Читать книгу Jack Mullet de los Siete Mares - Cristina Fernández Valls - Страница 4
Un plan
ОглавлениеHelecho llegó corriendo entre las palmeras. Ella también es isleña, como Kraken, pero no es mágica, sino humana. Su pueblo se encuentra en la base del volcán, entre las palmeras y el bosque de árboles de margarita gigantes donde habitan tortugas, lagartos y hormigas de fuego del tamaño de un puño, capaces de devorar a una persona en menos de treinta segundos (¡uñas, cabello y huesos incluidos!). Vive con su madre, con su padre y con un montón de hermanos y primos pequeños. Todos ellos llevan ropa hecha de hojas de palmera y no usan zapatos. De esa manera sienten el suelo y la roca en la piel, y la lava del volcán palpita en su sangre.
Helecho es como una palmera del revés. Tiene el pelo muy largo y muy oscuro, tan oscuro como la roca volcánica que forma la isla. Lleva una camiseta de piel de iguana y una falda verde de hojas.
Helecho estaba de los nervios.
−¿Habéis escuchado el rugido del volcán? ¡Algo importante va a suceder! ¡Mi padre lo ha dicho!
−Los padres de Jack han desaparecido –dijo Kraken.
−Y hay una columna de humo enorme saliendo del cráter –dije yo.
−¡Oh! ¡Voy a ver si me entero de algo! –dijo Helecho, y se marchó corriendo hacia el bosque igual que había venido.
El padre de Helecho es el jefe del pueblo. Su nombre es Foca Sigilosa. Mis padres se llevan muy bien con él y con el druida, que se llama Lagarto de Lava. Cuando no están pescando, surfeando o haciendo bricolaje, quedan con ellos para beber agua de papaya y discutir temas importantes, como la altura de la marea y la fuerza del viento.
Kraken y yo regresamos a mi barco y nos sentamos en las rocas. Esperamos un rato por si mis padres estaban en el pueblo visitando a Foca Sigilosa, o por si se habían ido a explorar los acantilados y venían con un pulpo para cenar, o por si se habían distraído mirando a las tortugas gigantes y el tiempo se les había pasado volando.
Al final del día, seguían sin volver.
Definitivamente, mis padres habían desaparecido.
Kraken se fue a casa. Me invitó a su cueva marina, pero hay demasiada humedad por la noche y siempre paso frío.
−Ya verás como vuelven mañana –me dijo antes de marcharse.
Entonces, Oliver apareció flotando en el aire y la temperatura bajó de golpe. Empecé a tiritar. Oliver es un fantasma. No necesita dormir, ni comer o beber agua. Está muerto, así que solo existe a medias, como todos los fantasmas. Tampoco tiene color y es intangible. Eso significa que no puedes tocarlo como lo harías con un amigo, un trozo de madera o un coco. Cuando lo tocas, te das cuenta porque te entra mucho frío y una pizca de desesperación te perfora los pulmones.
Oliver llegó aquí en un barco mercante. Hubo una gran tormenta, como la que empujó el velero de mis padres a la playa, pero su barco se estrelló contra los acantilados. Todos se ahogaron, incluido él. Oliver no sabe dónde está su familia o por qué está atrapado como un fantasma en la isla. A veces se pone de mal humor, así que debemos tener paciencia con él.
−No he oído nada sobre ningún fallecimiento repentino, así que seguro que tus padres siguen vivos –me dijo.
No sé por qué, pero no me quedé especialmente tranquila. Pensar en que mis padres igual estaban muertos me hizo sentir muy triste, y luego me di cuenta de que toda la familia de Oliver estaba muerta y me sentí aún más triste, y luego pensé que iba a pasar la noche con un fantasma y me sentí tan triste que casi no podía respirar.
−¿Estás bien? –me preguntó Oliver.
Cogí una gran bocanada de aire y respondí:
−No es nada, solo mis pensamientos. −Y me sorbí los mocos, que me empezaban a resbalar hacia abajo.
Encendimos un fuego y él no se acercó demasiado para que yo no tuviera frío. Por último, se tumbó en la hamaca de abajo, yo me tumbé en la hamaca de arriba, y juntos trazamos un plan para encontrar a mis padres.