Читать книгу ¡Cumplir 50! - Cristina Fabré Tomás - Страница 11
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Motivación automática
En este capítulo hablaremos de cómo mantener alta tu motivación para lograr tus propósitos y hacer que se mantenga en piloto automático.
Recuerda lo que quieres lograr. Escríbelo aquí, si quieres, para tenerlo bien presente:
“Quiero…..................................................................................’’
Ahora hagamos que el camino sea agradable y motivador.
La motivación es la razón por la que hacemos o dejamos de hacer algo. Se trata de un componente psicológico que orienta, mantiene y determina la conducta de una persona. Se forma con la palabra latina motivus (movimiento) y el sufijo “-cion” (acción, efecto).
Es por ello que debemos tener claro qué objetivos y metas queremos, ya que para conseguir algo lo primero que vamos a hacer es tomar decisiones. Y ¿qué nos lleva a tomar decisiones? Las emociones y la motivación.
Algunas personas se motivan y toman decisiones para alejarse de algo, lo que implica algún tipo de dolor, sufrimiento o decepción, y otras lo hacen para acercarse a algo que se relaciona con el placer y la satisfacción. Y estas son las dos palancas que nos motivan para tomar decisiones. Las dos son válidas porque lo importante es dar el paso, decidir y avanzar hacia un cambio.
“A partir de los cincuenta
desaparecen las dudas y aparecen las certezas”
Tal vez estés de acuerdo conmigo en que cuando llegamos a los cincuenta nos damos cuenta de que muchas cosas vividas han sido bonitas y constructivas, mientras que otras no lo han sido en absoluto, pero ¿quién nos dijo que iba a ser fácil? Puede que hayas tomado decisiones pensando en lo que querían los demás y te hayas olvidado de ti. Sin embargo, con toda una vida recorrida, ¿nos quedan cosas por hacer, por descubrir, por disfrutar? Claro que sí. Nos queda mucho por vivir, por compartir y cuando decides que así sea, así será. Ahora, como compartí en mi conferencia “Cincuenta años y ¿ahora qué?”, es el momento de alzar la mano, de dejar de ser invisible si es que en algún momento te has sentido así y decir alto y fuerte: ¡Estoy aquí, es mi momento y voy a dejar de pre-ocuparme para empezar a ocuparme de mí!
¿Me refiero con esto a dejar de atender a tu familia? ¡Claro que no! Simplemente que, también, te tengas en cuenta tú.
Especialmente si tienes hijos o nietos que te necesitan, pero lo que sí es importante es que destines una parte del día para ti que no sea para tareas diarias ni obligaciones. Se trata de tiempo de ocio, de diversión y emoción. Tal vez sea compartir un café, un paseo, un curso que te guste, una charla o cualquier cosa que te haga sentir bien. Algo que, al final del día, cuando te vayas a dormir y pienses en ello, te haga sonreír y que digas: ¡Hoy ha sido un gran día y he disfrutado un montón! Es más fácil de lo que te crees. ¡Veinticuatro horas al día (menos ocho para dormir) dan para muchos momentos para ti! Hay que pulsar el botón de la motivación porque todo parece muy difícil hasta que deja de serlo.
“Tu vida es tuya y tu responsabilidad
es vivirla del mejor modo posible. ¡Diviértete!”
¿Sabes a quién beneficia el cambio de actitud de atreverse a avanzar y hacer cambios en tu vida? A todos. A ti y a tu alrededor: familia, hijos, amigos… porque cuando irradias felicidad, la trasmites, la contagias. Cuando te sientes bien contigo misma, te dedicas tiempo a ti y a tus aficiones: ¡todo cambia! Expandes tu energía y te conviertes en alguien con quien apetece estar, porque trasmites felicidad y vives con una actitud positiva que se contagia a los que te rodean. Por tanto, vamos a hacer que tu motivación sea automática para que se mantenga estable en el tiempo porque…
“Cada cosa que pensamos
está dándole forma a nuestro futuro”
Louise Hay
Ahora, una vez que ya conoces tu meta, es el momento de ir a por ella porque, como bien sabes, el tiempo es oro y hay que aprovechar cada instante.
