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3. Las figuras a lápiz

Si bien Couve decía tener facilidad innata para la pintura, sobre su trabajo gráfico no recuerdo que alardeara de virtuosismo, comentando por el contrario que “le faltaba dibujo”. En varias entrevistas admitió: “Vi que dibujaba mejor con la palabra que con el pincel”5. En la Universidad de Chile asistió a los cursos de dibujo de Gustavo Carrasco y José Balmes, pero dibujar no era para él una práctica cotidiana, y solo le dedicó más tiempo en 1975, cuando revista Paula le encargó varias ilustraciones para su sección de cuentos6.

Couve admiraba los dibujos de Georges Seurat y de Dominique Ingres; pero sobre todo apreciaba el que Diego Velázquez y Rembrandt van Rijn hubiesen resuelto sus pinturas por medio de la mancha y con el mínimo de líneas; ambos artistas del Barroco esbozaban los cuerpos y el entorno de sus retratados solo con el pincel.

La palabra “dibujo” resulta excesiva para describir los siete garabatos a lápiz de 1959, sin embargo, esta temprana producción gráfica resulta atractiva de consignar, considerando que los dibujos de Couve hasta ahora conocidos no superan la treintena, y que no hay croqueras ni bocetos que sobrevivan. John Berger, crítico y escritor inglés, decía que para el artista, dibujar es descubrir, y estos apuntes reflejan precisamente los descubrimientos que hace Couve de la expresión lineal. Ejecutados con simplicidad de medios y en pocos minutos, anticipan además la estética del autor, esa que construye figuras insignificantes con trazos esenciales.

Resulta interesante señalar que, en unas de sus columnas de 1980, el crítico literario Ignacio Valente comentó la novela de Couve La lección de pintura en los siguientes términos:

Los personajes, de los cuales se nos entrega una sicología muy sumaria y de pocos trazos esenciales, muestran, más que su propia y escasa personalidad, la sistemática preferencia del autor por las pequeñas gentes, los seres marginales, los destinos carentes de toda importancia. (…) se trata más bien de lo conmovedoramente pequeño, de los seres insignificantes que nunca contarán en este mundo, de quienes viven y mueren sin pena ni gloria.

De hecho, si se cambiase la palabra “personajes” por “figuras”, la anterior sería una descripción muy acertada de los dibujillos que a continuación se comentan, todos “conmovedoramente pequeños” y logrados con “pocos trazos”.

5 Véase, por ejemplo, la entrevista de María Elena Aguirre, El Mercurio domingo 10 de febrero de 1980.

6 Véase Campaña. Adolfo Couve: una lección de pintura, 2015, pp. 65-67.

Adolfo Couve: imágenes inéditas

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