, Gedisa, 1987 (4º reimpr. 1990), p. 192.

64. «Primera traducción impresa de la Divina Comedia en los albores del humanismo español: estudio del texto y de sus resonancias políticas y culturales», Universidad de Buenos Aires, 28 de noviembre de 2012.

65. Boletín de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, 90 (2014), pp. 151-172.

66. En el análisis de la incorporación de etimologías latinas yo decía «Las etimologías funcionan también, por tanto, como prueba fehaciente e irrefutable de este origen latino del castellano, permitiendo sustentar el «razonamiento etimológico» que está en la base de la reivindicación del castellano con ejemplos concretos que atestiguan su evolución histórica. (Hamlin 2011, p 81)». En 2014 (p. 167) Mondola dice «los latinismos léxicos empleados en los versos dan pie a la reflexión etimológica en la glosa: está claro que el intento de esta operación de Villegas es reivindicar el origen latino del romance castellano, pues la etimología es el argumento más incontrovertible para demostrar el nacimiento y la evolución de la lengua vernácula en la historia». En su libro de 2011 (p. 194) él refería a la cuestión del uso de la etimología y la justificaba según la intención de transmitir una enseñanza: «dall’analisi di questi brevi passi, si può vedere come per Villegas la ricerca constante dell’etimologia di vocaboli degni di interesse travalichi la primaria funzione linguistica per diventare un’indagine più ampia volta a scoprire il più autentico e profondo significato delle parole [...] si spiega, da parte di Villegas, la necessità [...] di illustrare l’etimologia di molti vocaboli indicanti un peccato: l’analisi linguistica diviene così neccesario veicolo per trasmettere un insegnamento morale».

67. En cuanto a la morfosintáxis, en Incipit, 2011 (p. 92) digo: «[L]a actitud reflexiva y comparativa respecto de los usos castellanos, latinos e italianos [...] aborda también cuestiones morfo-sintácticas. En el comentario a la primera copla del canto X, explica respecto de su traslado [...] ‘calle secreto, nuestra lengua castellana faze fenbra a la calle y pónela en género femenino, mas en la verdad segund el latín masculino es, por eso dize calle secreto, conformándonos con el texto del toscano’. [E]n la copla 3 del XXIV, refiriéndose a [...] ‘un roto puente’ agrega: ‘ya diximos como valle y calle y puente [...] fazemos los del género femenino [...] en latín y en el toscano nómbrase en masculino, diciendo aquel puente o vn puente roto como aquí dize’. Estas reflexiones, propias de la metodología de la gramática o lingüística comparada, le permiten al arcediano justificar por su mayor cercanía al latín la incorporación de calcos léxicos o morfosintácticos del italiano [...].» Mondola dirá (2014, p. 168): «En el plano morfo-sintáctico [...] [l]a reflexión puede aclarar también las diferencias entre castellano e italiano por lo que se refiere a la clasificación genérica de algunas palabras, como cuando Villegas explica que el uso de algunos sustantivos masculinos, aunque en castellano son femeninos, se debe a la voluntad de conformarse con el italiano, más cercano al latín: por ejemplo, el arcediano traduce ‘secreto calle’ (Inf X,1) con ‘calle secreto’ porque [ sigue con misma cita de glosa]. La misma dinámica se repite en el canto XXIV, cuando Villegas comentando el verso ‘mas cómo llegamos a un roto puente’ señala que [sigue el otro exacto mismo ejemplo de la glosa]». Antes afirmaba también (p. 166): «la reflexión puede tocar el tema de la relación entre distintas lenguas romances, según una metodología característica de la lingüística comparada».

68. El pasaje que parafrasea es aquel en el que comparo las razones de la justificación de Villegas con las de Hernán Núñez («una de las características principales del humanismo peninsular: la presencia de [...] este grupo de «amateurs cultos y liberales» [Lawrance] que lee y escribe en lengua vulgar pero sin la preparación escolar que posee la elite de literatos profesionales», p. 77) y culmina con el análisis de la intención de Villegas de ampliar su público —incluyendo a la elite y al nuevo público secular— (p. 78).

