Читать книгу ¡Cumplir 50! - Cristina Fabré Tomás - Страница 9

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¿Hablamos claro?

Veamos…

Cincuenta años es una edad redonda, con grandes ventajas que tenemos que aprender a valorar y saber aprovechar. Cambiamos a nivel físico, mental y emocional.

Es como si abriéramos los ojos de más, con esa mirada entre sorprendidas, inquietas o contentas y fuéramos dando saltos desde el pasado al futuro. Recordamos, nos miramos, nos cuestionamos situaciones o personas, es como si un nuevo horizonte se abriera ante nosotras y puede que empecemos a hacernos algunas preguntas primero en silencio, después compartidas con amigas para ver si les pasa lo mismo que a ti, ¿verdad?

Puede ser que te estés imaginando muchas cosas acerca de tu futuro, quizás también te cuestiones si vale la pena seguir como hasta ahora. Puede que te sientas confusa, tal vez perdida y atrapada en tus emociones y sin saber muy bien hacia dónde ir. Si es así, ¡es normal y hasta bueno que suceda! Seguramente, ya sabes o intuyes lo que no quieres a partir de ahora. Esto quiere decir que estás mirando hacia adelante que es justo la dirección hacia donde caminamos o ¿acaso salimos de casa de espaldas? A la vida se la mira de frente. ¡Claro que sí!

Pero también es muy importante parar de vez en cuando. Decidir qué te gusta de tu pasado y elegir lo que quieres incluir en tu futuro. Las decisiones serán tu mejor palanca de cambio, además de ser el primer paso para que los cambios sucedan y puedas sentirte nuevamente emocionada por todo lo que te queda por vivir.

Veamos si algo de esto te resulta familiar:

• ¿Tal vez te subiste a un tren porque creíste que “tocaba” sin tener claro a dónde te llevaría?

• ¿Has dedicado tu vida a los demás y sientes que ahora no encuentras tu lugar?

• ¿Sientes que has vivido las ilusiones de otros?

• ¿Cambiarías situaciones y personas si pudieras dar marcha atrás?

• ¿Te preguntas qué pasará con tu vida a partir de ahora?

• ¿Te sientes desorientada, atascada, perdida?

• ¿Quieres darle un giro a tu vida pero no sabes cómo, ni cuando, ni si valdrá la pena?

• ¿Te has planteado qué harías si pudieras empezar de nuevo?

• ¿Cómo sería si a partir de ahora no tuvieras miedo o no te importara el qué dirán?

• ¿Tienes la sensación de que el tiempo se escapa como arena entre tus dedos?

Si alguno de estos pensamientos se te pasa por la cabeza, es por algún motivo, no es por casualidad. Todo es causal (causa-efecto), lo que aparece ante nosotras forma parte de nuestro crecimiento interior. Cómo lo usemos depende de nosotras. De manera que has aprendido con cada paso, y no solo eso, sino que de todo lo aprendido –positivo o negativo– puedes ahora quedarte con lo más útil y convertirlo en aquello que te ayude y te inspire.

“Todo lo vivido

es tu experiencia de vida”

La vida se divide en etapas y en cada una de ellas la manera en la que percibimos las cosas, las responsabilidades y la forma en la que actuamos, cambian con nosotras. Cada etapa requerirá una versión mejorada de ti misma. ¿Hacemos que suceda?

Ahora solo necesitas saber qué cambios hacer para renovar tu futuro y decir alto y claro: “¡Es mi momento y voy a dedicarme, también, a mí!”. Y eso es lo que vamos a hacer juntas.

Beneficios

Una vez decidas qué cambios hacer, conseguirás los siguientes logros:

• Obtendrás la claridad que necesitas para despejar tus dudas e incorporar aquello que te haga vibrar.

• Elegirás cómo vivir tu futuro y disfrutarás de él.

• Se abrirán ante ti nuevas oportunidades.

