Читать книгу Viaje de regreso a Mur II - Cristina Fábregas - Страница 9
ОглавлениеCAPÍTULO 2
El tiempo
Desde esta parte del mundo se percibe más y mejor la nueva energía arcoíris que llega a nosotros desde la fuente primordial que, a través de nuestro sol, invade todo el planeta Tierra. Es un nuevo ciclo de existencia para la humanidad, la cual me pregunto qué elecciones hará, por qué caminos elegirá caminar, qué mundo elegirá crear…
El mundo de las máquinas, la llamada inteligencia artificial, un mundo que, sin conciencia, será un infierno porque la tecnología no significa evolución. Una sociedad altamente tecnológica no significa una sociedad evolucionada. Un mundo tecnológico que acabará destruyéndose a sí mismo porque no tendrá ninguna resonancia con el planeta en el cual se halla. Eso fue lo que pasó con la Atlántida: una sociedad muy avanzada técnicamente, pero muy alejada de la vibración planetaria, la cual, como humanos, tenemos que compartir porque vivimos aquí. La Atlántida desapareció de la noche a la mañana hace miles de años y ahora parece que vamos en la misma dirección: vivimos entre máquinas que se supone que nos facilitan la vida y arruinamos el planeta sin la menor empatía con su vida, que alimenta la nuestra. La tecnología actual nos permitiría crear un Paraíso, pero sin la conciencia necesaria vamos directos al abismo.
¿Qué elección hará la humanidad cuando tanta gente vive todavía desconectada de su alma, vive sonámbula, perdida en el espejismo de que todo esto es real?
Desde la perspectiva de la conciencia iluminada, todo es perfecto en el universo, incluso el sueño más descabellado, todas las posibilidades han sido ya creadas y ahora nos toca experimentarlas en este espacio/tiempo eligiendo quiénes queremos ser y qué queremos hacer.
Einstein dedicó su vida a la búsqueda de la ecuación única que explicase el universo y su creación. Personalmente, creo que olvidó incluir en la ecuación la C de «Conciencia»: consciente de sí misma, sin principio ni fin. El hombre, y todo lo que existe, no es un producto de la evolución; es una consecuencia evolutiva, pero nunca su punto de partida. Einstein le dio muchas vueltas al concepto del tiempo, pero no logró explicarlo. No se ha planteado nunca la posibilidad del «no tiempo».
En este plano tridimensional hemos inventado o imaginado un tiempo lineal, un tiempo como medida de movimiento: el sol sale por la mañana y se pone por la tarde, pasado, presente, futuro, las horas del día, los meses del año… Pensamos que si el tiempo no existiese todo se pararía, todo colapsaría y dejaría de existir, pero quizás no sea así. Einstein demostró desde esta perspectiva tridimensional que el tiempo es relativo, pero existen muchas otras perspectivas distintas en donde el tiempo y el espacio, puesto que van relacionados, no existen tal cuales.
No todas las ecuaciones matemáticas son exactas aplicadas a otras dimensiones que no se basan en el concepto del tiempo lineal como movimiento y en donde el tiempo/espacio desaparece tal como lo concebimos aquí. Es una física diferente, no basada en la teoría de la relatividad, no existe una ciencia absoluta.
Múltiples realidades pueden existir simultáneamente, no fuera de ellas, sino dentro de sí mismas. ¿Cómo es posible que haya múltiples realidades al mismo tiempo? La mente no lo puede concebir, la mente ha sido programada para una sola realidad, para una creencia a la vez. La mente concibe el tiempo como un río que fluye del pasado al presente y al futuro… Lo hace y no lo hace.
El tiempo puede ser curvo también en lugar de solo lineal, un arco en lugar de una línea recta en donde podríamos estar en el pasado y en el futuro simultáneamente. Deberíamos empezar por preguntarnos si el tiempo es real. Los científicos lo ignoran, dicen que es necesario para que exista el universo, pero es solo una teoría. La verdad es que hay mucho más detrás de esta realidad tan física y densa, pero quizás ese «más» no esté fuera ni más allá, sino aquí mismo. El tiempo es una perspectiva que crea esta realidad, pero esta realidad no es la única posible.
Somos cautivos del tiempo, sea real o no, nos influye e incide en nuestras vidas constantemente, todo gira a su alrededor, pero imaginemos cómo sería vivir una realidad fuera de la gravedad del tiempo: ¡¡¡qué liberación!!!
La verdadera libertad reside en vivir en el tiempo y fuera del Tiempo cuando nos plazca. Esto lo hemos experimentado algunas veces, pero no a través de la mente. Si comprendiéramos la causa y el efecto del tiempo en esta realidad que nos mantiene esclavizados, podríamos transcenderlo e ir más allá, para luego regresar viviendo de una forma multidimensional, lo cual es mucho más natural dado que no solo somos un cuerpo, sino una conciencia que tiene un cuerpo aquí y ahora para poder experimentar, en esta dimensión biológica del carbono, densa y constreñida, la proyección sobre la pantalla del tiempo de nuestra ilimitada capacidad de creación, con toda la libertad que nos otorgó el Creador para experimentarse a Si Mismo a través nuestro.
La realidad es lo que nosotros elegimos ser, creer, sentir, hacer, tener. Cuando elegimos una realidad, esta es. Todas las posibilidades y potenciales posibles ya existen, todas las dimensiones están en nuestro interior, no es necesario viajar lejos ni fuera del tiempo para vivirlas o experimentarlas. No hay división entre las dimensiones: una dimensión está dentro de la otra, el espacio existe en el no espacio, el tiempo en el no tiempo, todo dentro de sí mismo.
Vivimos en una realidad que parece limitada, pero en la que en realidad no hay barreras que nos detengan, espacios que podemos traspasar fácilmente con solo darnos cuenta de cuál es nuestra prisión y de lo que es aún más importante: por qué estamos en ella, por qué nos seduce tanto, impidiéndonos viajar hacia la libertad. La libertad de ser todo lo que eres, la libertad de expresarte como el Creador de tu propia vida, la libertad de perder el miedo a la muerte, la cual más allá del tiempo no existe: es la muerte de la muerte, la libertad de recordar de dónde venimos, la libertad de gozar de tu cuerpo plenamente…
La «experiencia» es el verdadero tiempo de cómo la creación y el universo se desarrollan. Es así como aprendemos a ir más allá del tiempo, experimentando otras dimensiones simplemente permitiéndonos estar ahí, permitiéndonos viajar como agua que fluye… Para ello es importante identificar primero cuál es nuestra prisión, que nos mantiene anclados aquí. Quizás sea nuestro trabajo; nuestra profesión; la familia; el sistema de valores y creencias que nos han inculcado y que jamás hemos cuestionado, a los cuales nos aferramos por miedo de dejar de ser quienes creemos ser; nuestros miedos a lo desconocido o a ser diferentes de los demás; nuestra singularidad, que por tanto tiempo hemos construido cuidadosamente; nuestra identidad, que nos labra un destino predestinado que no elegimos…
¿Cuál es tu prisión?