69. Dicenda. Cuadernos de Filología Hispánica, 33 (2015), pp. 227-252.

70. Algunos pasajes míos: «hemos adelantado la centralidad que tiene el comentario que acompaña la traducción en la configuración de un texto con características apologéticas. En efecto, la importancia que reviste la glosa a la hora de comprender de modo global la función ideológica y apologética que desempeñó este «textus cum commento» en el contexto castellano de los Reyes Católicos es tal [...]» (Hamlin 2012a, p. 164); «Todas estas tradiciones proféticas confluyen y alcanzan su momento de auge en el reinado de los Reyes Católicos, cuando la expulsión de los judíos, las esperanzas de Reconquista y la conquista de Jerusalén se convierten en los ejes de la política monárquica y la propaganda concomitante». (2012b, pp. 84-5); «La propaganda fue empleada por los reyes para legitimar su acceso al poder y [...], les permitió obtener apoyo y justificar sus proyectos de expansión territorial y de conquista» (2012a, p. 114; 2016, p. 271); «Queda aclarado el panorama cultural y político en el que emerge la traducción de Villegas [...]. Se entiende que [...] sea de interés para la propaganda fernandina pues encaja perfectamente con el ‘mesianismo’ del que se tiñen todos los textos del período» (2012b, p. 87); «[...] el que logra apaciguar todos los conflictos nobiliarios [...] es justamente Fernando en 1480» (2012a: 135); «Mencionar esta ‘figura histórica’ a pocos años de la Reconquista de Granada y de la unificación total del reino, no hace sino rememorar y reivindicar esta empresa tan añorada y «profetizada», llevada a cabo en tiempos de (y gracias a) los Reyes Católicos. Sirva este caso como un ejemplo más acerca de cómo el comentario [...] sirve a los propósitos de la propaganda regia» (2012d, p. 458); «su traducción se puede incluir dentro de todo un conjunto de textos proféticos que circulaban en la corte de Fernando y lo señalaban como el «emperador» tan esperado. Es justamente esta tendencia apologética fernandina la que determinará en parte su reescritura de la obra de Landino» (2012c, p. 432); [acerca de un pasaje de la glosa] «La conquista de este territorio [...] es un resultado estricto de los planes de expansión política y territorial de Fernando» (2013c, p. 132).

71. Mondola, «Entre adivinación y brujería...», art. cit., p. 386. Nótese que cita en nota al pie el mismo archivo (Archivo de Frías) en el que me baso en mi trabajo para fechar el casamiento. El dato se ofrece, además, en los trabajos que él cita en su primera nota al pie.

72. «Villegas se reapropia del texto dantesco y del Comento de Landino de acuerdo a sus parámetros ideológicos y culturales (2013c, pp. 114-5)»; «La traducción castellana, en principio, parece atenerse bastante al texto de Landino, excepto algunas amplificaciones y reestructuraciones, omisión de auctoritates clásicas y reemplazo por cristianas, todos mecanismos que se explican muy bien por la intención didáctico-moralizante más marcada del arcediano y su apego a una tradición todavía algo medieval. Un estudio más detallado de los procedimientos de traducción ha revelado que el texto de Villegas se presenta como un caso de reapropiación del texto fuente movida por una tradición cultural y literaria diferente, que interpreta motivos e ideas esenciales del original desde su propio paradigma y con otra intención ideológica, modificándolo así sustancialmente» (2012d, p. 447).

73. Marta Marfany, «La traducción del Inferno de Pedro Fernández de Villegas: la huella de la tradición poética castellana y de los comentarios a la Commedia de Dante», Anuario de Estudios Medievales, 45, 1 (2015), pp. 449-471 y «Poetic Tradition and the Voice of the Translator: The First Verse Translations of Dante’s Commedia», Enthymema, 19 (2017), pp. 5-16.

74. De la decena de artículos que he publicado sólo cita «Los testimonios de la traducción...», art. cit. En su libro se pueden observar, sin embargo, numerosas similitudes con mi investigación: desde cuadros de variantes y descubrimientos filológicos que se presentaron por primera vez en mis artículos —fechas de producción y filiación de testimonios, precisión de datos del contexto histórico del autor y la mecenas—, hasta análisis específicos de pasajes —en relación a las reflexiones lingüísticas que incorpora en su glosa, así como las reflexiones en torno a la funcionalidad de la poesía y la ficción— e incluso se observa una similar perspectiva político-cultural y similares metodologías y perspectivas teóricas en el análisis de la traducción.