• Conseguirás “añadirle vida a tu vida” ganando más tiempo para ti.

• Te sentirás renovada, con más vigor y más energía.

• Tu creatividad aumentará dejando paso a nuevas ideas.

• Entenderás el mensaje de tus miedos.

• Podrás mantener alta tu motivación.

• Sanarás dolencias físico-emocionales porque gestionarás las emociones a tu favor.

• Recuperarás ilusiones que quedaron escondidas y nacerán otras nuevas.

En definitiva, aprenderás a vivir plenamente.

Ahora me gustaría hablarte de un objeto que te puede acompañar en este proceso de cambio y es más importante de lo que parece: el espejo.

“La vida es como un espejo que te sonríe

si la miras sonriendo”

Mahatma Gandhi

¿Te ha pasado alguna vez que cuando te pones delante del espejo lo ves como si fuera un enemigo?

A mí sí, muchas veces, hasta que conseguí convertirlo en mi aliado. ¿Sabes por qué? Porque me ayuda a darme cuenta de cuál es mi energía, a reconocer qué transmito a los demás y por tanto a saber qué puedo esperar de mí misma. El espejo me invita a vestirme con colores diferentes, a peinarme de manera distinta y solo con eso mi estado de ánimo y mi actitud cambian, así que atrévete a mirarte al espejo con otros ojos y con mucha aceptación.

Porque, sinceramente ¿crees que podemos gustar a los demás si antes no nos gustamos o aceptamos a nosotras mismas?

¿Qué vemos cuando nos miramos en el espejo a partir de los cincuenta?

Estoy sonriendo, a medida que escribo, porque recuerdo la de veces que comentamos esto entre amigas y es que creo que ninguna escapamos a la mayoría de estos cambios. Lo mejor es que nos inventamos anécdotas acerca de ello con las que nos reímos, porque es la mejor forma de llevarlo bien y es que hay verdades como templos que nos acompañarán de ahora en adelante. Espero que tú sonrías también porque, ¡total, nada cambiará de hoy para mañana y sonreír, de momento, te sentará genial! En la aceptación de lo que no podemos cambiar también está nuestro propio bienestar.

Vamos allá:

• Manchas en la piel que antes no estaban.

• Nuevas líneas de expresión que aparecen.

• La tersura de la piel ha cambiado.

• Canas que antes no existían ahora se multiplican.

• La fuerza de la gravedad te dice “aquí estoy yo”.

• Alguna dolencia física te viene a visitar.

• La menopausia llega con sus cambios hormonales.

• Algunos kilos se acomodan en tu cuerpo.

• La cintura y el abdomen se juntan.

• Los ojos te piden gafas.

• Algunas inseguridades aparecen.

• La sexualidad la vives diferente.

• Aumentan los despistes.

Estos son algunos de los cambios físicos y emocionales que aparecen, ¿y qué? ¡Alégrate por ellos, porque son la muestra inevitable de que estás cumpliendo años y esa es la mejor noticia! Ya cambiarás los que puedas.

Aunque a menudo le damos más importancia a lo que opinan los demás de nosotras, lo que realmente importa para tu bienestar es cómo te sientas tú contigo misma, y lo lograremos aceptándolo y modificándolo.

Piensa en cualquier persona a la que quieras y date cuenta de esto: ¿por qué la quieres? Por guapa, por alta, por bajita, por sus ojos, por su pelo… Tendrás muchas razones, pero me atrevo a asegurar que su belleza exterior no es ninguna de ellas, así que ¡vamos a darle importancia a lo que la tiene! Es tu interior y tu actitud lo que habla de ti. Es tu modo de vivir la vida, de entenderla, apreciarla y compartirla lo que irradia esa energía tan bonita que es la que de verdad te hace interesante, especial y auténtica.

¿Qué te parece si le pones un nombre a esta nueva etapa?