“Creer es Crear”
Alessandro Di Masi
Para conseguir alcanzar tus objetivos y deseos tendrás que realizar algunos cambios y tal vez tendrás la sensación de que esa parte va a costar un poquito más, así que vamos a identificar cómo abordar los desafíos y por qué es importante hacerlo. Hablemos de autoeficacia.
La autoeficacia te permite acondicionar y preparar tu mente para que se enfoque a conseguir el logro y, para que esto ocurra, es imprescindible tener muy claros los beneficios que vas a conseguir y que describiremos más tarde.
“Empezar a caminar también
fue difícil antes de ser muy fácil”
Vamos a concentrarnos en la autoeficacia alta, que es la que te va a permitir conseguir tu meta porque está conectada a la motivación. Si la motivación no es alta, cuando aparezcan pequeños obstáculos, ¡y llegarán!, es muy probable que tarde o temprano abandones tu propósito. Pero si de verdad quieres conseguirlo, debes tener en cuenta que todo avance requiere un cambio de actitud:
• Estar realmente comprometida contigo misma y con tus metas.
• No aceptar un NO por respuesta.
• Tu ilusión debe ser más poderosa que tus miedos.
• Escucharte más a ti misma que a tu entorno.
• Saber que puedes tropezar y que te vas a levantar.
• No desistir ni abandonar tus objetivos porque sabes que son un proceso de transformación.
• Reconocer que este viaje personal requiere tiempo y constancia.
• Confiar en que lo vas a conseguir.
• Aceptar que los beneficios emocionales y físicos son innumerables.
“Las dificultades preparan a personas comunes
para destinos extraordinarios”
C. S. Lewis
Cómo automatizar tu motivación en doce pasos
Automatizar significa conseguir que algo llegue a “formar parte de ti” de manera mecánica, sin tener que pensarlo, y para ello vamos a ver doce pasos que necesitas para lograrlo.
Vamos a llenar la ‘‘mochila’’ que has vaciado con aquello que te ayudará a avanzar. ¿Preparada?
Aquí tienes la lista de las actitudes imprescindibles que vas a necesitar:
1. Mantener alta tu energía, porque cuanto más alta esté, mejor responderá tu cuerpo, mejor te sentirás contigo misma y tu motivación se mantendrá elevada. Somos energía y efectuamos cambios constantes con cada pensamiento y cada acción. El autoconocimiento te permite detectar si hay fugas de energía, cuáles son y cómo puedes recuperar tu estado de ánimo óptimo, que es el “indicador” que te avisa de tu nivel de energía.
Cuando nos sentimos bajas de energía necesitamos a alguien que nos apoye y estimule, porque nos faltan fuerzas y esto puede hacer que nos sintamos irascibles, nerviosas e inquietas. A partir de este estado de ánimo aparecen los bloqueos, que no son otra cosa que “nudos emocionales”.
Qué significa tener la energía alta:
• Sensación de gestión sobre ti misma.
• Te sientes vital y con ganas.
• Te muestras optimista.
• Eres productiva.
• Te sientes alegre.
Entonces, ¿cómo consigues elevar tu energía? Usando un “cargador de batería”. ¿Y cuál es el más adecuado para ti? Pues nada tan fácil como detenerte, respirar y romper ese bloqueo que te paraliza haciendo algo que te guste, como por ejemplo, escuchar música, canciones que te cargan las pilas, bailar, salir a dar un paseo, ver una película que te distraiga o leer un libro que te emocione; en definitiva, se trata de hacer cualquier cosa que te haga sonreír y que te motive.
Mantener la energía alta no cuesta dinero ni tampoco esfuerzo, porque consiste en detenerse, ser consciente de lo que te pasa y dedicarte a ti misma, aunque sea por un momento. Así pues, el cargador y el mando a distancia de tu bienestar lo tienes tú, solo tienes que pulsar el botón adecuado.