75. Para más datos ver Lucía Megías, «Sobre textos, traducciones y otros demonios (reseña crítica...», art. cit.

76. Dice Marfany (2015, p. 451): «[...] la traducción y el comentario de Villegas no habían recibido suficiente atención por parte de la crítica. No obstante [...] el panorama ha cambiado y hoy ya contamos con varios estudios. Cabe destacar los trabajos de Cinthia María Hamlin, que han permitido esclarecer, entre otros muchos aspectos, algunas de las cuestiones cruciales sobre la fecha de la traducción y del comentario, por un lado, y sobre la relación entre el manuscrito y la edición de Burgos, por el otro [...]. En 1494 [...] Juana de Aragón aún debía de residir en Barcelona, pues su enlace con Bernardino Fernández de Velasco [...] condestable de Castilla —cuya primera esposa murió en 1499—, que la llevará a vivir en Burgos, no se produjo hasta 1502.13 Sea como fuera la relación de F. de Villegas con Juana de Aragón se inició en Burgos a raíz de su matrimonio con Bernardino Fernández de Velasco [...]». En la nota 13 Marfany señala: «Una vez más, debemos la fijación de la fecha de la boda, entre otras cuestiones de datación, a las investigaciones de C. M. Hamlin [...] Véase Hamlin 2013a, p. 110.»

77. Véase Mondola, Dante vestido..., op. cit., pp. 15-8 y 24-7. Asimismo, vid. infra capítulo 1, nota 48.

78. Quizás sea relevante ejemplificar también con el pasaje de Hernando Díaz al que refería Marfany en su p. 451, gracias al cual prueba que Villegas dudaba sobre publicar su traducción: «Cabe destacar que, según parece, Villegas estuvo a punto de no publicar la obra, tal como explica Hernando Díaz en el prólogo a su traducción: hacia 1512 Hernando Díaz y Fernández de Villegas coincidieron en Burgos y, al saber Villegas que Díaz también estaba trabajando en una traducción de la Commedia, decidió no publicar la suya; no obstante —siempre según Hernando Díaz—, Villegas cambió de opinión [...]. [Y en nota:] Hernando Díaz lo explica en el prólogo a su traducción: ‘una vez nos comunicamos estando la corte en Burgos lo qual avra quasi quatro años: tuuo intencion [Villegas] de no publicarla [su traducción]: mi luenga dilacion mudo su proposito’ (apud Proyecto Boscán, registro 2259)». En su p. 26 Mondola dice: «Contamos con un testimonio valioso revelador de los titubeos de Villegas tres años antes de que su Infierno saliera a luz: en el prólogo de su La vida y excelentes dichos de los más sabios filósofos que hubo en este mundo, obra cuya editio princeps aparece en marzo de 1516, Hernando Díaz [...] alude a su encuentro con don Pedro en Burgos en 1512, en un momento en que el arcediano estaba a punto de renunciar a publicar su traducción de la primera cántica: ‘una vez nos comunicamos, estando la corte en Burgos, lo cual habrá cuasi cuatro años, tuvo intención [Villegas] de no publicarla [su traducción], mi luenga dilación mudó su propósito’»18 [nota 18: La cita proviene de la edición de la obra impresa en Sevilla en 1541 y conservada en la BNE, con signatura R/3223]». Mondola presenta el dato, lo califica de relevante y cita el mismo pasaje, aunque completando la referencia bibliográfica con información que extrae de la fuente de Marfany (Proyecto Boscán): título de la obra, año y otros datos que la crítica catalana no incluyó pues reenviaba al Proyecto. Puede verificarse que en su cita (exacto mismo extracto) no introduce folio ni página y que, además, su transcripción repone entre corchetes los mismos referentes que reponía Marfany.

79. El lector interesado en corroborar que la mayor parte del contenido de este libro fue escrito entre 2010 y 2012 —más allá de la actualización bibliográfica, del estado de la cuestión y algunos apartados con nuevas investigaciones— puede remitirse al ejemplar escaneado de mi tesis (noviembre 2012) que se encuentra en el repositorio de la UBA: <http://repositorio.filo.uba.ar/handle/filodigital/1494>.

Traducción, humanismo y propaganda monárquica

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