Читать книгу El equilibrio del ser - César Tejada Atahualpa - Страница 10
Energía LA ENERGÍA FLUYE HACIA DONDE LA INTENCIÓN SE DIRIGE
Оглавление“Si quieres encontrar los secretos del Universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración”.
Nicola Tesla
¿Cuál sería tu sentir si en un sueño revelador se te manifestase que toda la solidez de tu mundo físico (tu cuerpo de piel y huesos, tu cerebro y la vida misma que te rodea) es prácticamente una fantasía? Solo mera ilusión, un espejismo, y que debido a nuestra poca capacidad visual lo asumimos como material y real, ¿lo aceptarías?
La materia, nuestro organismo y el mundo a nuestro alrededor son muy convincentes, ya que en apariencia son totalmente densos y compactos, se pueden ver, tocar, sentir. Sin embargo, ya muchos años atrás, desde Einstein, la física moderna asegura que esta solidez es solo una utopía.
Es una verdad científica que toda la materia está compuesta de átomos, los cuales se componen de partículas más pequeñas (electrones) que giran a velocidades inimaginables en enormes espacios vacíos alrededor de un núcleo (muy similar a la estructura de nuestro sistema solar). Estas partículas no son objetos materiales, son fluctuaciones de energía e información en un vacío enorme que cambia de órbita conforme capta la más mínima carga eléctrica de su entorno, generando orden o caos de acuerdo a la energía captada. A esto se le podría denominar una vibración armoniosa o caótica, de acuerdo al caso.
Si tuviéramos la capacidad de visualizar estas dimensiones nanométricas en nuestro cuerpo, observaríamos que estas se componen en 99.9999% por espacio vacío. Solo el 0.0001% que vemos como materia, son partículas que cargan información energética positiva o negativa. Toda esta evidencia nos lleva a concluir que la materia sólida y compacta tal como la conocemos es solo una mera ilusión.
¿Pero a qué se debe esta información en el presente libro? No es muy difícil de adivinar, esta verdad nos permite comprender que a pesar de que nosotros podamos considerarnos como grandes seres materiales a los cuales solo algunas situaciones les afectan, nuestras creencias están bastante alejadas de la realidad. Habiendo asimilado la información sobre cómo se conforma la materia, seremos aptos de entender que nuestros átomos, los cuales son tan sensibles a las cargas positivas o negativas, son capaces de percibir tanto la energía que nos rodea, así como los pensamientos que generamos, entrando en armonía o caos de acuerdo a las circunstancias. Esto nos invita a reflexionar: ¿A qué entorno nos exponemos frecuentemente? ¿Qué tipo de pensamientos originamos?
Es posible que al principio, al exponernos a ámbitos o situaciones de vibración perjudicial, no seamos capaces de percibir el caos generado en nuestros cuerpos dado nuestras dimensiones y nuestra poca sensibilidad a ello. Sin embargo, si continuamos en una atmósfera dañina de manera recurrente, a largo plazo comenzaremos a sentir incomodidad, ansiedad, pesimismo, depresión e incluso síntomas de enfermedades. Es evidente que nuestra materia gradualmente se uniformizará o identificará con su entorno. Haciendo una analogía: Si un pequeño insecto nos pica, podría generarnos una pequeña roncha que no nos afecte, pero si fuésemos frecuentemente picados, esto sí podrá generarnos una gran enfermedad.
¿Y a que podemos llamar situaciones que generen carga o vibración negativa? A cualquier acción que se realicen con una intención discordante al amor, la tranquilidad, la paz, la gratitud o la armonía.
Ejemplos:
Si hoy yo te cuento un chisme, no nace esta acción con una intención concordante a alguno de los sentimientos indicados líneas arriba.
Escuchar música histriónica.
Realizar un oficio o actividad que te disgusta.
Vivir en permanente desorden o suciedad.
Permanentemente quejarse o juzgar.
Vivir lamentándose.
Y podríamos seguir con esta lista de manera extensa.
Para sustentar este concepto de energías, recurriré a un experimento realizado por un científico japonés, el Dr. Masaru Emoto en su libro The Hidden Messages in Water (Los mensajes ocultos en el agua).
Es de conocimiento que el agua al congelarse forma cristales los cuales no son evidentes a simple vista pero, que se pueden divisar en el microscopio (Ejm: ver figura 1). Sin embargo, una particularidad del agua consiste en que los cristales siempre forman figuras distintas. Con el fin de averiguar el por qué de las distintas formas. El Dr. Emoto realizó un experimento que consistía en exponer agua a diferentes energías. Para ello consideró distribuir algunos recipientes de vidrio en distintas circunstancias. Unos tenían impregnados en el envase alguna palabra, otros se les acercó a distintas clases de música, otros a ambientes diferentes, etc.
Figura 1: Cristal de agua
El objetivo era conocer si las distintas circunstancias (palabras, música) tenían algún efecto en la formación de los cristales, y sus resultados fueron sorprendentes.
Efectivamente, como se puede observar, los cristales formaban una imagen concordante al contexto al que se les exponía. Uniformes o caóticas, radiantes o asimétricas, el agua respondía conforme al entorno asignado. En los cristales formados se puede apreciar el efecto de una armoniosa o disonante energía sobre estas moléculas. Esta conclusión reveladora tiene una gran importancia sobre nuestro bienestar, ya que como recordaremos, nuestro cuerpo se compone de casi 75% de agua. Sería evidente que de permitir que se generen estas malformaciones en los componentes de nuestro cuerpo, tendrían un impacto nocivo en nosotros.