2. Descanso y buena alimentación. El descanso y la alimentación sana son vitales para recuperar la energía que gastamos.
El sueño debe ser reparador y dormir una media de 7-8 horas seguidas durante la noche es muy importante, como también lo es tomarse alguna pausa durante el día. El descanso relaja y recupera nuestro organismo. Sabemos además que una correcta alimentación nos aporta vitaminas y nutrientes que son la gasolina de nuestro organismo. ¿Sabes que hay alimentos que condicionan tu estado de ánimo hasta tal punto que hacen que te sientas bien o mal? De hecho, nuestras emociones están directamente relacionadas con nuestra alimentación, ya que las elegimos según nos sentimos en cada momento.
Piensa en qué circunstancias comes alimentos menos saludables y cómo te sientes después. Lo que comemos nos hace sentir mejor o peor en función de si se libera serotonina, la hormona de la felicidad, o no, y la buena noticia es que hay alimentos que la liberan, mejoran el estado de ánimo provocando bienestar, como, por ejemplo, la fruta, la verdura, los frutos secos y muchos otros cuya información puedes consultar con un/a nutricionista.
Nuestro cuidado empieza siempre desde dentro hacia fuera, nunca al revés. Nuestra piel, nuestra mirada, nuestros músculos, nuestros pensamientos son fruto de los cuidados que nos demos o no. Con respecto a la piel, por ejemplo, ¿cuál crees que es la mejor hidratación? Obviamente el cuidado externo favorece, sin embargo, la mejor manera de lucir una piel bonita, sea cual sea nuestra edad, es una adecuada y correcta hidratación interior, con suficientes aportes vitamínicos y un buen descanso. Cuida de ti por dentro y lucirás por fuera.
3. Sentido del humor. No te juzgues ni seas tan exigente contigo misma. El humor facilita cualquier proceso de cambio y reírte de ti misma es muy liberador. Existe una conexión cuerpo-mente que quiero que conozcas y, para ello, te propongo un ejercicio que consiste en lo siguiente: ponte en pie, levanta la cabeza, mírate fijamente en un espejo y sonríe sin motivo aparente. Mantén la sonrisa durante un minuto y deja que tus pensamientos fluyan solos.
Al realizar este gesto, en nuestro cerebro se segregan sustancias químicas que provocan bienestar y teniendo en cuenta que pensamientos y reacciones van unidos, el cerebro interpreta que si estoy sonriendo (reacción) es que algo bueno sucede, de manera que los pensamientos que aparezcan serán agradables. Pruébalo ahora y comprueba el resultado, verás cómo con este sencillo truco puedes cambiar tu estado de ánimo.
“Como una lluvia de verano agradable,
el humor de repente puede limpiar
y refrescar la tierra, el aire y a ti”
Langston Hughes
4. ¡Activa tu felicidad! Antes que nada piensa en qué es la felicidad para ti, qué pequeños gestos te hacen sentir bien y ve a por ellos sin excusas. Haz de pequeños instantes, momentos extraordinarios.
La endorfina es la hormona de la felicidad y se libera haciendo aquello que te gusta: deporte, pasear, leer, bailar, etc. Te sentirás emocionalmente mejor y lo único que necesitas para activar tu bienestar es hacerlo ahora. De manera que si te apetece un pequeño capricho, no esperes a que sea un día especial, porque el día especial no es un día marcado en el calendario, el día especial es aquel que tú inventas y al que le das un momento genial.
¿Tienes algún vestido por estrenar, a alguien a quien quieras llamar, besos por dar, abrazos por regalar? No esperes a que sea sábado, a que llegue un cumpleaños, a que llegue el verano para disfrutar de aquello que te haga feliz ahora, porque esperar no te permite disfrutar, hacer lo que te gusta, ahora, sí. El mejor momento es ahora, el otro mejor momento fue ayer, y mañana, ya veremos.