Imagina un título que te invite a sentirte bien y que tenga que ver con algo que quieras lograr. Cuando le ponemos nombre a algo adquiere un valor especial. Después te diré cómo he titulado yo esta etapa para mí.

Cincuenta años o más, cincuenta ventajas y más

De momento ¿qué te parece si vemos cincuenta ventajas de cumplir los cincuenta y más…?

1. Los has cumplido. ¡Menudo regalo! ¡Mientras cumples años, estás viva!

2. Ya sabes qué es lo que no quieres en tu vida.

3. Te conoces mejor.

4. Ves la vida de otro modo.

5. Te cuestionas tu pasado.

6. Puedes influir en tu presente.

7. Aprendes a reírte de ti misma.

8. Te das cuenta de que la vida pasa demasiado rápido como para no disfrutarla.

9. Conoces tus imperfecciones ¿y qué?

10. A estas alturas has acumulado un sinfín de experiencias.

11. Te has enamorado, desenamorado, sentido, vivido…

12. Has experimentado las diferentes formas de amor.

13. Acumulas sabiduría y estás de vuelta de muchas cosas.

14. Eres el resultado de muchas vivencias y aprendizajes.

15. Te cuestionas e interesas por tu futuro.

16. Te planteas dar salida a las cosas y personas que no suman.

17. Le das entrada a aquellas que te hacen sentir bien.

18. Entiendes que la vida es un suspiro y hay que vivirla al máximo a partir de ¡ya!

19. Aprendes a reírte de todo sin burlarte de nadie.

20. Aparecen las certezas de lo que sí quieres.

21. Eres más consciente de ti misma.

22. Eliges mejor porque, con cada paso dado, ya has aprendido.

23. Te has convertido en un modelo a seguir para amigos, familia, hijos, nietos.

24. Le das más valor al tiempo y a lo que te queda por hacer.

25. Tienes la capacidad de reírte de ti misma.

26. Sabes que todo empieza en ti.

27. Te das cuenta de que dudar no permite avanzar, decidir, sí.

28. Has aprendido que quien te hace llorar, no te merece.

29. Sabes que las caricias son un regalo que no se pide.

30. Has aprendido que la palabra mal dicha causa una herida difícil de sanar.

31. Que quien te hace llorar ni te quiere, ni merece.

32. Importa más cómo te tomas lo que te pasa que lo que te pasa en sí.

33. Que querer tener razón satisface a tu ego pero no a ti.

34. Que las cosas más importantes no se compran.

35. Que lo que no vives lo pierdes.

36. Ya sabes que a perdonar se aprende y que es liberador para ti.

37. Que la paciencia se entrena.

38. Sabes que discutiendo no se avanza, dialogando, sí.

39. Que el respeto es un deber y un derecho que no se exige, se gana.

40. Que la crítica no habla del otro, sino del que critica.

41. Que eres la versión original, única y especial.

42. Que el tiempo corre demasiado como para no hacer lo que te gusta.

43. Que la comunicación y la empatía te hacen mejor.

44. Que tu intuición no te engaña.

45. Que lo material se queda en un armario, lo vivido en el corazón.

46. Te das cuenta de que la vida es tiempo y que tú lo llenas con quien quieres y con lo que quieres.

Te dejo a ti las últimas cuatro.

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50. ..............................................................................................

¿Qué tal hasta aquí? Puede que estés de acuerdo con algunas cosas y con otras no. Estas reflexiones son generales, pero las que importan son las tuyas. Anímate a escribir tu propia lista de tus cincuenta ventajas de cumplir cincuenta.

Te invito a que, en tu libreta, recojas todas las que se te ocurran para hacer un recopilatorio desde un punto de vista positivo.

Por cierto, el nombre que yo le he dado a partir de mis cincuenta es “Sí a la vida”.

“La vida no se mide por las veces que respiras,

sino por los momentos que te dejan sin aliento”

Frase de la película Hitch,

protagonizada por Will Smith

¡Cumplir 50!

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