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Capítulo 3
Los diferentes niveles de competencia

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En el nivel de principiante, el coach acepta lo que el cliente desea trabajar, de manera superficial. El cliente elige el tema y, sin demasiada exploración, el coach se aboca a buscar la solución. Por ejemplo, si el cliente dice que quiere trabajar para empezar a ir al gimnasio, el coach puede pasar a la acción y lo puede orientar para encontrar gimnasios cerca de su casa, preguntar qué cree que puede hacer para motivarse, y si quiere ir con alguien, para que lo apoye.

En cambio, en el nivel profesional, el coach se enfoca en lo que quiere trabajar el cliente, explora cómo va a medir el éxito de la sesión y qué temas pueden estar encubiertos en el desafío que se presenta. Un coach profesional sabe que debe explorar lo que trae el cliente y que no puede pasar a definir actividades posibles para alcanzar las metas sin entender su motivación y creencias limitantes. Por ejemplo, en el caso de la persona que quiere ir al gimnasio, el coach le puede preguntar para qué quiere ir al gimnasio, qué beneficios le va a traer, qué significa para él hacer ejercicio, qué obstáculos puede encontrar para tomar acción o, simplemente, cómo se va a sentir si empieza o retoma sus clases de gimnasia.

Los indicadores de esta competencia a nivel Profesional (PCC), para la ICF, son los siguientes:

• El coach colabora con cada cliente para identificar o reafirmar lo que cada cliente quiere lograr en la sesión.

• El coach colabora con cada cliente para definir o reafirmar las medidas de éxito respecto de lo que cada cliente quiere lograr en la sesión.

• El coach indaga o explora lo que es importante o significativo para cada cliente respecto de lo que quiere lograr en la sesión.

• El coach colabora con cada cliente para definir lo que ambos creen que necesitan abordar para lograr lo que se quiere conseguir en la sesión.[10]

En el nivel de máster, el coach explora en su totalidad lo que el cliente espera de la sesión. Obtiene una idea clara sobre qué es lo que será de valor para él durante el encuentro e indaga a fondo, para asegurarse de que exista una visión clara sobre su propósito. También establece cómo va a medir el éxito. El coach chequea regularmente, para saber si la dirección de la sesión continúa sirviendo al propósito del cliente, y cambia el curso, de ser necesario, usando para esto el feedback que recibe. En el ejemplo del gimnasio, el master coach va a explorar el tema en su totalidad, buscando claridad sobre lo que está oculto a primera vista. El master coach puede preguntar “¿Cómo cambiará tu vida el hecho de ir al gimnasio?”.

Un coach no demuestra esta competencia si elige el tema de Coaching para el cliente, si determina la agenda, o si orienta el Coaching hacia un tema que el cliente no eligió. Tampoco demuestra competencia cuando no explora con el cliente cómo va a medir el éxito de cada sesión, o no comprueba en la mitad de la sesión si logró avanzar hacia los objetivos que se habían marcado al principio.


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