5. Invierte tu tiempo en el hoy. Vivir el momento y sentir tu presente te permitirá avanzar. Recuerda que el viaje no es la meta, sino cada pequeño paso hasta llegar hasta ella.
Las acciones de hoy crean tu futuro, de modo que, cómo te sientas mañana, dependerá de cómo te cuides hoy.
6. Mini-objetivos. Se trata de dar pequeños pasos. Poco a poco, sin prisa ni pausa, así evitarás agobiarte con grandes objetivos a largo plazo. Esto es como un paseo y tienes que disfrutar de las vistas… así que ya sabes, pasito a pasito conquistarás tu destino.
7. Ocúpate. No dediques tiempo a preocupaciones inciertas que no sabes si van a ocurrir. No te “pre-ocupes”, ocúpate. Haz que las cosas ocurran y no las retengas dentro de tu cabeza demasiado tiempo. Esto te impide avanzar. Préstate más atención a ti misma, porque en la medida que eso suceda estarás dejando de preocuparte por los demás.
8. Avanza. ¿Algún tropiezo? Si te caes, levántate; arriba y
¡a seguir! ¿Recuerdas lo que hablamos de cuando éramos niñas? ¡Pues eso! Nunca dejes de intentarlo, aunque parezca imposible. Durante el camino aparecen piedras y eres tú quien decide si mirarlas, esquivarlas o saltarlas.
9. No mires atrás. Tu pasado ya lo conoces. No le des más vueltas. Lo pasado, pasado está. Aprende de él y mira hacia delante. Sigue, la respuesta está delante de ti y en todo lo maravilloso que te queda por experimentar.
10. Prepara tu kit de motivación. Seguramente hay una música que te levante el ánimo, frases de motivación, vídeos que te encantan o actividades que te gustan. Te animo a que hagas tu propia lista de cosas e imagina que la guardas en tu kit de motivación para que lo uses cuando lo necesites. Te ayudará a recuperar la energía y la motivación que necesitas para seguir con ganas hacia tus metas.
11. Visibilidad. Es muy importante que tengas tu objetivo, ilusión o propósito visible. Cuando visualizamos (cuando imaginamos mentalmente) aquello que queremos lograr, nos ayuda a enfocar nuestros pensamientos y a centrarnos en lo que realmente queremos conseguir. Para ello, además de la imaginación o creación mental, también llamada visualización creativa, puedes escribir lo que quieres en un post-it o una imagen y llevarlo en el monedero, pegarlo en el espejo, en tu mesita de noche o en cualquier lugar que sea visible para ti, ya que los impactos visuales a lo largo del día te ayudarán a tener más presente lo que deseas, a recordar los beneficios que obtendrás y, por tanto, te resultará más sencillo mantener alta tu motivación.
12. Pensamientos positivos y relajación. Cuando vamos a dormir, nuestro cuerpo se relaja, pero el cerebro sigue activo. Nuestros sueños, tanto si los recordamos como si no, están relacionados con los últimos pensamientos del día, y por ello es muy importante que no te vayas a dormir enfadada o inquieta, sino todo lo contrario, tranquila, relajada y dispuesta para seguir creando.
Así pues, si al acostarte cierras los ojos pensando, visualizando y sintiendo los beneficios que lograrás cuando alcances lo que deseas, harás que tu cerebro lo tenga presente día y noche. Con ello, de manera inconsciente y automática, estarás más receptiva a las pistas y señales que te irán llegando y a las que debes prestar atención.
1. Escribe cinco beneficios que lograrás cuando alcances tu meta.
2. ¿Cómo imaginas tu vida a partir de ese momento?
3. ¿Cómo te sentirás, emocionalmente, a medida que estés consiguiendo aquello que deseabas?
4. ¿Cómo y cuándo sabrás que ya lo has conseguido?
5. ¿Qué harás para mantener ese estado emocional?
Si lo tienes claro, ¡felicidades! Si todavía tienes dudas, no te preocupes, a medida que avancemos irás descubriendo lo que necesitas y lo que te falta para que tu vida sea plena día a día...